Europa prohíbe a Sánchez dar un sesgo pro-palestino a su visita a Israel

Inquieta en Bruselas la presión que ejerce su socio Sumar y que se tradujo en el anuncio en el discurso de investidura de su compromiso de reconocer a Palestina como Estado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
  1. La dirección pro-palestina
  2. No realizar gestiones por libre
  3. Defiende poner límites a Israel
  4. La presión de los socios de Sánchez
  5. Pedro Sánchez se posicionó contra Israel
  6. El “pacificador” de Oriente Próximo
  7. Descartada la unilateralidad
  8. Presidencia española de la UE
Pedro Sánchez, en la cumbre europea de Granada.

 

Pedro Sánchez protagoniza este jueves una visita oficial a Israel y Palestina, que Moncloa ha presentado como el primer viaje internacional del presidente tras su investidura. Europa ha prohibido al jefe del Ejecutivo español dar un sesgo pro-palestino a su visita a Israel.

Aunque formalmente Sánchez aparece instalado en las posiciones europeas, en Bruselas no ha pasado inadvertido que sus socios de Sumar se han alejado de las consignas oficiales evitando calificar a Hamás de grupo terrorista, acusando al Estado judío de planificar un “genocidio” contra el pueblo palestino y pidiendo que España -a cargo de la presidencia de turno de la UE- lidere una respuesta de condena de los ataques israelíes.

Hay que recordar que el líder del PSOE ya se entrevistó en octubre con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, dentro de la cumbre de paz celebrada en Egipto para buscar una solución al conflicto árabe-israelí. Y tampoco se pasa por alto que el presidente se ha comprometido en su discurso de investidura a reconocer Palestina como Estado.

La dirección pro-palestina

Así que, a título personal, en Bruselas verían comprensible que Pedro Sánchez quisiera alinearse con el gobierno palestino. Otra cosa, le han advertido, es que asuma un papel que no le corresponde (establecer la postura comunitaria en política exterior), rompiendo el equilibrio tradicional de la UE como hizo la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula Von der Leyen, en su reciente viaje a Israel.

Algunos gobiernos como el español no se sintieron entonces representados y salieron a matizar: condena absoluta a los atentados de Hamás, pero la defensa legítima de Israel debe respetar el derecho internacional

Cada socio europeo asumió su postura en clave interna, en algunos casos con riesgos. En España, la Embajada del país hebreo acusó a miembros del Gobierno de alinearse con Hamás. En Francia, la coalición de izquierdas, ya desgastada, se ha roto porque La Francia Insumisa se negó a calificar a la milicia palestina como grupo terrorista.

No realizar gestiones por libre

Según ha sabido Confidencial Digital por fuentes comunitarias, Europa ha prohibido ahora a Sánchez que formule promesas en nombre de la UE sin haber obtenido el consenso de los Veintisiete. Y se ha movilizado para que el presidente español no realice gestiones por libre para cumplir con su compromiso recién adquirido de reconocer el Estado palestino.

Pedro Sánchez, tras un primer momento de condena a los ataques de Hamás en el que sin embargo obvió referirse, como sí hicieron los principales aliados, al derecho a la defensa de Israel, se ha alineado después milimétricamente con la posición común de la Unión. Además, a medida que el conflicto se ha ido agravando, ha reclamado también sin matices un alto el fuego y la apertura inmediata de corredores humanitarios para socorrer a la población civil palestina.

 

En los últimos cinco años, la política exterior del Gobierno de Sánchez no ha tenido como prioridad el conflicto árabe israelí. El presidente no había visitado hasta ahora la región a diferencia de sus predecesores, principalmente Felipe González y José María Aznar, que dedicaron muchos esfuerzos a la búsqueda del entendimiento entre las partes.

Defiende poner límites a Israel

Ahora, el PSOE, en su condición de partido principal del Gobierno, se ha acercado a la posición común mantenida sobre el papel por la Unión Europea.

Sin embargo, Sánchez se fajó en el último Consejo Europeo para poner límites a Israel. Alemania, Austria y la República Checa rechazaron los frenos en la cumbre que se celebró la semana pasada en Bruselas, mientras el presidente español insistió con Irlanda en el alto el fuego humanitario y en exigir al Gobierno de Netanyahu que respete el derecho internacional.

La presión de los socios de Sánchez

Mientras tanto, esta centralidad que intenta exhibir el PSOE en su condición de fuerza nuclear del Gobierno ha sido torpedeada por quienes están llamados a ser los puntales de la gobernabilidad en la nueva legislatura presidida por Sánchez.

