Kia Sportage HEV y PHEV. La hibridación al poder

Aspecto exterior idéntico tanto para el Kia Sportage 1.6 T-GDI HEV híbrido como para el Sportage 1.6 T-GDI PHEV híbrido enchufable.
Aspecto exterior idéntico tanto para el Kia Sportage 1.6 T-GDI HEV híbrido como para el Sportage 1.6 T-GDI PHEV híbrido enchufable.

Dentro de la diversa y completa familia Kia Sportage no podían faltar los modelos electrificados, cuyos principales protagonistas son, el Kia Sportage 1.6 T-GDI HEV híbrido y el Kia Sportage 1.6 T-GDI PHEV híbrido enchufable. El modelo híbrido enchufable (PHEV) puede recorrer en modo eléctrico hasta 70 km.

En la variada oferta que propone el Kia Sportage encuentran acomodo un amplio surtido de versiones motorizadas con todo tipo de propulsores,  gasolina, diésel, gasolina y diésel con hibridación ligera de 48 V (MHEV), híbrido e híbrido enchufable, con potencias entre 115 CV y 265 CV. Además se puede escoger entre variantes con tracción delantera o total. El Kia Sportage resulta esencial para la marca coreana no solo por su condición de todocamino, sino también porque la categoría en la que se inscribe  (C-SUV) es la de mayor volumen dentro del mercado de los SUV al acaparar una cuota del 28%.

En lo que respecta a los Kia Sportage 1.6 T-GDI HEV (Híbrido) y Sportage 1.6 T-GDI PHEV (Híbrido enchufable) destacan especialmente por su marcada vocación medioambiental. El primero es portador de la etiqueta ambiental Eco de la DGT (Dirección General de Tráfico), mientras al PHEV le corresponde la etiqueta 0 emisiones. Ambas etiquetas aparte de propiciar importantes ahorros tanto en la compra como en el uso del vehículo, prácticamente constituyen una herramienta cada vez más necesaria para los residentes en las grandes ciudades o para aquellos usuarios que por  su trabajo tengan que circular frecuentemente por las zonas de bajas emisiones (ZBE).

El atractivo del Kia Sportage también queda bien patente en vista lateral, destacando el perfil cromado que se extiende hasta la parte trasera de la carrocería y sigue el contorno del alerón trasero.
El atractivo del Kia Sportage también queda bien patente en vista lateral, destacando el perfil cromado que se extiende hasta la parte trasera de la carrocería y sigue el contorno del alerón trasero.

Hay que destacar que aporta mayores ventajas la etiqueta 0 emisiones en tanto no paga ni el impuesto de matriculación ni el de circulación y el aparcamiento resulta gratuito en las zonas de estacionamiento regulado (SER). La etiqueta Eco incluye bonificaciones en el impuesto de circulación y descuentos al aparcar  en zonas de estacionamiento regulado. Pero ambas se erigen en llaves de acceso que permiten circular por las zonas de bajas emisiones (ZBE).

Kia Sportage 1.6 T-GDI HEV

Por definición un vehículo híbrido es aquel que va dotado con un motor de combustión, un motor eléctrico y una batería de baja capacidad que solo permite recorridos muy cortos en modo eléctrico, en torno a 3 kilómetros, y a velocidades entre 60 y 80 km/h.  El motor eléctrico oficiando de generador, tanto en las fases de retención como en las de frenado, es el responsable de recargar la batería además del generador accionado por el motor de combustión, motivo por el que a estos automóviles también se los denomina híbridos auto recargables. Es el caso del Kia Sportage 1.6 T-GDI HEV, un interesante híbrido cuyo sistema propulsor consta de un motor de gasolina de 4 cilindros en línea y 1,6 litros de cilindrada (180 CV) asociado a un electromotor de 60 CV para desarrollar conjuntamente 230 CV. La batería tiene una capacidad de 1,49 kWh. El vehículo puede funcionar solo con el electromotor, el motor de gasolina o ambos trabajando conjuntamente. Curiosamente no existe un botón (EV) para forzar la propulsión eléctrica como en otros modelos híbridos.

La trasera luce un musculoso y deportivo aspecto. Resaltan las estilizadas ópticas unidas por una tira horizontal que transmiten al conjunto sensación de anchura.
La trasera luce un musculoso y deportivo aspecto. Resaltan las estilizadas ópticas unidas por una tira horizontal que transmiten al conjunto sensación de anchura.

A nivel de transmisión este Sportage HEV puede contar con tracción delantera (4x2) o tracción integral (4x4) a tiempo parcial. En las versiones 4x4, antes del diferencial trasero,  un embrague multidisco controlado electrónicamente recibe el movimiento del árbol central de la transmisión, siendo el encargado de trasferir par a las ruedas traseras. Este sistema de transmisión 4x4 es a tiempo parcial y se conecta automáticamente. El coche en condiciones normales funciona como un tracción delantera para economizar combustible, pero en el caso de registrarse pérdidas de adherencia por parte del eje delantero el mencionado embrague multidisco  trasfiere proporcionalmente de forma automática parte del par al eje posterior. En lo que concierne a la caja de cambios es automática con 6 relaciones, de tipo convertidor de par. Ofrece un funcionamiento más suave y sedoso que el otro cambio automático de doble embrague con 7 velocidades que montan otras versiones del Sportage.

