La aplicación ‘Radar Covid’ fracasa: sólo detecta un 2% de los contactos de los contagios desde febrero

Su desarrollo y mantenimiento ha costado más de dos millones de euros pagados a Indra en dos contratos

Radar Covid
Cartel de propaganda de Radar Covid

La app Radar Covid nació con un objetivo claro: ayudar al rastreo de los contagiados por coronavirus mediante el rastreo de los móviles. Sin embargo, no está siendo de mucha utilidad. Desde febrero la aplicación móvil ha notificado 18.243 contactos estrechos, que en caso de resultar estar todos infectados supondrían sólo un 2,12% de los 859.973 enfermos de covid que se han contabilizado desde febrero al primer día de junio.

La historia de esta app es una de esperanza y de fracaso. Radar Covid empezó a aparecer en los titulares a finales de mayo cuando el Gobierno y los expertos señalaban las virtudes que tendría una aplicación móvil para rastrear los contactos de los positivos como se hacía en los países asiáticos. En junio se concretó un contrato con Indra que dio inicio a un proyecto piloto que probó durante dos meses (junio y julio) una app de rastreo en la isla canaria de La Gomera. A pesar de sus resultados, con contactos simulados, satisfactorios para sanidad no se impulsó ni posibilitó el uso de esta herramienta a nivel nacional hasta el 27 de octubre de 2020.  Desde esa fecha ha detectado 63.669 contagios. Es decir un 0,94% de los 1.920.566 contagiados que ha habido en España desde que entró a funcionar la app. 

Las cifras de uso de la aplicación no son uniformes en todo el territorio a pesar de su disponibilidad. Hay comunidades como Asturias o Madrid donde la ratio códigos introducidos / casos confirmados supera el 5% y otras como Valencia, Canarias, Extremadura o La Rioja donde no se ha introducido un sólo código, según datos de la propia página de Radar Covid. 

Un 18% de la población descargó Radar Covid

Los números muy reducidos en cuanto a rastreo de contagios hacen pensar que la aplicación tiene una baja difusión entre la población española. Sin embargo, sus cifras de detección, que rondan el 2% entre febrero y junio, no se corresponde con las descargas de la app. Un 18% de la población tiene Radar Covid instalado en sus teléfonos por lo cual estadísticamente se debería registrar una cifra similar de los contagios y contactos.

La diferencia de 16 puntos entre los contagios detectados y las descargas de Radar Covid tiene su explicación en la manera en que funciona la app. Para notificar un positivo hay que introducir un código que facilitan las consejerías de salud de las diferentes comunidades autónomas y que ha de ser solicitado expresamente por el enfermo. Todo el proceso depende de él.

La Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, quien se encargó de controlar el desarrollo de Radar Covid junto a Sanidad, justifica esta dependencia del usuario que lleva aparejada la baja tasa de rastreo en "el principio de privacidad y anonimato en el que se basa la aplicación". Por ello "no es posible garantizar que todos los casos confirmados hayan recibido un código por parte de su servicio de salud o lo haya introducido en la app".

Fracaso europeo

El uso de la tecnología ha ayudado a controlar el virus en Asia. Por ejemplo, en China para acudir a comercios y restaurantes se requirió de una app que rastreaba los contagios y el historial en cuanto a enfermedad de covid del usuario. Sin embargo, en Europa el rastreo mediante una aplicación no carbura. Todos los Estados han apostado por un modelo de notificación voluntaria, similar al de España, y los datos de los que ofrecen estadísticas son similares, si no peores, que los de España. Por ejemplo, Italia rastreó gracias a la aplicación 21 contactos el 1 de junio frente 2.482 positivos que notificó en total. Croacia, a fecha de 21 de junio, sumaba 771 claves de positivos introducidas desde julio de 2020. Por último, Dinamarca notifica un total de 1.028 positivos para un total de 2.307.137 descargas.

El intento de usar la tecnología respetando la privacidad para combatir la pandemia tiene su precio: 2 millones de euros pagados a Indra en dos contratos. La empresa tecnológica Española, habitual en las licitaciones del Estado, se hizo con "el desarrollo de la app así como todas las actividades necesarias para el diseño, despliegue y puesta en marcha de un piloto en junio" por 273.171,5 euros + IVA. Posteriormente, Indra logró un segundo contrato para "los servicios de mantenimiento, soporte y evolución del sistema de rastreo de contactos Radar COVID por un periodo de dos años" por un importe de 1.438.100,00 € + IVA. Mas la cifra está lejos de los 12 millones que Alemania ha gastado en su propio Radar Covid, según explican la Secretaría de Estado de Digitalización  e Inteligencia Artificial.

 

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