Consumo responsable y de calidad gracias a la denominación de origen de los productos cárnicos

Que proteja tanto a la fauna como a la flora de la península de la explotación y el comercio intensivo

Productos cárnicos.
Productos cárnicos.

Si por algo se puede definir estos últimos años, es por un movimiento social que ha apostado y está luchando por conseguir un único modelo de consumo, el consumo responsable. Un consumo que proteja tanto a la fauna como a la flora de la península de la explotación y el comercio intensivo.

Los altos niveles de consumo que se registran en la actualidad ha provocado que algunos sectores de la industria, para poder cubrir la elevada demanda de los usuarios, hayan ido dejando de lado aspectos eco sostenibles en pro de la producción y el consumo a gran escala.

En consecuencia, los usuarios hemos notado cómo bajaba la calidad de los productos de uso y consumo, y esta realidad se acentúa todavía más cuando hablamos del sector alimenticio.

La importancia de conocer el origen de los productos que consumimos

Mucho se ha especulado sobre el origen de los alimentos que ponemos día a día en nuestra mesa,  hasta tal punto que este asunto se ha trasladado hasta el debate público, e incluso político.

Y los productos cárnicos han sido el eje central de la mayoría de las polémicas,  de los cuales hemos sacado en claro que las macro granjas son modelos de explotación que deben extinguirse, o reestructurar su sistema de producción hacia un modelo más sostenible y humano.

Pero hasta que ese momento no llegue los amantes de los productos cárnicos hemos de apostar por el consumo de productos que vengan de una ganadería responsable, en definitiva por un modelo de explotación ganadera sostenible. Esta mejora en la calidad de vida del ganado, el cual no es hormonal o alimentado con químicos, conlleva a una mejora en la calidad del producto final, que es el que llega al consumidor.

Por otra parte, mediante este modelo se lucha contra el impacto medioambiental, ya que parte de la huella de carbono deviene de las emisiones de grandes explotaciones.

Para comer calidad hay que consumir productos elaborados artesanalmente

Esta sostenibilidad que busca la industria cárnica va unida a una denominación  culinaria: los alimentos artesanales. Y cuando los productos cárnicos sostenibles son tratados por artesanos se convierten en unas delicias gastronómicas conocidas por todos, los embutidos artesanales.

Nada tienen que ver los embutidos que provienen de estas granjas sostenibles con los que encontramos precintados en un brick de plástico en un super, y de esto saben bien en la Despensa Pisón. Una empresa riojana de artesanos que se dedican íntegramente a la elaboración de embutidos y productos cárnicos de la mayor calidad desde 1979 hasta nuestros días.

Y es que a este género no solo los diferencian su origen, también la experiencia unida a la innovación. Por ello, los embutidos ibéricos se han convertido en toda una experiencia gourmet para nuestros paladares, con tal amplitud de calidad y variedad en sus productos, que bien podríamos hacer exclusivas catas para probar  los distintos acabados de este manjar.

Chorizo picante, Cular, morcilla, salchicha o chistorra, entre otros, pero eso sí todos y cada uno de ellos elaborados desde la tradición, con el mejor producto, y siempre apostando por el respeto al producto principal, la carne.

Una consideración hacia el género que va desde el campo, dando una vida digna y una alimentación adecuada a los animales; durante el proceso de elaboración, producción y distribución; hasta finalizar en la venta de un producto que sabemos irá destinado a los hogares que estén comprometidos por un consumo razonable, de proximidad y calidad, donde el respeto termina en uno mismo y en lo que consume.

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