Los modelos 4x4 añaden un sistema de modos de conducción específico, el Terrain, que se suma al de modos Drive. Para su operación cuentan con una ruleta situada detrás del selector también giratorio del cambio automático. Dicha ruleta incluye en su núcleo dos teclas: Drive y Terrain. Si se pulsa Drive se puede escoger entre dos modos de conducción, el Eco y el Sport. El Eco prima la economía de uso en tanto el Sport prioriza una utilización más deportiva del propulsor, con una respuesta mucho más viva del acelerador. El selector de modos Terrain da acceso a tres programas específicos para la circulación por terrenos de distinta naturaleza: Snow (nieve), Mud (barro) y Sand (arena). Hay que apuntar que el control del descenso de pendientes también se ofrece en versiones 4x2.

Para circular fuera del asfalto o por determinados escenarios el selector de modos Terrain ofrece tres programas específicos, Snow (nieve), Mud (Barro) y Sand (arena).
Para circular fuera del asfalto o por determinados escenarios el selector de modos Terrain ofrece tres programas específicos, Snow (nieve), Mud (Barro) y Sand (arena).

El Kia Sportage HEV ofrece consumos bastante ajustados. En ciclo combinado WLTP firma 6,3 l/100 km, que se reducen hasta los 5,6 l/100 km si se trata de una versión 4x2. En un recorrido mixto autovía-población se obtuvo un gasto de 6,7 l/100 km. Una buena cifra. Llegando al apartado de las prestaciones la velocidad máxima es de 193 km/h, empleando un tiempo de 8,3 s para acelerar de 0 a 100 km/h. Se ofrecen tres niveles de equipamiento: Drive, Tech y GT-Line, con una horquilla de precios que oscila entre 37.980 euros (Drive 4x2) y 49.957 euros (GT-Line 4x4).

Kia Sportage 1.6 T-GDI PHEV

Con respecto a su hermano híbrido, el Kia Sportage 1.6 T-GDI PHEV híbrido enchufable monta un sistema propulsor algo más potente y una batería de mayor capacidad que le permite recorrer en modo eléctrico hasta 70 km. Este modelo es muy recomendable si se hacen diariamente recorridos iguales o inferiores a los marcados por su autonomía eléctrica y, sobre todo, resulta muy necesario cargarlo en casa o en el lugar de trabajo. Para sacar el mayor partido a los híbridos enchufables es crucial que se recargue su batería, no cayendo en la tentación de utilizarlos solo con el motor de combustión. Así se obtiene un uso del vehículo más económico y puede compensarse su mayor precio de adquisición. Con la batería cargada en modo eléctrico pueden obtenerse consumos bastante recortados, en torno a 18,5 kWh/100 km, pero si se recurre al modo de funcionamiento híbrido pueden verse lecturas entre 4 y 4,6 l/100km en un trayecto que engloba ciudad, autovía y carretera convencional. Unas lecturas que se elevan hasta  los 8 l/100 km circulando con el motor térmico y la batería descargada. Los datos oficiales arrojan en ciclo WLTP un consumo combinado de 1,1 l/100 km.

 
La pantalla multimedia ofrece una completa información sobre el funcionamiento del sistema de propulsión híbrido.
La pantalla multimedia ofrece una completa información sobre el funcionamiento del sistema de propulsión híbrido.

El sistema de propulsión del Kia Sportage PHEV híbrido enchufable consta del mismo propulsor de gasolina 1.6 (180 CV) que su hermano Sportage HEV, pero el electromotor eleva la potencia hasta los 91 CV, arrojando una potencia total combinada de 265 CV. La batería tiene una capacidad de 13,8 kWh para homologar una autonomía en modo eléctrico de 70 km. La tracción es siempre integral, y el cambio es automático de tipo convertidor con 6 marchas. Para gestionar el funcionamiento del sistema híbrido se contemplan tres programas: HEV (Híbrido), EV (Eléctrico) y Auto (Automático). Pero no hay un programa que permita conservar la energía de la batería, ni para recargarla con el generador del motor de gasolina. La velocidad máxima es de 191 km/h, mientras emplea 8,2 s para pasar de 0 a 100 km/h.

Llegado el momento de recargar la batería, con 7,2 kW de potencia se tarda 2,2 horas en la recarga completa. En el caso de recurrir a un enchufe convencional de 2,3 kW el tiempo de carga se estira hasta las 5,5 horas. El Sportage PHEV se ofrece con tres niveles de equipamiento: Drive (42.390 euros), Tech (45.290 euros) y GT-Line (51.090 euros).

