Rajoy dará sorpresas en su Gobierno: muy corto, con ministros de fuera del PP. “Si en los seis primeros meses no me montan tres huelgas generales, no lo estaré haciendo bien”

Fuentes cercanas al presidente del Partido Popular, a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, explican que Mariano Rajoy prepara un Ejecutivo muy corto, y añaden que en su composición “va a dar muchas sorpresas”.

Concretamente, quiere contar con personas “de fuera del partido”, es decir, incluyendo algunos nombres que no son muy conocidos pero, sobre todo, que no están en el actual núcleo de la calle Génova.

Economía será clave

Uno de los desafíos más importantes que tiene que afrontar Rajoy, en el caso de ganar las próximas elecciones generales, es intentar arreglar la grave situación económica que se va a encontrar. Por eso, la elección del ministro que afronte ese reto va a ser clave.

Ya se ha contado en ECD que su objetivo es encontrar ‘un Rodrigo Rato bis’. Los nombres que se han barajado son los de Luis de Guindos, José Manuel García Margallo, pero sobre todo el de Fernando Becker, doctor en Económicas, que fue consejero de Hacienda en Castilla y León, compañero de colegio de Mariano Rajoy y en la actualidad vicepresidente de Iberdrola.

Jorge Moragas en alza

Dentro de los nombres que se están manejando para ministro, uno de los más firmes candidatos, es Jorge Moragas, en este momento jefe de gabinete de Mariano Rajoy, su mano derecha, que le acompaña a todas partes.

Aunque algunas fuentes lo han situado en Exteriores, sin embargo la posibilidad más firme es que se convierta en ministro de Presidencia, para trabajar al lado del presidente en La Moncloa. En Exteriores, el líder del PP quiere poner una persona de peso, con currículum diplomático y, en lo posible, que no pueda ser discutido.

Otro nombre de ‘fuera’ del entorno de Génova, como ocurre con Becker, es Pedro González-Trevijano, rector de la Universidad Rey Juan Carlos, que podría convertirse en ministro de Justicia.

Tres huelgas generales

Mariano Rajoy sabe que, nada más llegar a la Presidencia del Gobierno, tendrá que adoptar una serie de drásticas y duras medidas económicas, para intentar enderezar el rumbo del país. Es consciente de que el momento para hacerlo es nada más ganar las elecciones y está dispuesto a ello, a pesar del coste social y de popularidad que puedan provocar.

En ese sentido, el presidente del Partido Popular ha llegado a comentar a algunos de sus íntimos, sobre esos tiempos iniciales en La Moncloa: “Si en los seis primeros meses al frente del Gobierno no me montan tres huelgas generales, será que no lo estoy haciendo bien”.