Pueblos con más encanto: Viaja a Ojén en Marbella
Ojén, situado a 10 kilómetros al norte de Marbella, en la comarca de la Sierra de las Nieves, revela su importancia histórica desde crónicas sobre la rebelión mozárabe hasta su papel durante la Reconquista, impulsado por la actividad minera en el siglo XIX y una línea de ferrocarril para transportar minerales al muelle de Marbella.
- Lo imperdible:
- Iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación.
- Fuente de los Chorros.
- Museo del Molino de Aceite.
- Museo del Aguardiente.
- Las Cuevas.
- Las Eras.
- El Mirador.
Ojén, situado a 10 kilómetros al norte de Marbella, en la comarca de la Sierra de las Nieves, revela su importancia histórica desde crónicas sobre la rebelión mozárabe hasta su papel durante la Reconquista, impulsado por la actividad minera en el siglo XIX y una línea de ferrocarril para transportar minerales al muelle de Marbella.
Lo imperdible:
Iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación.
En la plaza principal se erige la iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación del siglo XVI. Su nave única muestra un artesanado mudéjar con motivos geométricos. La torre-campanario destaca al aprovechar el alminar de una antigua mezquita, mientras que las palmeras de la fachada principal le otorgan un toque exótico.
Fuente de los Chorros.
En la plaza central, una fuente de cinco caños, datada en 1905, se presenta como un elemento distintivo.
Museo del Molino de Aceite.
Antiguo molino del siglo XIX, restaurado y convertido en museo, exhibe el proceso de extracción del aceite en tiempos pasados. La maquinaria original se pone en marcha para demostraciones, ofreciendo una visión de la cultura ojeneta y la obtención del preciado aceite de oliva.
Museo del Aguardiente.
Conocido internacionalmente, el aguardiente de Ojén es protagonista de este museo. La historia del licor, su leyenda, fotografías de etiquetas de todo el mundo, afiches y recipientes antiguos se exhiben. Una de las pocas botellas restantes se conserva en el despacho de los alcaldes, continuando la tradición.
Las Cuevas.
De origen cárstico, estas cuevas se utilizaron en la antigüedad como refugio para animales y almacenamiento de forrajes y alimentos. Las cuevas bajas, rehabilitadas para usos culturales, y las altas, con un mirador, ofrecen vistas cautivadoras que combinan el azul del mar, la verde sierra y la costa de Marbella.
Las Eras.
Antiguamente utilizadas como secadoras de uvas y trilladoras de cereales.
El Mirador.
Desde este punto emblemático, se puede admirar todo el pueblo y tocar el mar con la punta de los dedos.
