Castigo para los que se colaron con la vacuna: recibirán los últimos la segunda dosis

Las autonomías han acordado con Sanidad “dejar para el final” a alcaldes, concejales, militares, eclesiásticos, cargos sanitarios y familiares… que se saltaron el protocolo

El anterior Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Miguel Ángel Villarroya.
El Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Miguel Ángel Villarroya.

El Gobierno y las autonomías han pactado un castigo para los políticos, militares, eclesiásticos, cargos sanitarios y sus familiares… que se han saltado la cola de la vacunación contra el coronavirus. Han decidido que sean los últimos en recibir la segunda dosis. Hasta ahora han salido a la luz cientos de casos, entre más de un millón de vacunas administradas.

Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de las conversaciones, el desvío de vacunas a personas a las que no les corresponde todavía inmunizarse en esta fase del plan ha sido motivo de un intenso debate en los últimos días entre los miembros del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

Por lo pronto, el Ministerio de Sanidad y las comunidades acordaron “extremar el seguimiento, análisis y control de la aplicación de la estrategia –se ha dicho-, evitando cualquier desviación, detectando, en su caso, el uso indebido de las vacunas y aplicando las medidas preventivas y correctivas que resulten necesarias para garantizar que los procesos de vacunación se llevan a cabo de acuerdo con lo acordado en la estrategia”.

Se tiene en cuenta que la picaresca que ha surgido en la administración de las dosis es una vulneración flagrante del plan de vacunación del Gobierno. No había en él un mecanismo para vigilar ni sancionar a políticos, familiares de sanitarios o empleados que se saltaran el turno para vacunarse.

Indignación de los colegios de médicos

El Ejecutivo ha dejado en manos de las comunidades autónomas (y de “criterios médicos”) la decisión sobre si administrar la segunda dosis de la vacuna a los que se han saltado el protocolo. Las autoridades sanitarias han acordado no sancionarles, pero defienden que deben sufrir “el rechazo social correspondiente”.

Fuentes del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos reconocen a Confidencial Digital la “indignación” de los profesionales sanitarios ante los casos de responsables políticos y allegados que se han saltado el orden de vacunación y se han inoculado ya la primera dosis, a pesar de que todavía no era su turno.

Los últimos en recibir la segunda dosis

Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras del proceso, Gobierno y autonomías han determinado que estos ‘infractores’ van a recibir la segunda dosis, aunque más tarde de lo que sería habitual.

La decisión se ha tomado tras los informes de varios Comités de Bioética regionales, a los que se ha consultado para decidir qué hacer con la segunda dosis de todos los que se colaron en el proceso de vacunación para recibir la primera de manera irregular.

Así, la mayoría de comunidades autónomas ha trasladado a los sanitarios implicados en el proceso de vacunación que “se haga esperar a estas personas para completar el proceso de inmunización con la segunda dosis, incluso más allá de los 21 días recomendados si queda población dentro de los grupos prioritarios previstos a la que le toca el turno y no ha recibido su dosis”.

 

Todo, además, en un contexto, en el que las dosis de vacuna siguen llegando con cuentagotas a España.

Por lo tanto, la consigna es clara: la segunda dosis se les administrará a los ‘tramposos’ únicamente cuando se haya acabado con los grupos incluidos en la estrategia de vacunación, aunque “dentro de las seis semanas después de la primera dosis, que es el plazo máximo marcado por la Organización Mundial de la Salud para la segunda dosis de Pfizer, por ejemplo”.

Los médicos defienden que sí la reciban

Fuentes del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos defienden a ECD que estas personas deben recibir la segunda dosis en el tiempo previsto.

Destacan que el bien que se obtiene al vacunarles (protegiéndoles a ellos y al resto de la población) es mayor que el daño que ellos cometieron a la sociedad al vacunarse antes de tiempo. O que el daño que se causaría a la sociedad al interrumpir el protocolo de vacunación, desperdiciar la primera dosis y ponerles en riesgo a ellos y a su entorno.

Es por lo tanto “éticamente recomendable administrarles la segunda dosis”, aseguran, con independencia de que reciban un castigo, repudio o penalización administrativa, social o económica, que pueda conllevar sanciones, multas, dimisiones o ceses.

“Estos infractores siguen teniendo el derecho a ser (correctamente) vacunados, por inaceptable que haya sido su conducta”, explican.

Éticamente no se les puede penalizar dejándoles sin la segunda dosis de la vacuna, añaden, sin completar el proceso. Además, insisten, se acabarían perdiendo las dosis ya administradas porque, al trasladarlos a la cola de vacunación, terminarían recibiendo, de nuevo, las dos dosis y se habría malgastado la primera.

Se puede aplicar hasta 42 días después

Sin embargo, fuentes del Gobierno recuerdan a ECD que la segunda dosis de la vacuna de Pfizer y BioNTech puede administrarse entre 21 y 28 días después de la primera “sin que se espere que esto influya en su grado de eficacia”, según aclaró recientemente la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad.

Hay expertos que defienden ahora que la mayor parte de la inmunidad se consigue tras la primera dosis y que es posible espaciar más la segunda, logrando incluso una eficacia más alta. Argumentan que así se daría también una protección suficiente a mucha más población cuanto antes.

Por lo tanto, la vacuna puede ser administrada hasta casi dos semanas después de los plazos previstos inicialmente si surge cualquier tipo de incidente, retraso o irregularidad, como ha sucedido ahora con aquellos políticos y militares, como el ex jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el dimitido general Miguel Ángel Villarroya, que se vacunó saltándose el protocolo establecido, tal y cómo reveló ECD.

La ficha técnica de la vacuna establece que debe administrarse con una separación de al menos 21 días entre la primera y la segunda, pero también que los análisis de eficacia incluyeron a participantes que recibieron su segunda dosis entre 19 y 42 días después de la dosis debido a que, por diversos motivos, algunos de ellos no la recibieron en las fechas previstas.

Una tesis avalada por Fernando Simón

En las autonomías consultadas por ECD recuerdan que esa es la tesis avalada también por el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, que ha apuntado a la conveniencia de inyectarles la segunda dosis, pero apurando al máximo el plazo para que no pierdan la inmunidad, es decir, que no sea a los 21 días sino a los 42.

Tendrán que asumir la responsabilidad que tengan que asumir, pero desde el punto de vista epidemiológico sería un error cometer dos fallos seguidos: vacunar antes de tiempo y no poner la segunda vacuna”, declaró hace unos días el portavoz gubernamental de la pandemia.

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