Ximo Puig dimitió para evitar una gestora en el PSPV y poder pilotar la sucesión
Aguantó hasta la formación de Gobierno para ser ministro de Política Territorial. En el partido dan por hecho que su destino será la OCDE
El expresidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, anunció el pasado 18 de diciembre que renunciaba al acta de diputado autonómico y dimitía como líder del Partido Socialista en la región. Un congreso extraordinario —que se celebrará previsiblemente este febrero— elegirá a la próxima cúpula del PSVP. Esta renuncia permitirá al actual senador evitar la creación de una gestora y pilotar así su relevo al frente del partido, según ha podido saber Confidencial Digital de fuentes del partido.
Pilotar el cambio
La decisión de dejar todos sus cargos —excepto el de senador— ahora despeja el camino a Puig para evitar que una gestora se encargue del partido. Una posibilidad más que probable en caso de esperar y ser nombrado miembro de la OCDE, según confirman a ECD fuentes socialistas. Al anunciar ahora su renuncia y dar pie a un congreso extraordinario el próximo febrero, abre la vía para organizar su relevo al frente de la dirección del PSPV, una "influencia" que sería más compleja en caso de ser una gestora la que organizase y capitanease dicho congreso, aseguran las mismas fuentes.
El relevo tendrá especial importancia para el partido. La región valenciana es fundamental para el poder territorial socialista, que se pondrá en juego en las elecciones europeas del próximo junio. En los comicios comunitarios, cada voto vale lo mismo y no se aplica la Ley D'Hont, y la fortaleza de las formaciones en cada territorio resultará determinante y servirá para medir si la izquierda recupera parte del apoyo que perdió el 28-M.
Quiso ser ministro
Fuentes consultadas por este medio aseguran que la intención de Puig era aspirar al Ministerio de Política Territorial. "Él tenía muchas esperanzas de ocupar esa plaza, pero en ningún momento el presidente pensó en él", afirman desde el partido. De ahí que la decisión no haya llegado hasta que el nuevo Ejecutivo se ha constituido.
De hecho dicho cargo en el Ejecutivo estaba reservado para Guillermo Fernández Vara, el expresidente de Extremadura, que también perdió el mando de la autonomía el 28-M. Sin embargo, los problemas de salud que ha sufrido recientemente torpedeó su nombramiento, que ha terminado recayendo en el expresidente de Canarias, Ángel Víctor Torres.
Renuncia a hacer oposición
La opción de mantenerse en la oposición quedó descartada desde antes de las elecciones generales del pasado 23 de julio. En el PSOE encuentran lógica su renuncia a liderar una alternativa que ya "ha caducado". Los socialistas dan por terminado el antiguo pacto del Botanic: Podemos se ha hundido en el territorio y ahora será la alianza entre Sumar y Compromís la que deberá madurar para reagrupar a todos el electorado a la izquierda del PSOE.
Fuentes del partido consultadas por ECD ven acertada la decisión de dar paso a otros liderazgos al margen del puesto que podría ocupar en el organismo europeo. "Serían cuatro años haciendo oposición a un Gobierno que le haría oposición a sus ocho años de mandato", analizan.
Además, también apuntan a la edad del expresidente, que cumplirá 65 años el próximo 5 de enero, en apenas dos semanas, y llegaría a la próxima convocatoria electoral con casi 70 años.
Rumbo a la OCDE
En el partido dan por hecha la salida de Puig rumbo a París. Fuentes parlamentarias consultadas por este medio no se muestran sorprendidas por la decisión del expresident tras su derrota el pasado 28-M. En 2015, el Partido Socialista consiguió arrebatarle al Partido Popular el mando de la Comunidad Valenciana, que no consiguió mantener el gobierno regional a pesar de situarse como la fuerza política más votada. Un acuerdo entre el PSPV, Compromís y Podemos —denominado como pacto del Botanic— dio a la izquierda el Ejecutivo autonómico. Una alianza que se mantuvo ocho años hasta que el pasado 28 de mayo la suma entre PP y Vox alcanzó la mayoría absoluta.
Un varapalo inesperado para el PSOE. El secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, incluyó a los expresidentes caídos en dichos comicios como senadores para la próxima legislatura. El propio Puig obtuvo su escaño en la Cámara alta por designación autonómica. Tras los malos resultados, dentro del partido esperaban que renunciara a sus responsabilidades en la Comunidad Valencia para centrarse en otras labores, que parecen tener a París como destino, un cargo incompatible con cualquier otra responsabilidad tanto en el Senado como en las autonomías.
En consecuencia, prevén la renuncia del expresidente también a su acta como senador cuando se oficialice su nombramiento como miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
