La amenaza de una debacle en las grandes ciudades disuadió a Pedro Sánchez de llevar las generales al 26-M

Moncloa y Ferraz le advirtieron que sería castigado en Madrid, Barcelona, Valencia...

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Pepu Hernández y Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez ha convocado elecciones generales el 28 de abril siguiendo los consejos de Iván Redondo y también atendiendo a criterios orgánicos, con el objetivo de tener plenos poderes en la elaboración de las listas. El presidente, además, ha tenido en cuenta una serie de encuestas que le ponían sobre aviso de lo que podía pasar el 26 de mayo.

Según explican al Confidencial Digital dirigentes nacionales del PSOE, los sondeos demoscópicos que manejaban la semana pasada tanto en Moncloa como en Ferraz desaconsejaban tajantemente hacer coincidir las elecciones generales con el llamado “súperdomingo electoral” del próximo 26-M.

Por un lado, esos estudios sí indicaban que podría existir una participación muy elevada, fruto de la coincidencia de varios procesos electorales. No obstante, también ponía en evidencia que la candidatura de Pedro Sánchez también se podía ver castigada por la acumulación de urnas en las mesas electorales.

Muy castigado en las grandes ciudades

Concretamente, y tal y como confirman a ECD desde Ferraz, el presidente del Gobierno, de haber ido a elecciones el 26 de mayo, hubiese padecido un duro varapalo electoral en las grandes ciudades del país, lo que le podría haberle supuesto la pérdida de escaños muy valiosos.

Las encuestas que maneja tanto el partido como el Gobierno coinciden que el PSOE tiene, de cara a las municipales “muy malas previsiones electorales” en Madrid, Barcelona, Valencia, La Coruña Zaragoza e incluso Sevilla.

La influencia de Podemos y sus marcas locales en esas ciudades, y la esperada irrupción de Vox, van a castigar, sí o sí, a los candidatos socialistas para esos Ayuntamientos. El problema era que, si Pedro Sánchez también se presentaba a las generales ese mismo 26 de mayo, “se vería también perjudicado”.

En ese sentido, en Moncloa y en Ferraz temían que en Madrid y Barcelona -por ejemplo- los votos a Carmena y Colau arrastraran a votantes socialistas, que en principio iban a votar a Sánchez, a apoyar finalmente a Podemos. Un riesgo que no era necesario asumir.

“No compensaba”

Las fuentes consultadas concluyen afirmando que, pese a la gran participación que se espera para el 26 de mayo, “no compensaba” hacer coincidir las generales con las municipales y autonómicas.

El riesgo a perder votos a Pedro Sánchez en grandes ciudades, y la más que segura tensión interna con los barones, era un precio “demasiado elevado” para garantizarse la movilización total del partido y el electorado.

 

Además, concluyen en Ferraz, adelantando las generales a abril “la participación también va a ser altísima”, al estar muy recientes las andaluzas, la foto de Casado con PP y Vox en Colón y la ruptura de Sánchez con los independentistas. Por tanto, no existía una razón de peso que justificara llevar los comicios a mayo.

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