Los partidos que integran la plataforma Sumar se han situado claramente del lado de la causa palestina hasta el punto de llegar a difuminar las diferencias entre Hamas y sus milicias y la población civil.

La propia líder de Sumar, Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno, también se alineó en un primer momento con las posiciones más pro-palestinas para después atemperar su postura en línea con la del PSOE. No obstante, su portavoz en el Congreso, Marta Lois, llegó a poner como una de las condiciones del acuerdo para investir a Pedro Sánchez que incluyera el reconocimiento del Estado palestino.

Pedro Sánchez se posicionó contra Israel

En ámbitos diplomáticos se recuerda que Pedro Sánchez se posicionó hace unas semanas en contra de Israel en la votación de una resolución en la asamblea de la ONU después de que los países árabes impusieran su apoyo o abstención a cambio de votar a favor de Ucrania en contra de Rusia. El texto además no reconoce a Hamás como ejecutor de la masacre contra Israel del pasado 7 de octubre.

España votó con Irán, Siria, Rusia, Cuba y Venezuela, entre otros países, una resolución en la que se corrigió el texto para no nombrar de forma específica al grupo terrorista de Hamás ni pedir la liberación de los rehenes, que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha marcado en rojo dentro de la Operación Espadas de Hierro.

Israel criticó la decisión de Sánchez de posicionarse en la votación de la ONU contra Tel Aviv, al contrario que otras capitales europeas que decidieron abstenerse. Mientras, el respaldo de Estados Unidos y Reino Unido fue contundente al votar en contra de esta resolución, orientada a señalar a Israel.

El “pacificador” de Oriente Próximo

En Bruselas temen ahora que Pedro Sánchez utilice el final de la presidencia de España en el Consejo de la Unión Europea como “trampolín” para llevar a cualquier precio la paz hasta la franja de Gaza, quedar como el “pacificador’, y apuntarse un tanto solo al alcance de personalidades como Gorbachov u Obama.

Consideran que Sánchez busca, sin tapujos, consolidar una imagen internacional de líder moderno, sostenible e inclusivo, hasta lograr un futuro acomodo en Europa o la OTAN.

En círculos comunitarios no se fían del modo de gobernar del presidente español, que toma decisiones sin consultar al Parlamento, y tampoco a su propio Gobierno, como ocurrió, por ejemplo, con el radical cambio de política respecto a la independencia del Sáhara Occidental.

Descartada la unilateralidad

Con estos antecedentes, explican en Bruselas, altos cargos de la UE han trasladado a Pedro Sánchez que debe buscar una acción coordinada en concierto con la comunidad internacional, y en concreto con la Unión Europea, teniendo plenamente en cuenta las legítimas preocupaciones, interés y aspiraciones del Estado de Israel.

En cambio, hay que recordar que su socio Sumar defiende que ha llegado el momento de que “España reconozca al Estado palestino de forma unilateral, incondicional y urgente como una contribución esencial a la resolución del conflicto y a la paz”.

No se pasa por alto que cuando Sánchez llegó a La Moncloa, en junio de 2018, puso al frente de la diplomacia española a Josep Borrell quien, en septiembre de ese mismo año, anunciaba que daría un plazo a la UE para consensuar una posición común sobre el reconocimiento de Palestina y, si no se alcanzaba un acuerdo, España actuaría por su cuenta.

Presidencia española de la UE

Fuentes comunitarias recuerdan ahora que Bruselas otorgó también especial relevancia a la visita de Sánchez a Pekín la pasada primavera, en pleno intento de mediación de China en la guerra de Ucrania, por el hecho de que España asumía poco después la presidencia del Consejo de la UE en el segundo semestre del año.

Las fuentes no ocultaban que existía, en concreto, inquietud por el papel que desempeñara el presidente español respecto al conflicto de Ucrania, y por las iniciativas que pudiera tomar por su cuenta, sin consultar con el conjunto de los países de la Unión.

De hecho, Bruselas prohibió al presidente español, tal y cómo se reveló en ECD, que se comportase en China como si fuera ‘representante’ de la UE y, más en concreto, como mediador para el problema de Ucrania.

Se le recordó que viajaba a Pekín como dirigente español, y no como portavoz ni mediador. Y no lo hacía tampoco en nombre de la OTAN ni como representante comunitario.

Ursula von der Leyen y Pedro Sánchez.
Ursula von der Leyen y Pedro Sánchez.

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