Rajoy frenó a Enrico Letta en La Moncloa: no es el momento de que España e Italia hagan un frente común para presionar a Angela Merkel

Según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes próximas a los contactos, Rajoy y Letta acordaron este lunes en Moncloa, en contra de lo que se podía pensar, no plantar batalla a Angela Merkel en el próximo Consejo Europeo del mes de junio.

No plantar batalla ahora a Angela Merkel

España ha logrado convencer al nuevo mandatario italiano de aplazar, al menos hasta después de las elecciones alemanas, cualquier tipo de presión directa a la canciller.

Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD explican que Letta llegó a Madrid con una postura muy dura contra las políticas de austeridad, que se ha podido deducir de algunas de sus declaraciones desde que accedió al poder en Italia, y defendiendo la renovación de una gran alianza entre España, Italia y Francia contra Angela Merkel.

De Guindos se opone a un frente común

Pero Rajoy y sus colaboradores le insistieron en que era necesario calcular bien los tiempos. Se le transmitió que había que evitar, a toda costa, un brusco ‘portazo’ como el que se ha llevado en las últimas semanas el presidente francés, François Hollande, por parte de Alemania.

Según las fuentes consultadas, Luis de Guindos era el más contrario a que España liderara un frente común con Italia y Francia para presionar a la canciller. “Lo que es bueno para Alemania también lo es para nosotros”, ha venido a transmitir estos días el ministro de Economía para descartar la batalla cuerpo a cuerpo con Merkel.

España e Italia no aguantarán más ajustes

Sin embargo, aparcar el enfrentamiento directo con Alemania no significa que ambos países no continúen reclamando avances en la unión fiscal y bancaria en Europa, además de políticas para estimular el crecimiento. Y así lo harán, por tanto, en el próximo Consejo Europeo del mes de junio.

También acordaron hacer ver a Angela Merkel que tanto España como Italia no aguantan más recortes. Y alertarle de que un estallido social ‘a la griega’ tendría consecuencias gravísimas para el resto de Europa.