Cerveza y bocata para el fiscal

ALSA
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Un fiscal del Tribunal Supremo ha pasado el fin de semana en Granada. Tras disfrutar de la Alhambra y del Generalife, con bastante frío, regresó el domingo a Madrid. No lo hizo en tren ni en avión; ni siquiera en coche, sino en autobús. Se subió a bordo de un Alsa, archiconocido compañero de fatigas de los andaluces que, en algún momento, han viajado por carretera a la capital. El trayecto duró cuatro horas, como está previsto, con las paradas justas para no llegar a término demasiado tarde. El fiscal almorzó en uno de los bares de carretera donde estacionó el vehículo, pero en lugar de acercarse a la barra, sacó de la bolsa un bocadillo envuelto en papel de aluminio y una lata de cerveza, quizá algo caliente. Así cogió fuerzas para aguantar las dos horas que quedaban de camino. Tras finalizar la travesía en la estación de Méndez Álvaro, cogió un taxi que le llevó a casa.

 

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