Navíos españoles naufragados en Trafalgar: El NSMC Monarca

Portada libro Trafalgar.
Portada libro Trafalgar.

Lo que se inició en el escenario del combate, y se incrementó tras él, fue la aparición de una «gota fría» o «cut off lows». Fenómeno atmosférico integrado por truenos, relámpagos, chubascos, olas encrestadas, nieblas, viento…[1]

Al no existir instrumentos técnicos de medición, la investigación se reduce al análisis de testimonios de algunos oficiales y marinería: diarios de abordo y cartas particulares y oficiales. Metodología de análisis documental e histórico. Ellas no nos proporcionan, por sí mismas, una descripción precisa del fenómeno climatológico. Pero si, al menos, ofrecen impresiones personales y constatan hechos que son útiles para percibir un entorno que se vivió junto a la angustia del combate y , posteriormente, junto al pesar de la derrota.

Los marinos definían la fuerza de los vientos conforme a su criterio, estrechamente unido a su  experiencia de navegación. Además, el uso de diversa terminología, desde la amplia y poco descriptiva recogida, por ejemplo, en el Diccionario marítimo español de 1831 cuyas voces fueron usadas en el conflicto naval, a la más expresiva de la británica escala de Beaufort de 1805, no ofrecen mayores precisiones. Ante la falta de medios tecnológicos todo se trata de percepciones subjetivas. Y todas ellas coinciden en que lo vivido en esas aguas nunca fue visto.

Trafalgar, además de un combate entre navíos de guerra, lo fue también contra una naturaleza colérica y rota de furia. Esta segunda parte del combate es menos conocida, aunque más trágica que la primera.

Consecuencia de la tempestad naufragaron los navíos españoles siguientes:

  • NSMC Monarca, alias S. Cayetano, comandante: capitán de navío D. Teodoro Argumosa.
  • NSMC San Francisco de Asís, comandante: capitán de navío D. Luis Florez.
  • NSMC Rayo, alias San Pedro Apóstol, comandante: brigadier D. Enrique Macdonnell.
  • NSMC Neptuno, alias S. Francisco Javier, comandante: brigadier D. Cayetano Valdés. Herido en combate toma el mando el teniente de navío D. Santos A. de Membiela.

 Y los siguientes navíos franceses:

  • NSMI Fougueux, comandado por  el capitán de navío M. Louis-Alexis Baudouin, entre Santi-Petri y Torre Gorda.
  • NSMI Indomptable, comandado por el capitán de navío M. Jean-Joseph Hubert, en la costa del Puerto de Santa María.
  • NSMI Bucentaure, comandado por el capitán de navío M. Jean-Jacques Magendie, en la entrada del puerto de Cádiz.
  • NSMI Berwick, comandado por el capitán de navío M. Jean-Gilles Filhol de Camas, entre Santi-Petri y Torre Gorda.
  • NSMI L’Aigle, comandado por el capitán de navío M. Pierre-Paulin Gourrège[2], en la costa del Puerto de Santa María

Respecto a los navios españoles nos centramos en este estudio en el Monarca.

NSMC Monarca

Comandado por el capitán de navío D. Teodoro de Argumosa y Bourke (Guadalajara,1760). De segundo comandante, el capitán de fragata D. Francisco Vicente de Voz.

 

Como oficiales de guerra, tenientes de navío: D. Joaquín Jorganes y D. Ramón Amaya; tenientes de fragata: D. José Lama y Montes y D. Juan del Busto; alférez de navío: D. Pedro Bois-Grollier; alférez de fragata: D. José Sesma y D. Felipe Saso. Como guardias marinas: D. José Barros, D José Peón y D. Antonio Maymó.

La dotación era de 677 personas incluida milicia del Regimiento de Voluntarios de la Corona (después, S. Marcial).

En el combate cayeron 250 hombres: 100 muertos y 150 heridos. Tuvo una duración de una hora.

Fue cañoneado por tres navíos ingleses siendo batido por 228 cañones[3].

El NSMC Monarca, alias S. Cayetano, fue construido en el astillero de Ferrol, botado el 17 de marzo de 1794. Pertenecía a la serie S. Ildefonso siguiendo el sistema de Fernández de Landa, pero a diferencia de los otros navíos de su serie presentaba un repartimiento de espacios diferentes en las cubiertas.

Ello fue el resultado de las propuestas de los tenientes generales Mazarredo, Félix de Tejada e Ignacio María de Álava, convocados en 1786 a una Junta para obtener mayor racionalidad y efectividad en el navío[4].

De eslora media 52.82 m.; de manga 14.46 m. y puntal 6.95m.

Porte de 74 cañones: 28 cañones de a 24 libras en la primera batería, 30 de a 18 libras en la segunda, 16 de a 8 libras en el alcázar y castillo.

Tras el combate, el navío, como recoge su comandante: quedó sin obenque[5] en sus palos, toda la maniobra[6] cortada, sin verga seca[7] ni de sobremesana[8], los palos acribillados y amenazando su caída inmediata, la artillería de alcázar y toldilla desmontada, notable proporción de ésta en las baterías en iguales términos, muchos muertos y heridos según los partes verbales de los oficiales, las cubiertas destrozadas y en muchas caídas.

Haciendo aguas, con incendios a bordo, uno de ellos en la santabárbara, se rinde al HMS Bellerophon, comandado por el capitán de navío J. Cooke.

