Falta de reacción coherente con Marruecos

Ha sorprendido a mucho ciudadanos, a organizaciones y a algún partido político, que ante la gravedad de lo que está pasando en El Aaiún (Sahara Occidental) no se haya producido una reacción coherente por parte del Gobierno, una reacción más acorde con los intereses españoles en la región y con el respeto a los derecho humanitarios de los saharauis. No es lo mismo escudarse en el hecho de que, a falta de fuentes independientes, sea muy difícil tener información fiable de lo sucedido que quejarse, como sería su obligación, de que Marruecos esté impidiendo la llegada de periodistas extranjeros a la capital de la antigua provincia española. Tras comprobar que la apuesta incondicional del Ejecutivo socialista a Rabat no ha funcionado, no sería lógico seguir insistiendo en un camino que hipoteca la posición de España en un momento crucial.