El PSOE decreta máximo sigilo sobre las negociaciones para elegir al presidente del Congreso

Ferraz insiste en no desvelar si ofrecerá el cargo a un diputado que no sea socialista

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a su mujer, Begoña Gómez
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, junto a su mujer, Begoña Gómez
  1. Renuncia de Meritxell Batet
  2. Máxima discreción
  3. Apoyos para la investidura 
  4. Sumar se desmarca de la presidencia
  5. No desvelar ni negar un posible ofrecimiento
El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban.

El Partido Socialista no está de vacaciones. La dirección del PSOE trabaja ya en el primer escollo de la legislatura: la elección de los miembros de la Mesa y el presidente del Congreso de los Diputados; la tercera autoridad del Estado por detrás del Rey y el líder del Ejecutivo.

Los socialistas necesitan el apoyo de Sumar y de las fuerzas nacionalistas vascas y catalanas para lograr una nueva investidura del presidente en funciones, Pedro Sánchez; y la idea de que Ferraz ofrezca este puesto a alguna de estas fuerzas políticas ha cobrado fuerza en los últimos días. Sin embargo, desde el PSOE guardan máxima cautela y quieren llevar las conversaciones con todo el sigilo posible para evitar el ruido. “Vamos con discreción”, afirman desde la dirección del partido.

Renuncia de Meritxell Batet

Todo comenzó este martes. Quien ha dirigido la Cámara Baja durante la última legislatura, la socialista catalana Meritxell Batet, ha anunciado que no repetirá en el cargo y las quinielas sobre quién será su sucesora han llenado las páginas de los periódicos.

El Partido Nacionalista Vasco había expresado su disconformidad en distintas ocaciones por la gestión de Batet. Al igual que otras formaciones como Esquerra Republicana de Catalunya. Durante los últimos años, los nacionalistas vascos llegaron a exigir a la entonces presidenta de la Cámara que tomara medidas para poner fin al clima “de vergüenza” que se respiraba en el Congreso. Un ambiente del que ha culpado en reiteradas ocasiones a Vox y por el que exigió más mano dura a Batet más allá de las llamadas a “portarse bien”. Cabe destacar que no es usual que un presidente de la Cámara Baja repita en el cargo. Solo el socialista Félix Pons se mantuvo al frente desde 1986 hasta 1996.

Máxima discreción

El PSOE es consciente de que el primer escollo que se le presenta es conformar la Mesa del Congreso y son varias las fuerzas parlamentarias con las que tiene que dialogar para llegar a un acuerdo pensando, a su vez, en la investidura. Un juego de números que ya ha comenzado. Los socialistas, de la mano de Sumar —la formación de la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, con quien aspira a reeditar un Gobierno de coalición—, van a establecer un perfil más que bajo. Nada de ruido durante las conversaciones. Mantenerlas en la intimidad y avanzar con la máxima prudencia y discreción.

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, junto a la número dos en la lista a la Cámara Baja, Teresa Jordà, durante una comparecencia.

Apoyos para la investidura 

Los socialistas salieron triunfadores de la noche electoral del pasado 23 de julio. Casi todas las encuestas vaticinaban una caída del PSOE y una victoria del Partido Popular —por más de cuarenta escaños según algunos sondeos— que alcanzaría la mayoría absoluta sumando los diputados de Vox. Pero el resultado fue bien distinto. En Ferraz hubo fiesta y sensación de victoria a pesar de ser la segunda fuerza. No hubo debacle. Consiguieron mejorar sus resultados de hace cuatro años y podrán reeditar un Ejecutivo de coalición si consiguen el apoyo de Junts per Catalunya y el resto de partidos que han apoyado al Gobierno en la última legislatura.

PNV, ERC, Sumar, Junts per Catalunya, EH Bildu, BNG… Una encaje de bolillos que se antoja más complicado que la última investidura de Sánchez, donde bastaba con la abstención de los abertzales y no se necesitaban los votos del partido de Carles Puigdemont. Pero en estas las negociaciones entra también el paso previo: la Mesa del Congreso, formada por la Presidencia, cuatro vicepresidencias y otras cuatro secretarías. Se trata de puestos de gran relevancia, pues de ellos depende el gobierno de la Cámara y su calendario, y forman parte del conjunto de negociaciones para avanzar en una futura investidura de Sánchez.

En consecuencia, no se descarta que uno de estos puestos recaiga sobre formaciones como el PNV. La número dos de ERC al Congreso, Teresa Jordà, se ha mostrado optimista en este sentido: “Posiblemente habrá una silla que podría pertenecer al independentismo o al PNV. Eso está abierto y forma parte de las negociaciones”.

Sumar se desmarca de la presidencia

La formación de Díaz, que aglutina a 15 fuerzas políticas progresistas, —Podemos entre ellas— se ha desmarcado de la aspiración a presidir la Mesa. La pasada legislatura, Unidas Podemos, que obtuvo cuatro parlamentarios más que Sumar —35 frente a 31—, consiguió dos puestos: la vicepresidencia tercera y la tercera secretaría.

 

La formación aspira a tener representación en la Mesa de la Cámara pero, según ha señalado su portavoz, Ernest Urtasun, no quiere la Presidencia: “El Partido Socialista, tiene la legitimidad para pedir la Presidencia", ha afirmado añadiendo la necesidad de que en la Mesa se vea reflejada la mayoría progresista del Congreso. Una referencia que incluye a aliados parlamentarios como Bildu, PNV, o ERC, a los que aboga por darles grupo propio cuando esa mayoría de izquierda pase a configurar la Mesa.

No desvelar ni negar un posible ofrecimiento

La dirección socialista no quiere dar demasiadas pistas. Prefiere avanzar en las conversaciones con el máximo secreto posible.  Tanto es así que tampoco quieren marcar sus cartas e insisten en no aclarar si se abren a que la Presidencia recaiga sobre algún diputado que no sea socialista. Una opción que no desmienten y que Enrique Santiago, diputado de Sumar y portavoz de Izquierda Unida en el Congreso, tampoco: “Estamos construyendo una alianza amplia y considero que ninguna propuesta está descartada”, afirmó este miércoles.

Formaciones independentistas como ERC, al igual que la coalición de Díaz, ya han descartado la posibilidad de presidir la Cámara y aboga porque sea el PSOE quien la lidere. Esto limita las posibilidades y deja en manos de los nacionalistas vascos y Sumar la posibilidad de ocupar el prestigiado cargo; aunque la opción con más papeletas pasa porque el candidato del bloque progresista vuelva a ser un socialista. Hasta ahora, se trata de la vía que más apoyos reúne.

Ferraz mantiene secreto de sumario mientras avanza en unas negociaciones que serán determinantes para la investidura. El próximo jueves 17 de agosto se constituyen Las Cortes y deberá configurarse la Mesa con sus ocho puestos además de elegir quién dirigirá el Congreso de los Diputados durante la próxima legislatura. 
 

Los diputados de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurúa y Oskar Matute, en el Hemiciclo.

Video del día

Feijóo confirma a Dolors Monserrat, que repetirá como
candidata del Partido Popular a las elecciones europeas
Comentarios