José Bono y José Antonio Alonso encuentran un nuevo motivo de discordia con el despliegue del Ejército en Ceuta y Melilla

Ya se han comentado en estas páginas las fricciones interministeriales entre Interior y Defensa, y más concretamente entre Alonso y Bono, por cuestiones tanto de preeminencia política como por el control de Arruche. Según informaciones recogidas por El Confidencial Digital, con el Ejército en Ceuta y Melilla, vuelve a haber problemas.

Ya se han comentado en estas páginas las fricciones interministeriales entre Interior y Defensa, y más concretamente entre Alonso y Bono, por cuestiones tanto de preeminencia política como por el control de Arruche. Según informaciones recogidas por El Confidencial Digital, con el Ejército en Ceuta y Melilla, vuelve a haber problemas. El despliegue de soldados españoles en la frontera tiene, ante todo, efectos disuasorios, habida cuenta de que los soldados no son la autoridad civil y no pueden, por tanto, efectuar detenciones. Estas son competencia de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. El Ejército tampoco puede utilizar sus armas, pero sí los tradicionales medios antidisturbios. Así las cosas, la primera queja en Interior fue que el despliegue fue “tardío” y “escaso”. Ahora se temen encontronazos y disfunciones en el control fronterizo por el distinto carácter de los cuerpos allí destacados, si bien es la Benemérita quien figura al mando. Con todo, lo que más se subraya es el escaso pragmatismo de desplazar el Ejército hasta allí, cuando lo que en realidad hubiese hecho más falta es un mayor número de guardias civiles y de efectivos de la Policía Nacional. Esta divergencia de pareceres entre lo que opina Interior y lo que ha hecho Defensa ha vuelto a agriar la lucha de poderes que desde tiempo atrás mantienen los ministros Alonso y Bono.

 

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