Los cantos de sirena del PP

Alfonso Galdón Ruiz.
Alfonso Galdón Ruiz.

Este 13 de octubre,  el diario “El País”,  publicaba la que podría haber sido una magnífica noticia: “El PP planea derogar la ley del aborto aunque la avale el Constitucional”.

Vaya por delante que siempre es bienvenido cuestionar la injusta situación de indefensión en la que se encuentra el no nacido en España. Pero, a los que nos preocupa la defensa de la vida del nasciturus y la promoción de la Dignidad Humana, no podemos olvidar la gran traición que hizo Rajoy a su electorado cuando incumplió la promesa electoral del PP de derogar la “ley Aído”.

¿Merece el PP una segunda oportunidad? ¿Han aprendido de su error?

Nos parece que sería muy ingenuo pensar eso. Hay muchos indicios de cuál es la verdadera intención del PP en relación al aborto:

El PP se ha desentendido del recurso de inconstitucionalidad de la “ley Aído” que, en su día, presentó ante el Tribunal Constitucional. Al final, vista la inacción del PP, han tenido que ser antiguos diputados de este partido, algunos ya en otras formaciones, los que,  a título personal, han denunciado, el pasado 16 de junio, al TC ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En concreto, el TC es denunciado por violar el Convenio Europeo de Derechos Humanos que, en su artículo 6.1 reconoce el derecho a un proceso justo y en un plazo razonable.

Hace un par de semanas nos enterábamos que el Servicio Murciano de Salud destinará más de 6 millones de euros de dinero público en financiar abortos en establecimientos privados. ¿Por qué tanto interés del PP en cumplir una ley que en su día calificó de inconstitucional y que ahora dice querer derogar?

La Ley de Ayuda a la Mujer Embarazada fue aprobada por mayoría en la Asamblea Regional de Murcia en 2009 y, desde entonces, está en un cajón.

Son solo unos ejemplos que ilustran cómo el PP, que podía haber hecho tanto estos años en defensa del no nacido, apenas ha hecho nada y hacen que el anuncio de derogar la “ley Aído” sea un canto de sirena.

¿Una estrategia para tratar de asegurar algunos votos?

Un último apunte: Lo lógico es que el Tribunal Constitucional, en coherencia con su propia doctrina (STC 53/1985), dictamine la inconstitucionalidad de la actual ley del aborto. Forzar ahora otra interpretación de la Carta Magna dejaría el prestigio jurídico del TC por los suelos.

Ahora, sólo queda Valores para defender a los más débiles y a sus madres.

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