¿Fascistas los que reciben piedras y antifascistas los que las lanzan?

Santiago Abascal y Rocío Monasterio, en un mitin de Vox en Cercedilla (Foto: Rafael Bastante / Europa Press).
Santiago Abascal y Rocío Monasterio, en un mitin de Vox en Cercedilla (Foto: Rafael Bastante / Europa Press).

Este cuatro de mayo, se celebran elecciones autonómicas de Madrid, y como es lógico, las distintas alternativas políticas han salido a la calle a ejercer su derecho de mostrar su ideario a la ciudadanía. Por desgracia, debido a la crispación y la división en el espectro político, algunos actos no se han podido celebrar en total libertad.

El pasado miércoles siete de abril, Vox realizó su primer acto de la campaña y la presentación de su candidatura. Este grupo político, optó por realizar este acto en el sureño barrio de Vallecas. Debería ser una evidencia, pero en vista de que algunos se las dan de ladinos y muestran la supremacía moral frente a otras ideas que les caracteriza; prefiero aclarar que cualquier grupo político está en su legítimo y pleno derecho de realizar un acto de campaña en cualquier parte del territorio nacional (1. Estatuto de partidos).

A mi juicio, la celebración del acto de precampaña de Vox en Vallecas, tiene un claro objetivo: buscar el voto obrero, ya que quizás, hayan agotado la búsqueda en el sector del centro-derecha, y es por ello por lo que esta formación ha optado por el distrito de Vallecas, feudo histórico del socialismo. Siempre he creído que las opiniones son subjetividades, y no tienen por qué estar en el terreno de la verdad ni de la mentira. Es por ello, por lo que quiero citar un dato objetivo que no ofrece dudas: en las pasadas elecciones de la C.A.M., Vox logró el 13,3% de los apoyos en el distrito vallecano.

Más allá de las razones partidistas de Vox, comienzo a analizar y comentar que sucedió en este encuentro electoral protagonizado por Vox –valga el pleonasmo-. Desde el principio al final del acto, el ambiente estuvo caracterizado por la tensión y la agresividad. Los grupos supuestamente “antifascistas”, propugnaban difundir el odio contra Vox gritando a los cuatro vientos “fuera fascistas de nuestros barrios”. Llama la atención de esta anodina frase la adjudicación por parte de algunos de determinadas zonas de Madrid. Este grupúsculo minoritario (“antifascistas”), propinaba pedradas y agredía verbal y físicamente a los oyentes de S. Abascal. Pero aun así, para algunos los provocadores eran los seguidores de Vox, y no lo digo yo, sino sus abyectas afirmaciones. Es curioso como los que se venden como defensores de la democracia y la libertad, sean los primeros en caparla y aminorarla cuando no la ejercen personas de su línea política o simplemente disidentes de su ideario.

Además a esta gran alteración ambiental padecida, hay que añadirle el abandono y la dejadez por parte del Ministerio del Interior comandado por F. Grande-Marlaska, que envió (a conciencia de ello) a menos policías y en general fuerzas de seguridad de los que la situación requería para hacer frente a la turba radical que se presentó para boicotear el acto.

Como he dicho anteriormente, varias figuras con relevantes cargos gubernamentales, no solo no han condenado semejante boicot, sino que a su juicio el culpable era Vox y como decía la ministra de igualdad I. Montero: “…los vecinos de Vallecas defendían su barrio…”, lo primero que tengo que objetar a cerca de semejante afirmación es que menuda forma de ensuciar la figura de los vecinos vallecanos, ya que por fortuna la mayoría no creen en la violencia como medio para amedrentar a personas con ideas diferentes y en segundo lugar, en el siglo XXI, los barrios no son de nadie, aunque algunos debido a su tono posesivo, parece que añoren el feudalismo del medievo.

A modo de conclusión, muestro mi más rotunda condena a los altercados sufridos por la formación política Vox, y señalo que así lo haría independientemente del color o grupo político que hubiera sufrido la violencia. Este espíritu, es democrático y quien a la hora de condenar sea parcial, no es demócrata sino cínico.

(1) Estatuto de partidos.

 

Video del día

Los efectos del hachís o el cannabis sobre los más
jóvenes han quedado demostrados: hay un gran
riesgo de enfermedades mentales
Comentarios