Irán amenaza y cerca a Marruecos a través de Mauritania y Argelia
El régimen de los ayatolás presta apoyo militar e incluso mantiene presencia de la Guardia Revolucionaria y de las Fuerzas Al Quds en el norte de África
- Tráfico en el Mediterráneo
- A cinco mil kilómetros
- Dos aliados
- Presencia en Mauritania
- En el mapa de un conflicto
El general Reza Naqdi, de la Guardia Revolucionaria de Irán, amenazó la pasada semana con el “cierre del Mar Mediterráneo y (el Estrecho de) Gibraltar”. Se dirigía a las potencias occidentales que apoyan a Benjamín Netanyahu en el conflicto Israel-Hamás.
Ahora, tras el brutal atentado en Kermán, que dejó 91 muertos al este de Irán, los líderes de la República Islámica advierten “seriamente” a quienes pudieran estar tras el ataque terrorista (antes de que el Estado Islámico reivindicara la acción) y, de camino, a los países musulmanes que mantienen relaciones con Israel, a los que llaman “traidores a la comunidad islámica mundial”.
Así, de nuevo Teherán vuelve a mirar hacia el Mediterráneo occidental, toda vez que Marruecos es precisamente uno de esos cuatro países, oficialmente islámicos, que firmaron en 2020 los Acuerdos de Abraham con Israel y que mantienen relaciones diplomáticas y comerciales con el actual gobierno de Netanyahu.
Tráfico en el Mediterráneo
La posibilidad de que Irán emprenda una ofensiva para interrumpir o limitar el tráfico marítimo hacia el Mediterráneo a través del Estrecho de Gibraltar resulta remota por su complejidad estratégica militar. Pero igualmente remota parecía la amenaza de bloquear el acceso oriental al Canal de Suez mediante una ofensiva armada desde Yemen, y, sin embargo, los hutíes, apoderados de Irán, lo están consiguiendo mediante ataques con drones y misiles rusos a cargueros en el Estrecho de Bab el Mandeb.
Navieras como Maersk, Hapag-Lloyd o MSC, y petroleras como BP, entre otros, ya han suspendido sus principales operaciones a través del Canal de Suez, optando por una vía alternativa y no exenta de peligros que consiste en bordear África por el sur.
Esa opción, que demora la travesía marítima un mínimo de once días, resulta mejor que la exposición a los misiles de los hutíes, que ya han impactado contra varios buques cisterna en las inmediaciones del Canal de Suez. Algunos de esos misiles han sido interceptados por fuerzas estadounidenses con base en Yibuti.
La hostilidad hacia los portacontenedores y petroleros también se ha llevado a cabo con lanchas que han partido de Al Hudayda, con armas ligeras e intentos de abordaje.
A cinco mil kilómetros
En principio, Teherán tendría una muy limitada capacidad de intervención en el Estrecho de Gibraltar, a 5.000 kilómetros de las bases de misiles de crucero de la Guardia Revolucionaria. El mayor rango de autonomía de los misiles balísticos iraníes es de 2.000 kilómetros.
Tampoco el misil Fajr-3, en las más occidentales bases de Hezbolá en Líbano, con un radio de alcance estimado en 1.700 kilómetros, podría superar desde allí los 3.700 kilómetros que lo separan del Estrecho de Gibraltar.
Dos aliados
Sin embargo, aunque un intento de abordaje a una embarcación en el Estrecho de Gibraltar, o el alcance de un misil desde Asia son hipótesis completamente descartadas, un análisis riguroso del escenario no puede pasar por alto que Irán cuenta con dos naciones aliadas en el entorno del Estrecho: Argelia, que se presenta como una potencia militar, y Mauritania.
Argelia es socio incondicional de Teherán en el apoyo militar y financiero al Frente Polisario, además de socio estratégico de Rusia. La alianza geoestratégica Argelia-Rusia-Irán viene preocupando a EEUU desde 2023. La enemistad tradicional entre Moscú y Rabat se consolidó en 2022, cuando Mohamed VI hizo de Marruecos el primer país africano en posicionarse del lado de Ucrania, llegando a suministrar a Kiev 20 carros de combate T-72 (de fabricación rusa, por cierto).
Presencia en Mauritania
Mauritania, por su parte, cuenta en su territorio con una cada vez más numerosa presencia de efectivos de la Guardia Revolucionaria de Irán y Fuerzas Al Quds, de élite, desplegados para brindar desde allí apoyo al Frente Polisario.
También en Mauritania (igual que viene sucediendo en otros países del entorno, como es el caso de Senegal) ha desplegado Alí Jamenei una eficaz avanzadilla misionera chií, con la que pretende contrarrestar el creciente poder religioso de Mohamed VI en la región.
Marruecos no ha dejado de expulsar en los últimos años misioneros chiíes iraníes, enviados por los ayatolas para expandir en el mundo islámico la particular y esotérica versión del islam de los duodecimanos y restar poder al principado religioso alauí. El embajador de Marruecos en Naciones Unidas, Omar Hilale, denunció en 2023 la presencia de agentes de Hezbolá en los campamentos de Tinduf, al sur de Argelia. Si bien Argel ha negado ese extremo, existen testimonios que avalan la afirmación; en cualquier caso, se descarta que esos paramilitares pudieran contar con armamento de alcance.
En el mapa de un conflicto
Desde la II Guerra Mundial el Estrecho de Gibraltar no estaba en el mapa de ningún conflicto
bélico. Pero tampoco previó nadie que se pudiera bloquear militarmente de nuevo el Mar Rojo y, consecuentemente, el Canal de Suez, una de las más importantes arterias comerciales del mundo (como ya sucediera entre 1967 y 1975). Y, sin embargo, Irán lo está consiguiendo, a pesar de la presencia en el Estrecho de Bab el Mandeb (en Yibuti, concretamente) de bases militares estadounidenses, francesas, italianas y japonesas, entre otras.
La puerta occidental de entrada al Mediterráneo cuenta con dos territorios OTAN (España y Gibraltar), una base estadounidense naval (Rota) y otra aérea (Morón). Al sur, EEUU opera simbólicamente en Tan Tan (puerto marroquí a 200 millas de Canarias), aunque podría hacer uso de cualquier instalación de la Real Fuerza Aérea de Marruecos, “socio estratégico clave” de la OTAN, si fuera necesario.