El navío ingles embarcó a parte de su tripulación y destinó a 55 hombres como presa el mismo día 21 de octubre. Sin embargo, por la noche, se pican los cabos y se liberan del captor quedando a la deriva y a merced de los vientos.

Aprovechando una calma del temporal, el día 24, intentan armar el navío para su gobierno y dirigirlo a Cádiz.

El HMS Leviathan lo obligó a fondear, trasbordó a la milicia inglesa y alguna española, entre ellos a su comandante herido y picó los cables dejando al navío español a su ventura. El barco, con los heridos más graves y 100 hombres, fue arrastrado por las corrientes y la tempestad hacia la costa.

Fue el 28 de octubre cuando se produjo el naufragio. El temporal adquirió tal dureza que impedía a las barcas de salvamento arribar a la embarcación. El 29 lograron acceder al buque encontrando muertos a gran parte de los heridos, posiblemente por inanición.

Fueron evacuados 24 marineros, 46 soldados del ejército, 9 brigadas de artillería de marina y 24 de batallones. Solamente 30 fueron hospitalizados.

Los hombres retenidos en el HMS Bellerophon llegaron a Gibraltar el día 27 y entregados en Algeciras el 30 siguiente. Los recogidos por otro navío británico fueron transbordados a dos fragatas francesas el día 23 y desembarcados en Cádiz el 1 de noviembre.

Como puede comprobarse concurren diferentes fechas del hecho, posiblemente debido a un error de transcripción de los documentos manuscritos. Por ello, en otras fuentes documentales concretan la fecha del 23 de octubre como el día en que se produjo el naufragio o el 27 o 28 como sostiene Aragón Fontenla y otros.

Lo que queda del navío NSMC Monarca fue incendiado por la fragata británica Naiad y voló el 1 de noviembre[9].

Es una versión refutada por Aragón Fontenla[10] para quien el HMS Leviathan, dado los heridos que quedaban en el barco, no lo incendio y tampoco lo voló.

Según el oficio de 22 noviembre de 1805 enviado por el teniente general Moreno al príncipe de la Paz, concreta el paraje de La Figuera, costa de Sanlúcar, como el lugar en donde se produjo el naufragio[11].

En la carta enviada por Cuthbert Collingwood a William Marsden desde la fragata Euryalus el 4 de noviembre de 1805 indica que el naufragio del NSMC Monarca se produjo en San Lúcar[12].

En el parte de campaña remitido por Escaño a Gil y Lemus de 29 de octubre, fijan el naufragio en Arenas Gordas, entre la Higuerita y el Espirillo[13].

Arenas Gordas, Doñana (Huelva) es el lugar identificado por los investigadores Gallardo Abárzuza y Márquez Carmona después del análisis de fuentes documentales consultadas.


[1] Apunte de mi libro: « Estudios sobre Trafalgar: Tempestad, Marinos e Imperio», Madrid: 2020.

[2] Aragón Fontenla, M. (2005): La suerte de los vencidos, los diez días siguientes, Revista General de Marina, agosto-septiembre, p. 405.

Cfr.: Diario «La época», de 21 de octubre de 1905.

[3] Gómez Enríquez, R. y Gómez Enríquez, V. (2005): La táctica de Nelson, factor decisivo en la batalla de Trafalgar, Revista General de Marina, agosto-septiembre, pp. 361.

[4] García Torralba Pérez, E. (2016): «Navíos de la Real Armada: 1700-1860», cit., p. 428.

[5] Para el «Diccionario marítimo español» (1831), cit., p. 386, el «obenque» es cada uno de los cabos gruesos con que se sujeta un palo o mastelero desde su cabeza a la mesa de guarnición o cofa correspondiente por una y otra banda.

[6] Para el «Diccionario marítimo español» (1831), cit., p. 355, la «maniobra» es el conjunto de todos los cabos y aparejos de una embarcación y también el de uno cualquiera de sus palos, vergas, etc. y el de los que actúan en una faena u operación.

[7] Según el Real Academia Española (2014): «Diccionario de la lengua española», 23ª edic, Madrid: Espasa Calpe, la «verga seca» es la verga mayor del palo de mesana que no lleva vela.

[8] Conforme al «Diccionario marítimo español» (1831), cit., p. 496, se llama «sobremesana» la gavia del palo de mesana. Entendiendo por «gavia», conforme a la fuente citada, p. 294, la denominación general de toda vela que se larga en el mastelero que va sobre el palo principal. Por antonomasia tiene este nombre particular la del mastelero mayor.

[9] González-Aller, J.I. (2004): «La Campaña de Trafalgar (1804-1805), Corpus documental», t. II, cit., p. 1702.

[10] Aragón Fontenla, M. (2005): La suerte de los vencidos, los diez días siguientes, cit., p. 402.

[11] Lon Romeo, E. (2005): «Trafalgar. Papales de la Campaña de 1805», cit., p. 339.

[12] González-Aller, J.I. (2004): «La Campaña de Trafalgar (1804-1805), Corpus documental», t. II, cit., p. 1166.

[13] Fernández Duro, C. (1867): «Naufragios de la Armada Española», cit., p. 200 y Lon Romeo, E. (2005): «Trafalgar. Papales de la Campaña de 1805», cit., p. 354.

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