Pablo Casado atribuye la filtración de los WhatsApp de la ‘traición’ a miembros de su equipo que ya no ocupan cargos con Feijóo

Comprende la maniobra de su entorno más directo, que considera que el PP ha sido “injusto” con él, pero rechaza defender su legado con críticas como las que Aznar lanzó contra Rajoy

Pablo Casado y varios colaboradores, en el Congreso de los Diputados (Foto: Eduardo Parra / Europa Press).
Pablo Casado y varios colaboradores, en el Congreso de los Diputados (Foto: Eduardo Parra / Europa Press).

Pablo Casado se desmarca de la filtración de los WhatsApp, publicados en los últimos días por El País, en los que hasta una decena de dirigentes del PP le expresaron su respaldo frente a Isabel Díaz Ayuso en plena guerra con la presidenta. Atribuye la maniobra a su entorno más directo, que no acepta el “maltrato” que el partido le dispensa a su ex líder.

Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes próximas a Casado, el ex líder del PP atribuye directamente la filtración a un reducido grupo de fieles que ha abandonado ya la primera línea de la política, como Ángel Carromero, Ana Camins, Pablo Montesinos o María Pelayo, que consideran que el PP ha sido “injusto” con su anterior presidente.

Algunos de ellos formaban parte del comité de dirección de Casado, pero ahora ya no ocupan puestos de alta responsabilidad en el PP de Alberto Núñez Feijóo.

En el núcleo duro de aquel equipo había apenas 11 miembros y al menos 10 de ellos expresaron, hace ahora justo un año a través de mensajes, su respaldo a las denuncias de presunta corrupción contra la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

Comprende que reivindiquen su figura

Sin embargo, según las fuentes consultadas, el ex presidente del PP comprende, pero se desmarca de la operación para reivindicar su figura, porque cree que el silencio es la mejor forma de defender “su legado”, sin reproches, sin esas críticas nada veladas con las que José María Aznar salpicó el mandato de Mariano Rajoy.

En cambio, algunos de sus últimos fieles defienden ahora, un año después de su caída, que Pablo Casado recogió un partido hundido tras el golpe de la moción de censura a Rajoy y los escándalos de corrupción, a punto del ‘sorpasso’ por parte de Ciudadanos y que lo entregó siendo primera fuerza política, según algunos sondeos, tras comerse precisamente al partido naranja, que ya entonces había desaparecido, por ejemplo, de la Comunidad de Madrid.

Destacan que plantó cara a Vox en la moción de censura de Santiago Abascal contra Pedro Sánchez, en octubre de 2021, y puso una línea roja que sí ha traspasado Feijóo: la entrada de la extrema derecha en las instituciones, en este caso, en la Junta de Castilla y León.

También reivindican que algunos de los candidatos del PP para las próximas elecciones autonómicas y municipales, como los valencianos Carlos Mazón y María José Catalá, el aragonés Jorge Azcón, o el madrileño José Luis Martínez-Almeida, fueron “descubiertos” por Casado.

 

No le interesan las venganzas

Según las fuentes de su entorno, Casado ha digerido ya las decepciones personales sufridas, pero quiere mantenerse alejado de los políticos y de la política, a la que no piensa regresar.

Recuerdan que está poniendo en marcha un proyecto profesional relacionado con tecnologías de seguridad, a través de un fondo de inversión desde España, con el objetivo de captar inversiones en defensa y ciberseguridad, de uso civil y privado, en áreas como la inteligencia artificial, microsatélites, nanotecnología y criptografía.

Explican que se ha volcado precisamente en esas tareas, que son incompatibles con la participación en la vida política, para poder rechazar la oferta de Génova de participar en acto alguno del PP.

No logra olvidar las traiciones

En estos meses, tanto Pablo Casado como su equipo más próximo han tenido tiempo para repasar las escenas dramáticas que vivieron, singularmente los desmarques más sonados, protagonizados por dirigentes y amigos miembros de su comité de dirección, de su ejecutiva, lo mismo que todos sus portavoces parlamentarios: pasaron, en horas, de respaldarle públicamente a exigir su cabeza.

“Algunas de esas traiciones no las ha logrado olvidar un año después”, reconoce a Confidencial Digital uno de sus mejores amigos.

Casado ha podido concluir, tal como algunos de los pocos leales le habían advertido, que las revanchas que al final se desataron contra su número dos, Teodoro García Egea, no eran solo por sus formas externas, sino también por el fondo de su trabajo.

“Es verdad que Casado comprobó, al final, que Teodoro no tenía controlado el partido, y eso es lógico que pase factura en su relación. Ya no es la misma”, reconocen hasta tres personas de su máxima confianza.

Ha podido ‘desconectar’ de España

El ex presidente del PP se muestra ahora muy pendiente de su entorno familiar: de su mujer, Isabel Torres, y de sus dos hijos, pese a que, por trabajo, tiene que viajar frecuentemente fuera de España.

Fuentes próximas a Casado aseguran que ha llegado a una primera conclusión, que comparte estos días en cenas con amigos, allegados y compañeros de trabajo, un año después de su abrupta salida del partido: “Me ha venido fenomenal ‘desconectar’ de España. Tenía que poner tierra por medio durante un tiempo. Estaba en shock”.

“No ve ni los informativos, no escucha la radio…”, insisten en su entorno, donde cuentan que su familia ha vivido como una “liberación” que haya abandonado la política.

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