El PSOE no se moja sobre qué resultados consideraría un fracaso el 28-M
El Partido Socialista está de lleno en campaña. Faltan poco menos de dos semanas para las elecciones autonómicas y municipales, y los socialistas se juegan nueve gobiernos regionales y miles de municipios en los que gobiernan.
El foco se ha situado en una autonomía en particular: la Comunidad Valenciana. Un feudo del Partido Popular que la izquierda logró conquistar en 2015, y que desde entonces ha gobernado gracias a la suma de tres partidos: PSOE, Compromís y Podemos. Las encuestas dan la mayoría a la derecha, pero no garantizan que sea suficiente como para poder gobernar.
La pérdida de esta región sería un duro golpe para la izquierda. Del mismo modo, mantener todos los territorios que ostentan actualmente sería un logro que pondría en duda una supuesta remontada del PP para hacerse con la Moncloa.
Entre cálculos y sondeos ajustados, socialistas y populares son conscientes de que casi ningún territorio está asegurado, y de que, por tanto, estas dos semanas resultarán. Más aún con unas elecciones generales a la vuelta de la esquina.
Los comicios autonómicos tendrán un eco fundamental en la batalla por La Moncloa. Por eso, las formaciones miden cada vez más sus mensajes, y se cuidan mucho de establecer un baremo sobre qué resultados considerarían un éxito y cuál un fracaso.
En Ferraz, huyen de pronósticos, incluso a nivel interno. “No hacemos ese tipo de predicciones”, afirman en la cúpula socialista, rechazando marcar una expectativa que dentro de dos semanas se les vuelva en contra.