¿Qué democracia tenemos? Sr. Varela

Escritor, analista político y colaborador de Onda Cero

¿Qué democracia tenemos? Sr. Varela. Fuente | Onda Zero.
¿Qué democracia tenemos? Sr. Varela. Fuente | Onda Zero.

Me refiero a Ignacio Varela, el escritor, el analista político, el colaborador de Onda Cero, de quién tengo una estupenda​ opinión, no sólo por los dichos méritos, sino por las dosis de humanidad y sensatez que le escucho en la mencionada radio.

Para esta conversación imaginaria con la que me permito abordarle, le ofrezco la siguiente observación de los años 80 del pasado siglo.

En un estudio en el que yo participaba, en el que se evaluaba la “carga” nuclear de ADN por citometría de flujo, en células aisladas de cánceres de colon ya extirpados, se observó que el aumento, o disminución, cuantitativa sobre el valor normal (=2n; supuestamente equivalente al ADN que portaban los normales 23 pares humanos), no se correlacionaba necesariamente con el curso clínico que había experimentado el paciente.

Es decir, la clave no estaba en la cantidad alterada, que se debería a las alteraciones numéricas -ganancias o pérdidas- de los cromosomas y/o sus brazos, sino en la calidad de sus minúsculos trozos constituyentes, que son los genes.

No sé si a mi convidado de piedra, el Sr. Varela, se le estaría ocurriendo qué algo así puede ser observado en las democracias políticas.

Veamos: una abrumadora suma (=cantidad) de votos de un color, o suma de colores, no se correlaciona necesariamente con un nivel meritorio (=calidad) en el ejercicio de una determinada democracia.

Y, sin embargo, otra, con cifras por la mínima, incluso en difícil estabilidad, puede funcionar mejor.

Recordarán que, en un día no muy lejano, un afamado político, algo vocinglero, y con un apéndice piloso notable, dijo algo así como: “que la calidad de nuestra democracia dejaba mucho que desear”, estando él mismo dentro del “sistema”, condicionando el funcionamiento de lo que criticaba…

Las imperfecciones de la democracia generalmente vienen condicionadas por el nivel educativo de los que votan, y de su estatus económico. Y al nivel de los que han sido elegidos, depende de su integridad moral y de su independencia o dependencia del dinero de los administrados. Pero, admito que pueda corregirse mi percepción.

 

No conozco en profundidad la obra de Alexis de Tocqueville (1805-1859), un hijo intelectual de la revolución francesa, que descubrió la imperfección de la democracia de EEUU durante su estancia allí por encargo de su gobierno francés: “Era verdad lo del sufragiouniversal (votar) en América, cuando en Europa todavía quedaban muchos regímenes monárquicos, pero la verdad era que, finalmente, el poder iba a parar a manos deunos pocos…” Similar a la antiguas Grecia y Roma. No olvidando que, en la Francia de la Revolución (pasada “la fiebre”) un militar y sus hermanos reconstruyeron para sí no sólo una monarquía sino un imperio de césares.

Vean como vemos el pueblo, lo que pasa en el Sagrado Templo de la Democracia en el que solo los elegidos pueden entrar :

Votación: P+I+Y+V+C+Otros…= N+1 (= ¡ganan! = ¡democracia aritmética!), lo cual, “caerá” bien, o mal, sobre los votantes de “P”, que nada querían saber del resto de los “sumandos democráticos” cuando votaron para cuatro años. Entonces: ¿A quienes representanlas coaliciones?

Si los lectores comparten mi perplejidad, espero que comprendan la necesidad de que acudamos al Sr. Varela y preguntarle: “¿Qué democracia tenemos? Sr Varela”

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