Directivos de la FIFA trasladan al Gobierno que el problema para que España organice el Mundial no es Rubiales sino el racismo

Han reprochado a miembros del Ejecutivo que no se hayan tomado medidas ni se hayan cerrado estadios de fútbol por incidentes como los ataques a Vinicius, Diakhaby, Zozulya…

Vinicius protesta durante el partido en Mestalla (Valencia) en el que recibió insultos racistas.
Vinicius protesta durante el partido en Mestalla (Valencia) en el que recibió insultos racistas.
  1. El racismo, principal problema
  2. Los ataques a Vinicius
  3. Nunca se ha cerrado un campo
  4. Ni se ha suspendido ningún partido
  5. Falta de protocolos claros
  6. Solo un juicio por racismo en el fútbol
Un aficionado del Granada lanza insultos racistas a Carlos Akapo, jugador del Cádiz (Foto: Gol / LaLiga).
Un aficionado del Granada lanza insultos racistas a Carlos Akapo, jugador del Cádiz (Foto: Gol / LaLiga).

Nunca se ha suspendido un partido de fútbol por cánticos racistas en España y tampoco se ha condenado a nadie penalmente por ello en nuestro país. Directivos de la FIFA han trasladado al Gobierno, en conversaciones mantenidas recientemente a raíz del caso Rubiales, que el racismo es el principal problema para que el país organice el Mundial de 2030.

Además de la polémica y las consecuencias del caso Rubiales, que ya de por sí son de calado, con una respuesta social abrumadora y la decisión de la propia FIFA de actuar con rapidez y apartar al presidente de la Federación Española de Fútbol, como telón de fondo se encuentra también que pierda enteros la candidatura de España, Portugal y Marruecos para celebrar el Mundial de fútbol masculino de 2030. 

Ese temor, que sería un nuevo revés sobre todo para España, ha llevado ya al Gobierno a entablar conversaciones con la FIFA, según confirman a Confidencial Digital fuentes del Ministerio de Cultura y Deportes.

El racismo, principal problema

Según las mismas fuentes, la sorpresa ha saltado durante esos contactos por la reacción de algunos directivos de FIFA: “Vuestro principal problema es el racismo”, han respondido a los interlocutores españoles en el marco de las conversaciones sobre el caso Rubiales.

Han destacado los obstáculos que existen para castigar este tipo de episodios xenófobos en el mundo del deporte español. Principalmente, desde el ámbito penal, donde la Fiscalía ha archivado en el último año y medio al menos cuatro denuncias por insultos racistas proferidos por aficionados.

Reprochan que instituciones como La Liga, la Real Federación Española de Fútbol y el mismo Gobierno disponen de mecanismos disciplinarios necesarios para actuar con la suficiente contundencia ante este tipo de actos, pero no se hace nada.

Lamentan que la Federación y La Liga no tienen buenas relaciones, lo que dificulta mucho que salga adelante un protocolo conjunto, por lo que consideran que sería necesario que se elevase más arriba, señalando directamente al Ejecutivo.

Los ataques a Vinicius

Uno de los incidentes racistas más sonados de los últimos meses fue el que afectó al jugador del Real Madrid, Vinícius Junior, víctima constante de insultos racistas. Hay que recordar que fue recibido el pasado mes de mayo con cánticos de “Vinícius, eres un mono” a su llegada al estadio del Valencia

Después, durante el partido, se negó a seguir jugando tras escuchar que un aficionado le había llamado “mono” cuando iba a hacer un saque. El árbitro sólo paró el encuentro de forma momentánea mientras la megafonía decía que “no se tolerarán los insultos ni el racismo”. 

 

No era la primera vez que el brasileño se veía en una situación similar, ni tampoco el único caso registrado en los últimos años en el fútbol español.

Nunca se ha cerrado un campo

Sin embargo, en la práctica, nunca se ha cancelado un encuentro por cánticos racistas. En diciembre de 2019 sí se detuvo el encuentro entre el Rayo Vallecano y el Albacete, después de que parte de las gradas llamase nazi a Román Zozulya, a quien se le ha podido ver posar en diversas imágenes exhibiendo símbolos fascistas.

No sobrepasar la línea de la infracción penal suscitó el archivo de una denuncia de LaLiga por los insultos racistas que recibió el jugador del Athletic Club Nico Williams en un partido contra el Betis, en marzo de 2022. “Pese a lo incorrecto de los mismos, no sobrepasan la línea de la infracción penal”, afirmó la Fiscalía de Sevilla.

Hay que recordar también el caso denunciado por el jugador del Valencia Mouctar Diakhaby. Corría el minuto 30 del encuentro entre el Valencia y el Cádiz cuando Diakhaby y Juan Cala comenzaron a increparse. El defensa del conjunto ché denunció que Cala le había llamado “negro de mierda”

Sus protestas se tradujeron en una tarjeta amarilla. Tras discutir con el árbitro, abandonó el terreno de juego. Sus compañeros le acompañaron y el encuentro permaneció detenido durante cerca de 20 minutos, pero se reanudó tras la advertencia del árbitro de una posible “sanción excesiva” contra el club.

Ni se ha suspendido ningún partido

La ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte contempla distintos niveles de suspensión del partido si, durante el desarrollo del juego, “tuvieran lugar incidentes de público relacionados con conductas” violentas, racistas o discriminatorias. El árbitro es el encargado de decidir su “suspensión provisional” como medida “para el restablecimiento de la legalidad”. 

La normativa también señala que, en caso de persistir la situación, puede acordarse el desalojo de la grada o parte de la misma donde se hubieran producido los incidentes y la posterior continuación del encuentro. También se contempla la cancelación definitiva del encuentro, una decisión que recae sobre el árbitro “tras recabar el parecer del coordinador de seguridad”. 

Para acordar alguna de estas decisiones, el árbitro debe valorar la gravedad de los hechos, los efectos que pudiese ocasionar entre el público la orden de desalojo y ponderar el normal desarrollo de la competición.

Falta de protocolos claros

La decisión recae en el árbitro, según la legislación. Pero la normativa que regula la violencia en el deporte, aprobada en 2008, incluía la necesidad de desarrollar un protocolo de actuación para concretar la manera de aplicarlo. La iniciativa debía correr a cargo de la Comisión Antiviolencia

Sin embargo, los protocolos existentes no son lo suficientemente claros sobre los posibles efectos de esta decisión. De hecho, la falta de protocolos claros establecidos en LaLiga ante actos racistas en el campo es, según los expertos, buena parte del problema.

Solo un juicio por racismo en el fútbol

Por el momento, el único caso de insultos racistas en el fútbol que ha llegado a juicio es del jugador del Athletic de Bilbao, Iñaki Williams. En las próximas semanas, se sentará en el banquillo el aficionado acusado de proferir gritos racistas contra el delantero durante un partido contra el Espanyol el 25 de enero de 2020. 

En este caso, el autor sí está identificado. Y, según el relato del fiscal, gritó “de forma repetida ‘uh, uh, uh, uh’”, onomatopeya que imita el sonido emitido por los monos y que ha sido empleada en diversas ocasiones por los asistentes a un partido para insultar a los jugadores de piel negra, al tiempo que simulaba los gestos que hacen los primates.

Iñaki Williams.
Iñaki Williams.

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