Algo empieza a cambiar en el Sahara: la diplomacia española, determinante en el secreto y exitoso encuentro entre marroquíes y saharauis en Nueva York

La ronda de negociaciones celebrada días atrás en Nueva York a propósito del Sahara Occidental ha significado un deshielo en las relaciones entre marroquíes y saharauis, en el que la diplomacia española ha asumido un protagonismo notable.

Según fuentes cercanas a dichas conversaciones, “nada hacía pensar, meses atrás, que fuera posible el retorno a la mesa de negociación”. Y es que tanto el Caso Haidar como el plan de regionalización que actualmente impulsa el rey de Marruecos, Mohamed VI, habían enturbiado el ambiente, no sólo entre marroquíes y saharauis, sino entre España y Marruecos.

Con todo, según afirmó en su cena de despedida el embajador marroquí en Madrid hasta el mes de diciembre, Omar Azziman, ante el ministro Miguel Ángel Moratinos, “el estado de las relaciones bilaterales es lo suficientemente bueno como para abordar problemas como el Caso Haidar”. Azziman, por cierto, hombre de confianza de Mohamed VI, ha sido encargado de trazar las coordenadas del plan de regionalización de Marruecos. Ha de elevar su informe al rey en el mes de junio.

Asimismo, el papel de España en la política de vecindad de la Unión Europea, que para Marruecos ha de suponer adaptarse al lema “todo menos las instituciones”, ha contribuido a una mayor distensión en las relaciones. Recuérdese que, en el mes de marzo, Marruecos y Unión Europea celebrarán su primera Cumbre en la ciudad de Granada.

En lo que respecta a Argelia y los saharauis, España, al término de la Reunión de Alto Nivel hispano-argelina celebrada en Madrid en el mes de febrero, ha logrado plasmar en los medios argelinos una imagen de mayor cercanía a la causa saharaui de la que antes se proyectaba, logrando así el Gobierno español un éxito en términos de opinión pública.

Para el encuentro celebrado en Nueva York, sin embargo, la clave ha sido el reforzamiento de la figura del enviado de Naciones Unidas al Sahara Occidental, el diplomático norteamericano Christopher Ross, persona que, por su trayectoria como embajador en países de la zona, es más aceptado en el Magreb que sus predecesores Peter van Walsum y Álvaro de Soto.

A la propia respetabilidad de Ross hay que añadir que ha logrado reunir en su figura el apoyo de los tres países clave para relanzar la resolución del conflicto: Estados Unidos, Francia y España. Y es que estos tres países, según explican las aludidas fuentes a este diario, “han hecho una pinza” para apoyar a Ross, proceso que ha tenido por resultado la nueva ronda de negociaciones en un momento que era delicado. España, dicen las fuentes consultadas por este confidencial, está brindando a Ross todo su apoyo, y de momento ese apoyo se ha saldado con un éxito.

 

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