Las bases del PP catalán están encantadas tras el fracaso del pacto con Ciudadanos

Consideran que el partido naranja no les aportaría escaños y que el proyecto iniciado por Albert Rivera murió tras la marcha de Inés Arrimadas

El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández (2i), el presidente del Partido Popular y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo (c), y el candidato del PP en Barcelona, Nacho Martín Blanco.
El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández (2i), el presidente del Partido Popular y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo (c), y el candidato del PP en Barcelona, Nacho Martín Blanco.
  1. Un proyecto muerto
  2. La salida de Arrimadas, el punto de inflexión
  3. Malos datos demoscópicos
  4. Continuar el subidón del 28-M con un candidato por definir

La ruptura de las negociaciones entre el Partido Popular y Ciudadanos para concurrir juntos a las elecciones catalanas no ha causado estragos en las bases populares de la región. Según ha podido saber Confidencial Digital de fuentes autonómicas del partido, tanto la militancia como los cuadros medios del PP catalán consideran que el tirón electoral de Ciudadanos es nulo y que el proyecto murió cuando Inés Arrimadas, exlíder del partido, abandonó Cataluña tras haber ganado las elecciones autonómicas de 2017.

Los datos que maneja del PP en Cataluña indican una fuerte subida de los populares, que vienen de estar en mínimos en los últimos comicios. Según las encuestas internas, superarían a Vox y volverían a situarse como la principal fuerza de la derecha no nacionalista tras absorber, precisamente, al partido fundado por Albert Rivera.

Un proyecto muerto

Aunque ambos partidos han negociado durante semanas, todos los puentes volaron por los aires el pasado viernes. El PP exigía que fuesen los naranjas quienes se integrasen en su lista y Ciudadanos se dividió en dos: una corriente favorable a hacerlo, y otra que apostaba por mantener perfil propio y no difuminarse dentro de los populares. La primera, encabezada por el eurodiputado Adrián Vázquez, y la segunda por Carlos Carrizosa. Vázquez anunció su dimisión y abandono del partido tras la ruptura de las negociaciones.

Desde el batacazo electoral de Ciudadanos en la repetición electoral de las generales —en 2019—, la formación ha concatenado un fracaso tras otro. En los comicios andaluces pasaron de la vicepresidencia a quedarse fuera del parlamento, en Madrid fueron absorbidos por el PP y en Cataluña se quedaron en seis diputados después de haber ganado las elecciones con 36 diputados cuatro años antes. En el 28-M desaparecieron prácticamente de todos los municipios y autonomías y en el 23-J se quedaron fuera del Congreso de los Diputados tras decidir no presentarse.

La salida de Arrimadas, el punto de inflexión

Ahora las perspectivas de cara a al 12-M, con el PP en auge, no son mejores y en las filas populares no se lamentan por no haber podido cerrar un acuerdo con Ciudadanos. Las encuestas les señalan que están en la buena senda y tanto las bases como cuadros medios ven al partido naranja como un proyecto finiquitado y apelan a un momento clave: la marcha de Arrimadas de Cataluña tras haber ganado las elecciones para ser la número dos de Rivera en el Congreso: "Ahí se terminó todo", aseguran desde el PP catalán.

Malos datos demoscópicos

Esta sensación generalizada en las bases de los populares catalanes viene acompañada de los datos demoscópicos que manejan en la cúpula del PP. Todas las encuestas —tanto externas como publicadas— apuntan a una fuerte subida del PP en Cataluña, que actualmente posee tan solo tres diputados y podría alcanzar los 15 escaños. El objetivo principal pasa por superar de nuevo a Vox y recuperar la hegemonía de la derecha no nacionalista que perdieron primero con Ciudadanos —que ha superado al PP desde 2015— y después, también, con Vox —obtuvo 11 escaños, casi cuatro veces más—.

Este cambio de tendencia viene acompañado de los malos datos que se prevén para Ciudadanos: una estocada final que le dejaría fuera del Parlament en el que nacieron y se consolidaron como fuerza nacional. Incluso desde las filas del PP apuntan a que sería "un milagro" que los naranjas consiguieran algún escaño el próximo 12 de mayo. Otro de los motivos por los que en el PP consideran que apenas pierden fuerza de empuje por acudir a los comicios separados.

Continuar el subidón del 28-M con un candidato por definir

Génova aspira a consolidar la remontada del PP. El pasado 28-M recuperaron el Gobierno de cinco autonomías socialistas: Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares, Extremadura y La Rioja. La dirección del PP quieren continuar tiñendo el mapa de azul tras haber revalidado la mayoría absoluta en Galicia hace apenas un mes. Sin embargo, aún no ha confirmado al actual líder, Alejandro Fernández, como candidato. Fernández fue elegido por el anterior presidente del PP, Pablo Casado, y ha tenido varios rifirrafes con Génova por sus encuentros con Junts previos a la investidura de Alberto Núñez Feijóo, máximo mandatario de los populares. Estos desencuentros se limaron en los últimos meses, pero el adelanto electoral ha impedido la celebración de un congreso autonómico para elegir al próximo líder del partido en Cataluña y ahora Génova deberá tomar una decisión antes del martes 2 de abril, cuando termina el plazo para presentar las listas electorales.

 

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