Una repetición de las elecciones no garantiza que PP y PSOE salgan beneficiados

El escenario es más impredecible que nunca: se pueden dar “acontecimientos políticos”, como la amnistía, que tendrán “coste” en las urnas

Sánchez y Feijóo en su reunión en el Congreso el pasado 31 de agosto.
Sánchez y Feijóo en su reunión en el Congreso el pasado 31 de agosto.
  1. Nadie saldrá reforzado
  2. Pactos y cesiones
  3. Ley de olvido
  4. Intención de voto
  5. Los acuerdos con Vox, precedente
  6. Elecciones vascas y catalanas
  7. División en Cataluña
  8. Repetición electoral de 2015 y 2019
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en la sede del partido.

La repetición de elecciones generales es un escenario más que posible. Y sin embargo, nada garantiza que si se volvieran a celebrar cambiaría la actual situación política, según los análisis de los expertos demoscópicos.

El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ya da por perdida su investidura y así lo ha comentado en privado, como adelantó Confidencial Digital. 

Pedro Sánchez todavía no ha reunido los apoyos necesarios y las exigencias de Junts per Catalunya —una amnistía para los encausados por el procès— ponen en una difícil situación a los socialistas, que deberán encajar en la Constitución una ley que podría contradecir varios principio de la propia Carta Magna.

Nadie saldrá reforzado

Si, pasados dos meses de la investidura de Feijóo, fechada para el 26 y 27 de septiembre, el Congreso de los Diputados no ha elegido un nuevo presidente del Gobierno, se convocarán elecciones automáticamente.

Esa repetición ha beneficiado a los grandes partidos en la mayoría de las ocasiones anteriores, pero en esta ocasión no es tan seguro.

Importantes empresas demoscópicas consultadas por ECDdudan que el PP y el PSOE salgan reforzados de una vuelta a las urnas. "Hay que ir viendo cómo avanzan los acontecimientos futuro, para poder entender qué costes tendría electoralmente", afirman fuentes de GAD3.

Pactos y cesiones

La primera piedra que hace impredecible si habrá o no nuevas elecciones son unas negociaciones entre las formaciones políticas distintas y especialmente complejas. No se trata, como en el pasado, de alcanzar acuerdos entre PP y Ciudadanos o PSOE y Unidas Podemos sobre un programa de Gobierno más progresista o más liberal. 

Esta vez, el centro del debate es la aprobación o no de una ley de amnistía que beneficie a los encausados por el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 y las leyes de desconexión aprobadas por el Parlament de Cataluña. El apoyo de las formaciones independentistas catalanas es fundamental para los dos grandes partidos, y cada movimiento podría sumar o restar votos.

Ley de olvido

El líder de Junts, Carles Puigdemont, compareció el pasado 5 de septiembre para exigir la aprobación de una norma que aplique el olvido para todos los afectados por los procesos judiciales a raíz de lo acontecido hace seis años. Una condición que llevó al PP a cancelar su reunión con el partido independentista, y centró el foco al PSOE, que no se ha negado a estudiar esta petición y mantiene las negociaciones con la formación separatista.

 

Sin embargo, estas cesiones dificultan prever qué determinarán las urnas: importantes voces dentro del socialismo, como el expresidente Felipe González, su mano derecha, Alfonso Guerra, o miembros en activo del partido como Odón Elorza, se han negado públicamente a que su partido acepte una ley de amnistía.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el líder de Vox, Santiago Abascal, durante una reunión para la investidura.

Intención de voto

La aprobación de una amnistía puede provocar una merma en la intención de voto de los socialistas. Al igual que supone un riesgo para los populares, de ahí que hayan cancelado su encuentro después de anunciar que se sentarían a hablar con los nacionalistas.

La idea inicial de negociar con Junts levantó críticas internas en el PP, como las del presidente de los populares catalanes, Alejandro Fernández, que afirmó en redes sociales: "JUNTS sí es mi RIVAL, un partido cuya tesis esencial es que España es una dictadura dirigida por un Rey fascista, con el que se niegan a "hablar". Que alguien me diga de qué hay que "hablar" con ellos...". 

Todos estos movimientos provocan variaciones en el escenario de un día para otro. De ahí que las empresas demoscópicas reclamen "tiempo" para evaluar qué decisiones van tomando los partidos y "cómo afectan" a los votantes.

Los acuerdos con Vox, precedente

En los meses anteriores a las elecciones generales del pasado 23 de julio se produjeron pactos que también influyeron en el voto. El PP cerró acuerdos de coalición con Vox en la Comunidad Valenciana y Extremadura, después de asegurar durante la campaña electoral que no admitirían al partido deSantiago Abascal en los Ejecutivos.

Esto —sumado a los mensajes duros lanzados desde Vox en los días previos a las elecciones— provocó, según las empresas demoscópicas, una "activación de la izquierda" que desbarató todas las previsiones y dejó a la derecha lejos de la mayoría absoluta que garantizaban gran parte de los barómetros.

Elecciones vascas y catalanas

En el próximo año y medio se celebrarán elecciones vascas y catalanas. Un factor que los partidos regionalistas, como PNV, EH Bildu, ERC y Junts, tienen muy presente para tratar de capitalizar en sus respectivos territorios las decisiones y pactos que firmen en Madrid. Se juegan sus gobiernos autonómicos.

El PNV, que apoyó y fue fundamental para que se aprobaran los presupuestos del Ejecutivo de Mariano Rajoy en 2016 y 2017, rechazando votar a la candidatura de Feijóo por "ir de la mano de Vox", un partido que se opone frontalmente al nacionalismo defendido desde el PNV.

Aparecer en la foto junto a ellos podría suponer uno de esos "costes electorales", en unos comicios vascos donde aspiran a mantener el gobierno, mientras su principal rival, EH Bildu, está al alza: quedó por delante del PNV, al sumar un diputado respecto a las pasadas generales, mientras que el PNV perdió uno.

División en Cataluña

En Cataluña, Junts abandonó el Govern, que lidera ERC,después de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, expulsara al vicepresidente Jordi Puigneró (de Junts) por "pérdida de confianza", según afirmó el propio Aragonès. 

En plena batalla por hacerse con el liderazgo del independentismo, ambos partidos exigirán el máximo en sus negociaciones para la investidura de Sánchez. Tras la exigencia de una amnistía, desde ERC anunciaron que "no era suficiente": reclamaron "voluntad política" y un "calendario" para encontrar una vía legal al "referéndum de autodeterminación".

El apoyo de cinco partidos nacionalistas o independentistas permite hoy al PSOE estar cerca de formar Gobierno, pero los expertos insisten: "Ahora, el escenario es muy incierto y variable", señalan desde GAD3.

Repetición electoral de 2015 y 2019

Las dos convocatorias electorales anteriores condujeron a una repetición de los comicios. En 2015, los populares perdieron mayoría absoluta conseguida, el quedarse en 123 escaños. Se repitieron las elecciones, y los aumentaron hasta los 137. Lo mismo sucedió a el PSOE, que pasó de 85 —el peor resultado de su historia— a 90.

En 2019, los populares se hundieron hasta los 66 escaños, pero en la repetición de los comicios los 89, mientras que el PSOE perdió tres escaños: pasó de 123 a 120.

El presidente del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sede de Ferraz junto a María Jesús Montero, ministra de Hacienda.

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