Un diseño muy personal

Con una longitud de 4,51 m, el Kia Sportage HEV y PHEV se sitúa en el segmento de los todocamino compactos (C-SUV). Pero lo que a buen seguro cautivará de primeras al potencial comprador del Kia Sportage es su rompedor y vanguardista diseño que inauguró una nueva filosofía estilística. Destaca especialmente el impactante frontal con la parrilla en negro que abarca todo el ancho. Esta parrilla combina la característica “nariz de tigre” de Kia con las luces diurnas de led en forma de boomerang. Además de su original formato estas  luces diurnas crean un marco o contorno para los asimismo originales faros de led, camuflados en los extremos del frontal. Todo un ejercicio de estilo.

Impactante frontal que incluye unos originales faros de led camuflados en sus extremos y una luces diurnas en forma de boomerang.
Impactante frontal que incluye unos originales faros de led camuflados en sus extremos y una luces diurnas en forma de boomerang.

En el lateral se encarga de resaltar la línea de cintura una tira cromada que se prolonga hasta la parte trasera de la carrocería, y que continúa por el montante C siguiendo el contorno del alerón trasero. La parte trasera, que  luce un musculoso a la par que deportivo aspecto, incluye unas esbeltas ópticas unidas por una tira horizontal que transmiten al conjunto sensación de anchura. Sin lugar a dudas uno de los mayores rivales del Kia Sportage es su primo, el Hyundai Tucson, con un diseño igual de impactante. La elección entre uno u otro irá en función de los gustos personales, ahora bien el Sportage, dentro del vanguardismo del que presumen ambos modelos tiene unas líneas menos barrocas, menos recargadas que el Tucson, capaces quizá de atraer a un cliente más conservador.

Siguiendo la tónica del diseño exterior, el interior del los Kia Sportage HEV y PHEV tampoco deja indiferente a nadie. Presidiendo el salpicadero llama poderosamente la atención una gran pantalla panorámica curvada que en realidad agrupa dos pantallas de 12,3 pulgadas, una a continuación de la otra. La posicionada frente al conductor oficia de cuadro de instrumentos, mientras a su derecha va la del sistema multimedia, que es táctil. Debajo se ubica una pantalla  alargada que sirve para operar a discreción del conductor el climatizador o algunas funciones del sistema multimedia.

La gran pantalla panorámica curvada que preside el salpicadero en realidad agrupa dos pantallas de 12,3 pulgadas. Una oficia de cuadro de instrumentos y la otra da servicio al sistema multimedia.
La gran pantalla panorámica curvada que preside el salpicadero en realidad agrupa dos pantallas de 12,3 pulgadas. Una oficia de cuadro de instrumentos y la otra da servicio al sistema multimedia.

El conjunto transmite una gran sensación de sofisticación que se funde con la sensación de calidad general que irradia el habitáculo. Un habitáculo muy espacioso que además cuenta con uno de los maleros más capaces de su categoría, con un volumen de 587 l en el Sportage HEV y de 540 l en el caso del Sportage PHEV, ampliables respectivamente hasta los 1.776 l y 1.715 l al abatir el asiento trasero.

Amplia dotación tecnológica

Dentro de los tres niveles de equipamiento que se pueden escoger para estas versiones híbridas del Kia Sportage, Drive, Tech y GT-Line, la GT-Line destaca por su frontal específico, el cubre cárter, la carrocería bicolor con el techo en negro, el paragolpes específico en el color de la carrocería, la protección trasera en plata, etc.; mientras en el interior cabe apuntar, el diseño GT-Line del volante, el logo GT-Line en la tapicería de cuero, los pedales deportivos o el revestimiento del techo en negro.

Hablando de tecnología, estos Kia Sportage híbridos van muy bien servidos. Los sistemas ADAS de ayuda a la conducción introducen interesantes novedades. Cabe señalar el sistema para evitar colisiones, incluso en cruces, el sistema de asistencia a la conducción en autopista, el control de crucero inteligente basado en la navegación con control de las curvas, el asistente de aparcamiento remoto que permite aparcar desde el exterior del vehículo o el nuevo sistema para evitar colisiones en ángulo muerto. Este dispositivo se complementa con el monitor de ángulo muerto que muestra en la instrumentación una imagen de la parte trasera y lateral del vehículo al accionar el intermitente.

El monitor de ángulo muerto muestra en la instrumentación una imagen de la parte trasera y lateral del vehículo cuando se acciona el intermitente.
El monitor de ángulo muerto muestra en la instrumentación una imagen de la parte trasera y lateral del vehículo cuando se acciona el intermitente.

Dinámicamente son coches por encima de todo muy cómodos, con un rodar suave y aplomado que también digiere muy bien los tramos con abundantes curvas. Un dinamismo que sube puntos con la suspensión controlada electrónicamente (ECS) al añadir un plus de confort y seguridad. Esta suspensión controla continuamente la amortiguación, reaccionando rápidamente a los movimientos de la carrocería y de la dirección con el objeto de contrarrestar en las curvas tanto el cabeceo como el balanceo de la carrocería. Asimismo adapta el tarado de los amortiguadores para salvar suavemente los obstáculos, reduciendo los rebotes.

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