Rubalcaba se está ‘trabajando’ a Urkullu para firmar un pacto también para los presupuestos de 2012, e incluso asegurarse ya su apoyo tras las elecciones generales

El presidente del Gobierno consiguió garantizarse la continuidad de la legislatura, mediante la aprobación de los presupuestos para 2011, gracias al pacto que firmó con el PNV, en la persona de su presidente, Íñigo Urkullu. El objetivo ahora es garantizarse también los de 2012. Y el peón que lo está trabajando es Alfredo Pérez Rubalcaba.

Más aún, los deseos de Rodríguez Zapatero son que los nacionalistas vascos se avengan a firmar un pacto de más calado político, por el cual aseguren también que apoyarán al PSOE tras las elecciones generales de 2012, de cara a una posible reelección en la presidencia del Gobierno.

Según fuentes políticas de alto nivel, a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, el encargado directo de conseguir tal encaje de bolillos es el vicepresidente y ‘número dos’ del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba.

 

Rubalcaba es el que ahora ha asumido en gran medida los contactos con el PNV, basándose en que siempre ha mostrado una gran habilidad para negociar y que es un estratega en la consecución de alianzas políticas.

En esa línea de protagonismo y de acercamientos, fue él quien, el lunes, llamó por teléfono a Íñigo Urkullu tras el anuncio del nuevo comunicado de ETA, con el fin de acordar con el presidente del PNV el mensaje común que tenían que dar tras el anuncio de los pistoleros.

El PNV está bien dispuesto

De acuerdo con las fuentes consultadas por ECD, la disposición del PNV a esos dos acuerdos de alto calado parece favorable, es decir de cara a los presupuestos de 2012 y a las generales.

Lo que piden los nacionalistas vascos, a cambio, es que desde Madrid se les proponga alguna contrapartida relevante, una concesión que puedan ‘vender’ en el País Vasco cuando se anuncie el pacto con sus actuales socios.

Igual que con el PNV, el Gobierno quiere asegurarse el apoyo que ahora tiene de parte de Coalición Canaria, una alianza que en principio se considera firme, pero que se desea asegurar del todo.

 

Y el siguiente objetivo político de Rubalcaba, en esa estrategia de alianzas, es Convergencia y Unión. El vicepresidente se ha propuesto ganarse la complicidad de CiU, si bien aquí el desafío resulta mucho más difícil, porque Artur Mas sigue escaldado por la ‘traición’ de Zapatero tras las anteriores elecciones catalanas.

No obstante, se considera que el gesto de la abstención del PSC en la investidura de Mas puede servir como primer punto de partida para iniciar una etapa de entendimiento.

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