El asalto a la central de Cofrentes no fue tan ‘pacífico’: la motosierra que usaron hirió a uno de los guardas de seguridad

Greenpeace dio la campanada mediática el martes, con la intrusión en el recinto de la central nuclear de Cofrentes y subiéndose a una de la torres de refrigeración. De acuerdo con los principios de la organización, el suceso fue presentado como una protesta pacífica, pero en realidad no lo fue tanto. No solamente porque utilizaron una motosierra para lograr el acceso, sino sobre todo porque uno de los guardas de seguridad recibió con esa máquina lesiones de cierta consideración: una herida de siete centímetros, en la zona de la cadera.

 

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