Pedro Sánchez abordará una profunda crisis de Gobierno tras las Europeas

No ejecutó esa renovación tras el 23-J porque considera que el periodo electoral no ha terminado. Se apunta a los ministros más antiguos como Marlaska, Robles y Ribera

Pedro Sanchez Presidente del Gobierno en el palacio de la Moncloa
Pedro Sanchez Presidente del Gobierno en el palacio de la Moncloa
  1. Una remodelación que se esperaba tras el 23-J
  2. Evitar el desgaste del periodo electoral y la amnistía
  3. Los ministros más longevos, los más señalados
  4. Ribera, a Europa y Montero, a Andalucía
Pedro Sánchez presidente del Gobierno.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, planea una importante renovación del Ejecutivo después de las elecciones europeas. El líder socialista no abordó esta remodelación tras el 23-J porque en La Moncloa consideran que aún se encuentran en un periodo electoral que comenzó con los comicios autonómicos y municipales y terminará con los comunitarios. Será entonces cuando aborde una crisis del Gobierno que busque impulsar al Ejecutivo y relevar a los ministros más desgastados y con más años en el cargo, según explican fuentes del Partido Socialista a Confidencial Digital.

Una remodelación que se esperaba tras el 23-J

Todas las encuestas auguraban un cambio de Gobierno con las pasadas elecciones generales. La concesión de los indultos a los líderes catalanes condenados por el 1-O, la gestión de la pandemia, las rebajas de penas por la llamada ley del ‘solo sí es sí’, la rebaja de la malversación o la derogación de la sedición había mermado las expectativas electorales del Ejecutivo.

Casi todos los sondeos reflejaban que el Partido Popular y Vox sumarían mayoría absoluta, situando a los populares hasta 40 escaños por encima de los socialistas. Pero las formaciones conservadoras se quedaron a siete diputados de dicha suma y el PSOE consiguió salvar el partido en el último minuto y aunar una mayoría alternativa que parecía conducir a una remodelación completa del Gobierno: “Es una nueva etapa”, aseguraban fuentes socialistas durante la investidura de Sánchez.

Las cábalas apuntaban a la salida de ministros quemados tras años en el Gobierno. Tanto en la Moncloa como en el PSOE daban por hecha una honda renovación del consejo de ministros después de una legislatura especialmente bronca y con mucho desgaste para el Ejecutivo. Pero los pronósticos erraron y Sánchez mantuvo una línea continuista con apenas cambios en el núcleo duro del Gobierno, incluso con perfiles especialmente señalados como el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska.

El responsable de la política interna del país ha sido reprobado por el Congreso de los Diputados y ha recibido varios varapalos judiciales como la destitución del general Diego Pérez de los Cobos, revocada por el Tribunal Supremo, que el pasado 22 de enero declaró ilegal la devolución a Marruecos de 55 menores que cruzaron la frontera en situación irregular en 2021. El Alto Tribunal también ha tumbado el nombramiento de otros altos cargos de Interior por su “arbitrariedad”.

Además, también se esperaba un cambio en el Gobierno para dar entrada a perfiles “más combativos”. En el PSOE esperaban la llegada de figuras con más colmillo que emplearan un tono más contundente contra la oposición y en defensa de la tarea del Ejecutivo. Una petición que sigue vigente dentro del partido y que esperan se produzca en una futura remodelación.

Evitar el desgaste del periodo electoral y la amnistía

El líder del Ejecutivo ha optado por no abordar la renovación hasta que se despeje el horizonte electoral porque nombrar a ministros nuevos en plena campaña habría desgastado al nuevo Ejecutivo. Tanto en Moncloa como en Ferraz son conscientes de que la oposición de PP y Vox será especialmente dura durante los próximos seis meses como consecuencia de las elecciones gallegas —fechadas para el próximo 18 de febrero—, los comicios vascos —que se prevén la tercera semana de abril— y, finalmente, los europeos —que se celebrarán el domingo 9 de junio— que la oposición aprovechará para vender como un plebiscito sobre el nuevo Gobierno.

Todo ello en mitad de la tramitación de la Ley de Amnistía concedida a todos los encausados por el procès desde 2012 a 2023. Una condición exigida por los partidos independentistas catalanes —Esquerra Republicana y Junts per Catalunya— al PSOE a cambio de votar a favor en la investidura de Sánchez. Una norma que conlleva un enorme desgaste político y que, de haber renovado el Gobierno, habría tirado por tierra la intención de mejorar la imagen con una remodelación que buscaba, precisamente, dar aire fresco al consejo de ministros. Por eso, la renovación solo se plantea tras el periodo estival, cuando la amnistía ya esté asentada y haya quedado atrás.

Tanto en Moncloa como en Ferraz ven con buenos ojos atajar esta renovación tras las Europeas. Sánchez ya ejecutó una profunda crisis de Gobierno durante el verano de 2021, a mitad de mandato y tras la aprobación de los indultos a los líderes independentistas. Una fórmula que se repetiría en el mismo periodo y tras la tramitación de una medida aún más gruesa, como el ‘olvido’ penal aprobado por la Cámara Baja en favor de todas las personas con causas judiciales abiertas o sentenciadas a causa del desafío separatista.

 

Los ministros más longevos, los más señalados

La renovación responde, también, a la necesidad de sustituir a figuras especialmente dañadas en los últimos años. Sánchez ha sacado adelante tres investiduras y hay miembros del Ejecutivo que acompañan al presidente desde 2018: Margarita Robles, ministra de Defensa; Luis Planas, responsable de Agricultura y Pesca; Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y titular de Transición Ecológica; María Jesús Montero, que dirige la cartera de Hacienda, o el propio Fernando Grande-Marlaska, son algunos de los ministros con mayor longevidad en el cargo.

Nadia Calviño, exministra de Economía, que también se situaba como una de las dirigentes con más años en el Gobierno, pero ya cerró su salida tras ser elegida presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

“Seis años es mucho para cualquiera”, explican exministros y altos cargos del PSOE, que consideran más que improbable que estos ministros se mantengan otros cuatro años más en el cargo. Un periodo que no tendría precedentes y supondría mantener durante una década al núcleo duro del Ejecutivo en ministerios clave: Interior, Defensa, vicepresidencia, Hacienda… Puestos de primer nivel dentro del Ejecutivo y que habitualmente acarrean un desgaste mayor que el resto de carteras.

Ribera, a Europa y Montero, a Andalucía

Fuentes socialistas consultadas por ECD sitúan a Ribera en algún cargo europeo de peso donde pueda continuar la labor que ha venido desempeñando como ministra de España en el cambio de modelo energético y en favor de la energía renovable. Pero, salvo sorpresa, seguirá representando al PSOE. Precisamente, la vicepresidenta tercera ha sido una de las nuevas caras elegidas por Sánchez para incorporarse a la dirección del partido.

Montero, otra de las candidatas a abandonar el Ejecutivo, cada vez suena con más fuerza para liderar al PSOE en Andalucía. La ministra de Hacienda y número dos del partido es la mano derecha de Sánchez en Ferraz y la representante del socialismo andaluz con mayor visibilidad. Juan Espadas, portavoz en el Senado, no ha cuajado para hacer frente a Moreno Bonilla, actual presidente de la Junta que obtuvo la primera mayoría absoluta de la historia para el PP en una comunidad autónoma clave para Ferraz y Montero supondría una apuesta fuerte para recuperar el bastón de mando en la región.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

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