Andalucía se desmarca y las estadísticas les persiguen

En Andalucía 6.641.828 ciudadanos tendrán derecho a votar el próximo domingo para el Parlamento Autonómico de San Telmo. Pero hay que contar con la participación real. Se estima que el éxodo a la playa, la indiferencia y la abstención de muchos, reduzca  considerablemente ese número inicial. Según el CIS, en un flash informativo de última hora, el 18 % de los asiduos votantes aún son indecisos. Sin embargo, para los sondeadores está todo el pescado vendido. Lo increíble es que el tal 'pescado' es aún pez. Una criatura que nada, se mueve y campa a sus anchas por su hábitat. Todo un océano de incertidumbres para su pesca, que va desde empezar a navegar hasta llegar a puerto. Y por medio, un sinfín de aventuras.

Las empresas de encuestas, demográficas y elecciones electorales, en Andalucía no lo han tenido fácil, esta comunidad se desmarca, pero los sondeos le han perseguido. Estas publicaciones han podido crear falsas expectativas, confundir al electorado y exclusivamente solo tiene valor cómo cansino baile de dígitos. Un soniquete con música y letra, para que los programas mediáticos y sus intérpretes en las tertulias de las TV's lo entonen, tarareen e interpreten cuál soneto pegadizo.

Claro, no me refiero al CIS, que es la Institución pública estrella que ha creado cátedra y manipulación de voces de los españoles, la mentira y el adoctrinamiento. El Centro de Investigaciones Sociológicas, del socialista José Félix Tezanos, ha puesto de moda y crea escuela de canturreo. Le han seguido otras muchas empresas y medios privados que, igualmente, se han tirado al barro de los intereses comunes entre poderes políticos y mediáticos. Una auténtica sinfonía comercial.

Por tanto, estos pronósticos y cálculos aritméticos solo sirven; o para elevar la autoestima o para hundirla en la miseria; en definitiva, son tendeciosas. En último extremo, se trata de dar el 'do' de pecho, que es la primera nota de la escala musical, o el mayor tesón, fin y arrogancia para conseguir un objetivo. Así que, tampoco el menú cunde y el servicio no sacia la voluntad noble del elector a la hora de decidir por qué siglas decantarse. Una especie de Eurovision, pero partidistas, desafinados y peor, si cabe, para prevé acontecimientos. Al final triunfa aquello que deja patidifuso a la mayoría.

Lo cierto es que venden la piel del oso antes de cazarlo. Es decir, con el único propósito de seguir haciendo campaña. Eso sí, ésta es paralela a los mítines y sermones de líderes con siglas tradicionales, sin olvidar las mismas retahílas. Pero, estos candidatos globalistas cuentan con diapasón. Una jauría de asesores y politólogos (expertos fantasmas) que perfilan sus ideas y sincronizan sus instrumentos. A los políticos progres y feministas (qué no siempre feminil), sí que les suena la flauta, olfatean sillones, siguen manejando a los ciudadanos y organizan su propia orquesta una vez concluyen los comicios. Antes, ahora y después, es la misma música celestial, y se percibe cómo cantos de sirenas o brindis al sol. Después de lo metido (la papeleta), nada de lo prometido.

Es llamativo, y sirva cómo ejemplo, que el PP y VOX ya estén hablando de pactos, incluso antes de celebrarse las elecciones. Según El Confidencial Digital, Juanma Moreno y Santiago Abascal ya han llegado a acuerdos en caso que los populares necesiten a VOX para gobernar. Eso sí, tendiendo líneas rojas, sin tocar las leyes de violencia de género, cambio climático y memoria histórica. En cambio si cedería el PP en el recorte de gastos en Canal Sur y la reducción de Consejerías en el Gobierno andaluz. Claro, es insuficiente  para las aspiraciones de VOX, pero todo estará en dependencia de los resultados de las urnas. Por tanto, habrá que esperar para cerrar pactos, continuar con los abrumadores sondeos y tolerar el marketing de tantos cómo nos quieran aplicar.

Quién suscribe también podría ofrecer la porra, escrutinio o estadística. Seguro a muchos les sorprendería, a otros le subiría la bilirrubina y los más la utilizarían cómo coplilla, canción o cancioncilla, que no llegaría más allá de la talla de 'Cañita Brava' o Leonardo Dantés. Eso sí, argumentación política, exploración social y técnica de neuromarketing manejo. Por lo menos, 'el baile del pañuelo' lo domino a la perfección. El espectáculo estaría asegurado. Sobre todo, con carácter gratuito para los ciudadanos y sin trilerismos ni engañifas.

A la espera que los cálculos estén exento de pucherazo, en el próximo artículo les ofrezco el sondeo exacto. El lunes 20 de junio, en este mismo escenario y a la misma hora le espero. Le aseguro que no fallo.