El feminismo llega dividido al 8-M por la ‘ley trans’, la abolición de la prostitución y la ley del ‘solo sí es sí’

La marcha alternativa a la que promueve el Ministerio de Igualdad exige medidas para que dejen de reducirse las penas a los agresores sexuales

En el centro, Irene Montero, ministra de Igualdad, en la manifestación del 8-M en 2020 junto a Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la violencia de género.
En el centro, Irene Montero, ministra de Igualdad, en la manifestación del 8-M en 2020 junto a Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la violencia de género.
  1. La abolición de la prostitución, la primera diferencia
  2. La autodeterminación de género de la ‘ley trans’: el detonante de la división
  3. La nueva discrepancia: ‘Solo sí es sí’, a favor o en contra de reformarla
De izquierda a derecha, las entonces ministras de Educación, Isabel Celáa, de Exteriores, Arantxa González Laya, la exvicepresidenta Carmen Calvo y la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en la manifestación feminista del 8 de marzo de 2020.
De izquierda a derecha, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, las entonces ministras de Educación, Isabel Celáa, de Exteriores y Arantxa González Laya, la exvicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la ministra de Sanidad, Carolina Darias, y la ahora ministra de Justicia, Pilar Llop, en la manifestación feminista del 8 de marzo de 2020.

Junio de 2021: el Gobierno presenta el anteproyecto de ley del Ministerio de Igualdad, dirigido por Irene Montero, para “la igualdad Real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos LGTBI”, conocida popularmente como ‘Ley trans’. La norma, que permite el cambio registral del nombre y el sexo sin necesidad de permisos médicos ni jurídicos a partir de los 16 años, abre un cisma en el seno del movimiento feminista entre quienes apoyan la regulación y quienes consideran que desprotege a la mujer y los derechos conseguidos. Nueve meses después, el desacuerdo se escenifica. El 8 de marzo de 2022, Día de la Mujer, el feminismo se manifiesta dividido en dos movilizaciones con lemas distintos por las diferencias respecto a esta ley y a si regular o abolir la prostitución (cuyo debate viene de antaño). 

Este año, el movimiento volverá a presentarse dividido con un desacuerdo añadido: apoyar o no la reforma de la ley del ‘solo sí es sí’ del Ejecutivo, aprobada el pasado agosto y que ha resultado en más de 400 rebajas de penas a agresores sexuales por la unificación de dos delitos (abuso y agresión sexual) en uno solo.

De modo que el próximo 8 de marzo habrá dos concentraciones: la convocada por la Comisión 8M (que ha sido la organizadora desde 2018), mayoritaria el año pasado y apoyada por el Ministerio de Igualdad y secundada por las ministras de todo el Gobierno: defiende la regulación de la prostitución, la 'Ley trans' y la ley del 'solo sí es sí'. Y la anunciada por el Movimiento Feminista de Madrid (MFM; entre otras): aboga por la abolición de la prostitución, se postula en contra de la 'Ley trans' y pide reformar la ley del 'solo sí es sí' para frenar las rebajas de condenas, según han confirmado a Confidencial Digital fuentes de la organización.

La abolición de la prostitución, la primera diferencia

Antes de que Igualdad planteara el texto que regulaba la autodeterminación de género, ya había discrepancias dentro del feminismo. El motivo: la prostitución. Mientras un sector aboga por su abolición, otro es más próximo a regularla para no desproteger a las mujeres; como creen que sucedería en caso de prohibirse completamente.

Estas diferencias se trasladaron a las manifestaciones de 2022. El lema de la movilización alternativa a la apoyada por el Ministerio de Igualdad, rezaba: “El feminismo es abolicionista”.

"No existe a día de hoy en Madrid la posibilidad real de integrar las verdaderas reivindicaciones del feminismo en otros espacios, en los que se impide por activa y por pasiva la participación del discurso abolicionista. Las feministas hemos sido expulsadas, a empujones, de las asambleas que se suponía eran de todas. Las feministas hemos sido expulsadas con violencia del espacio público en el propio 8 de marzo. Hemos visto cómo se arengaba, con el micrófono de la organización, en la Puerta del Sol y ante mujeres y niñas, a la “revuelta puteril”, es decir, a la impunidad de la explotación sexual", señalan fuentes del Movimiento Feminista de Madrid a ECD​.

Sin embargo, la concentración mayoritaria, más cercana a las tesis de Unidas Podemos y el ministerio de Igualdad, se mostró partidaria de reglamentarla para no desamparar a las prostitutas. "Nuestra obligación como Estado es garantizar papeles, empleo, casa, apoyo psicológico y atención integral para que sean capaces de desarrollar su proyecto de vida", defendió Montero en septiembre: "Si no, no vamos a acabar con la prostitución como institución en nuestro país".

Manifestación feminista el 8 de marzo.
Manifestación feminista el 8 de marzo.

