La segunda ola de calor deja 250 fallecidos
El 97% eran mayores de 65 años. Gran parte de las muertes se han registrado en Madrid, Sevilla y Zaragoza
- Madrid, Sevilla y Zaragoza registran el 33% de las muertes
- 626 muertes menos que en 2022
- El 85% son mayores de 75 años
A día de hoy, España atraviesa la tercera ola de calor en lo que va de verano, según ha alertado la Agencia Estatal de Meteorología. Esta vez afectará a buena parte de los países del Mediterráneo y dejará temperaturas muy altas anormalmente habituales, a pesar de encontrarnos en la época más cálida del año.
Según el Índice Kairós -sistema de vigilancia que proporciona alertas de mortalidad asociadas a un exceso o defecto de la temperatura dirigido por el Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Sanidad- Girona, Madrid y Alicante estarán en alerta rojo a partir del 19, las dos primeras provincias, y 20 de julio; al mismo tiempo que Toledo estará en alerta naranja.
Esto significa que en las tres primeras provincias la probabilidad de exceso de mortalidad, es decir, muertes no previstas, atribuible a las temperaturas será superior al 60%. En Toledo este riesgo estará entre el 40% y el 60%.
La segunda ola de calor que se vivió la semana pasada en el país, sobre todo en la mitad sur de la península entre el 10 y el 12 de julio, ha dejado un total de 249 fallecidos.
Cabe destacar que esta cifra corresponde al número de muertes registradas por exceso de mortalidad atribuible a temperaturas extremas entre el 10 y el 15 de julio, último día publicado, según el Panel MoMo -sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas coordinado por el Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Sanidad-.
A pesar de que la segunda ola de calor sólo duro tres días, según la AEMET, los efectos de esta en la salud, sobre todo de los mayores, se dilatan a los días posteriores.
Madrid, Sevilla y Zaragoza registran el 33% de las muertes
A partir del 10 de julio, las provincias que han registrado un mayor exceso de mortalidad atribuible a temperaturas extremas son: Madrid, Sevilla, Zaragoza, Alicante, Jaén y Toledo, coincidiendo tanto con el aviso de la AEMET como con las provincias en riesgo alto o moderado por exceso de mortalidad según el Índice Kairós que contó Confidencial Digital la semana pasada.
Aunque en esta segunda ola de calor no hayan registrado apenas o ningún deceso, provincias como Pontevedra también están teniendo cifras bastante elevadas este verano.
También hay que clarificar que aunque las cifras estén publicadas hasta el 15 de julio, puede haber retrasos de varios días en la notificación de defunciones por parte de las comunidades autónomas. Ante esto, ciertas provincias a día de hoy pueden tener cifras infravaloradas.
626 muertes menos que en 2022
A pesar del verano tan caluroso que hasta la fecha está atravesando el país, sigue siendo mayor el exceso de mortalidad atribuible a temperaturas extremas del año pasado.
Los picos más alarmantes del 2022, hasta el 15 de julio, fueron del 11 al 26 de junio, coincidiendo con la primera ola de calor del verano -entre el 11 y el 18 de junio-, y a partir del 9 de julio -exceptuando el 14 de julio-, día en el que empezó la segunda ola de calor más larga desde que hay registros -duró 18 días-.
Este año también se están registrando picos, pero, hasta la fecha, más moderados. Mientras que el 19 de junio de 2022 se estimaron 105 muertes por calor, el 28 de junio de 2023 han sido 42, aunque la semana pasada se superó este pico y las muertes ascendieron a 54 el último 12 de julio.
Uno de los motivos que dan los expertos de este descenso es el aprendizaje, es decir, la población cada año está más concienciada con lo que debe y no debe hacer cuando se lanza un aviso de alerta por ola de calor.
El 85% son mayores de 75 años
El hecho de que la mayor parte de los fallecimientos por temperaturas extremas se dé en personas mayores es algo esperado, ya que al contrario de como se puede pensar, es decir, que los golpes de calor son la principal causa de muerte por este fenómeno, no es así.
De hecho, las personas que mueren por un golpe de calor son las menos, mientras que las más expuestas son las personas mayores porque tienen un organismo más envejecido, y además, suele coincidir con que son pacientes crónicos y por ende toman medicación a diario.
Que un perfil así se vea afectado por varios días consecutivos de temperaturas extremas puede provocar una descompensación de su organismo hasta el extremo de llegar a un fallo multiorgánico produciendo la muerte del paciente.
Desde el 1 de junio hasta el 15 de julio, de las 586 muertes registradas por calor, el 97% tenían más de 65 años. De estos 568, el 67% eran más mayores de 85 años. Concretamente en esta última ola de calor, de los 249, 240 eran mayores de 65 años y 159 mayores de 85.
Debido a estas cifras tan altas en la población más envejecida, los médicos inciden en la necesidad de vigilar y no perder de vista los hábitos de estas franjas. Incidir en la hidratación, a pesar de que no tengan sensación de sed, evitar salir a la calle entre las doce del mediodía y las cinco de la tarde, ajustar la medicación y acudir a Urgencias siempre que se aprecie alguna anormalidad física por muy leve que sea.
