La Moncloa mantiene la alerta por covid
La Covid-19 llegó a finales del 2019. El brote inicial en el mercado de la ciudad china de Wuhan tardó tres meses en inundar Europa. Con Italia, primero, y España, después, como las naciones más golpeadas al inicio de lo que terminó siendo una pandemia mundial. Este tipo de coronavirus colapsó los sistemas sanitarios y llevó a los gobiernos a imponer un encierro domiciliario que se extendió durante meses.
Después de la primera gran ola de contagios, la enfermedad respiratoria obligó a tomar medidas sanitarias en el ámbito social y laboral. Distancia de seguridad, dispensadores de gel hidroalcohólico, aforo en cuartos de baño y estancias pequeñas, mascarilla... Un largo etcétera de prevenciones obligatorias en el metro, los autobuses, empresas y edificios públicos que ya quedan lejanas tres años después y con la pandemia prácticamente extinta.
Sin embargo, un lugar tan emblemático como el Palacio de La Moncloa, residencia oficial del Gobierno y el presidente, mantiene el aspecto pandémico. Las paredes del edificio donde se celebran las ruedas de prensa cada martes mantienen numerosos folios plastificados distribuidos por las paredes con medidas de prevención para evitar los contagios.
A pesar de que el propio Gobierno retiró las mascarillas al aire libre y también en interiores hace un año, las indicaciones de La Moncloa van en dirección opuesta. Los baños marcan un aforo máximo de una persona a pesar de tener cuatro inodoros y dos lavabos. La propia sala donde comparecen los miembros del Ejecutivo todavía tiene instalados varios dispensadores de geles hidroalcohólicos.