La autodeterminación de género de la ‘ley trans’: el detonante de la división

Aunque la abolición ha sido un debate abierto que ha generado discrepancias, el movimiento feminista no escenificó su división hasta la tramitación y aprobación de la ‘ley trans’, impulsada por la ministra Montero. La norma permite cambiar el sexo en el registro civil sin necesidad de informes psiquiátricos desde los 16 años en adelante. Los menores de 12 a 14 años necesitarán un permiso judicial, mientras que de los 14 a los 16 será necesario el permiso de padres, madres o tutores. 

Esta modificación supone, por tanto, el reconocimiento legal del género, un concepto contra el que el feminismo acumula años de lucha por considerarlo una construcción social y el germen de la discriminación contra las mujeres. Referentes del movimiento como Amelia Valcárcel o Alicia Miyares rechazan el género como elemento identitario. “Considerar el género como una categoría a reivindicar es antifeminista”, afirmaba en 2019 el manifiesto del colectivo Mujeres por la Abolición.

 

El desacuerdo con la norma (unido a la discrepancia entre abolir o regular la prostitución) supuso la separación de las marchas que habían acudido juntas en 2018, 2019 y 2020 (en 2021 no hubo movilizaciones por la pandemia de la covid-19). 

La convocada por la Comisión 8M reunió a más de 50.000 personas en 2022, apoyada por el Ministerio de Igualdad, y se postula a favor de la 'ley trans' (y de regular la prostitución). En consecuencia, Su lema el pasado 8 de marzo fue inclusivo: “Derechos para todas, todos los días”. “... ante el aumento de la violencia, la misoginia, el sexismo y la LGTBIfobia, las feministas salimos hoy a las calles para visibilizar juntas la fuerza y diversidad del feminismo y nuestra potencia transformadora”, señala el manifiesto de la convocatoria de este año.

La planificada por el MFM reunió a 6.000 personas. La sexta de las ocho reivindicaciones políticas que el MFM llevará a la marcha del Día de la Mujer, asevera: "Contra el borrado de las mujeres y la idea reaccionaria del cuerpo equivocado". Según el texto al que ha tenido acceso ECD. En alusión a las personas transexuales.

La nueva discrepancia: ‘Solo sí es sí’, a favor o en contra de reformarla


Esta norma, impulsada por el Ministerio de Igualdad, ha provocado la crisis más grave del Gobierno en los tres años de legislatura. Tras más de 400 penas reducidas a agresores sexuales desde que se aprobara hace medio año, la parte socialista apuesta ahora por reformarla, y ha presentado una propuesta para ello en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, Unidas Podemos defiende la norma y señala a la judicatura como culpable de las rebajas de condena por una mala aplicación de los agravantes.

La intención del PSOE es rectificar los aspectos “indeseados” que está provocando esta norma antes del 8 de marzo, aunque no se alcance una propuesta conjunta con Unidas Podemos. La iniciativa socialista pretende volver a utilizar la violencia o la intimidación como factor determinante par agravar la pena, lo que, de facto, supone regresar al Código Penal anterior, que diferenciaba entre abuso o agresión sexual en función de estos dos factores. Igualdad entiende que una violación siempre conlleva un comportamiento violento o intimidatorio, aunque sea de forma implícita. Y, por tanto, no es correcto fijar un tipo de delito u otro basándose en esta conducta, que, además, consideran desde Unidas Podemos, “no es nada fácil de demostrar” y empuja a la víctima a que se resista.

Sin embargo, el MFM se ha mostrado a favor de cambiar la norma para evitar que se sigan rebajando penas. Fuentes de la organización aseguran a ECD que será una de las proclamas del próximo 8 de marzo. La ministra de Industria y candidata al Ayuntamiento de la capital ha confirmado a este medio que secundará las movilizaciones, pero no ha desvelado a cuál de las dos acudirá. 

En contrapartida, la manifestación organizada por la Comisión 8M se ha mostrado en contra de cambiar la ley ‘solo sí es sí’ para aumentar las penas porque, según afirma el comunicado firmado por casi 50 organizaciones feministas, “aumentar las penas no nos protege, ni nos ha protegido nunca. La protección efectiva de las mujeres se procura, por el contrario, con las medidas que establece esta Ley”. “No permitiremos ni un paso atrás en esta Ley”, concluye el escrito.

Las asociaciones convocantes reiteran a ECD que, a pesar de que sus tesis puedan ser más o menos cercanas, no tienen vínculo ni afinidad alguna con los partidos; y defienden que pertenecen a "la sociedad civil" y han sido construidas por "asambleas y espacios de debate feministas". Sin embargo, el feminismo volverá a salir a las calles en plena división y con las leyes del Gobierno en el centro de las discrepancias.

Manifestación del 8-M.
Manifestación del 8-M.

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