Las medallas a Pablo Iglesias, Màxim Huerta, Manuel Castells… cuestan 1.200 euros cada una

Presidencia destina 33.000 euros para adquirir las grandes cruces de la Orden de Carlos III que el Gobierno ha concedido a 23 ex ministros

Pablo Iglesias promete su cargo ante Felipe VI y Pedro Sánchez.
Pablo Iglesias promete su cargo ante Felipe VI y Pedro Sánchez.

“Queriendo dar una muestra de Mi Real aprecio a don Pablo Iglesias Turrión, a propuesta del Presidente del Gobierno, y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 28 de diciembre de 2021, vengo en concederle la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III”.

El rey, con el refrendo de Pedro Sánchez, firmó el 28 de diciembre este real decreto, y otros 22 aprobados a la vez por el Consejo de Ministros para condecorar a otros tantos ex ministros, de la etapa de Gobierno de Pedro Sánchez pero también algunos ministros de Mariano Rajoy.

Fueron distinguidos Màxim Huerta (que apenas estuvo una semana en el cargo hasta que dimitió), Dolores Delgado, José Luis Ábalos, Pedro Duque, Arancha González Laya, Isabel Celaá, Madgalena Valerio, Meritxell Batet, Carmen Montón, José Guirao, María Luisa Carcedo, Pablo Iglesias, Juan Carlos Campo, José Manuel Rodríguez Uribes, Salvador Illa y Manuel Castells.

También se les concedió a José Manuel García-Margallo, Alberto Ruiz-Gallardón, Pedro Morenés, José Ignacio Wert, José Manuel Soria, Luis De Guindos y Alfonso Alonso, de la etapa del Partido Popular.

Confidencial Digital ha consultado la licitación que el Ministerio de la Presidencia, que dirige Félix Bolaños, ha abierto con objeto de adquirir “veintitrés condecoraciones de la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III”.

El precio unitario, sin IVA, de cada gran cruz es de 1.200 euros. Las 23 costarían 27.600, que con el IVA se queda en un gasto de 33.396 euros.

Plata y esmalte al fuego

La placa de la condecoración deberá fabricarse en plata de ley 930. Será “una placa de plata abrillantada, de dimensiones máximas de 75 por 80 milímetros, formada por cuatro brazos iguales con ocho puntas rematadas por sendas semiesferas lisas, simétricos dos a dos. En cada entrebrazo figurará una flor de lis de plata abrillantada”.

La descripción técnica añade que debe incluir, “como exergo, un óvalo en cuyo centro llevará la imagen de la Purísima Concepción en sus esmaltes y, a sus pies, la cifra de Carlos III, orlada de laurel, con el lema «VIRTUTI ET MERITO», sobre una cartela esmaltada en blanco, orlada de una franja de esmalte azul. Cerrando el óvalo, una franja de esmalte azul orlada de plata abrillantada”.

La condecoración va esmaltada en sus colores correspondientes, con esmaltes finos vitrificados al fuego.

 

La placa va acompañada de “una banda de seda, de 101 milímetros de ancho, de color azul celeste, con una franja central de color blanco de 33 milímetros de ancho. Dicha banda se unirá en sus extremos mediante un rosetón picado, confeccionado con la misma tela que la banda, del cual penderá la venera de la Real Orden, cuyas dimensiones máximas serán de 50 por 75 milímetros”.

Se especifica que “el hilo de la banda debe ser adecuado para que no se rompan las costuras ni se creen tensiones inadecuadas a tono con los colores de la banda”.

Estas grandes cruces de la Orden de Carlos III se entregarán a los ex ministros “en un estuche con exterior en imitación piel, en color azul institucional”. La tapa del estuche llevará estampado en dorado el escudo de España y una cenefa en el borde de la misma enmarcando el escudo, cerrará mediante broche de latón dorado, y por dentro “irá armado y acolchado en color blanco, compartimentado para permitir la correcta disposición y alojamiento de las condecoraciones”.

Y es que además de la placa, se les entrega también una miniatura, una reproducción de la gran cruz, para utilizarla como insignia en una solapa, y también una “roseta circular de seda de 1 centímetro de diámetro, con los colores de la Real y Distinguida Orden”.

“Servicios extraordinarios a la Nación”

El Real Decreto 1051/2002, de 11 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, define esta orden como “la más alta distinción honorífica entre las Órdenes civiles españolas”.

Tiene por objeto “recompensar a los ciudadanos que con sus esfuerzos, iniciativas y trabajos hayan prestado servicios eminentes y extraordinarios a la Nación”.

Fue instituida en 1771 por el rey Carlos III, y el gran maestre es el rey de España. La orden consta de cinco grados: Collar, Gran Cruz, Encomienda de Número, Encomienda y Cruz.

El collar se puede conceder a “los miembros de la Familia Real, los Jefes de Estado y de Gobierno y aquellos ciudadanos españoles que estén en posesión de la Gran Cruz con más de tres años de antigüedad”.

La gran cruz puede otorgarse a “los que fueran o hubieran sido Presidentes del Congreso de los Diputados, del Senado, del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Ministros del Gobierno y otras altas autoridades del Estado, así como los que tengan concedida otra Gran Cruz civil o militar española, con más de tres años de antigüedad”.

En este caso, la concesión de la gran cruz se entiende como “culminación de relevantes servicios al Estado”. En la práctica, los sucesivos gobiernos se la conceden a otros los ministros y ex ministros del gabinete anterior.

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