Javier Fumero

Prohibido preguntarle al presidente

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Pedro Sánchez ha protagonizado esta semana un singular viaje a Egipto. Allí el presidente y general Abdel Fatah al Sisi lo ha calificado de “socio principal”. El líder español se llevó a un grupo de empresarios con intereses en el país (Siemens, Indra, FCC, Navantia, Técnicas Reunidas, Airbus, Thales…) y a un grupo de periodistas. Sin embargo, parece que los plumillas han estado allí de figurantes: no han podido preguntar nada.

Por sorprendente que pueda parecer, se estableció que la rueda de prensa de los dos líderes fuera “sin preguntas”, no vaya a ser… ¿Cuál es el problema? Que Al Sisi es quién es. Un militar que accedió al gobierno en 2013 tras un golpe militar que derrocó al islamista Mohamed Morsi, que había ganado las elecciones un año antes y murió en la cárcel en 2019.

Nadie pudo preguntar sobre derechos humanos y libertades. Sobre el encarcelamiento de políticos de la oposición o de cualquier ciudadano que discrepe públicamente del amado líder o se pase de la raya. Silencio. Los periodistas acudieron de testaferros, de testigos silenciosos. Prohibido molestar al presidente. Todo por la economía y la diplomacia.

Me pregunto qué hubiera pasado si esta comitiva a Egipto la hubiera liderado un presidente del Partido Popular o un líder de Vox. La hemeroteca nos dice que la izquierda es extraordinariamente dura con los demás desde la oposición y muta radicalmente cuando llega al poder. Les pongo un ejemplo: José María González Kichi gobierna Cádiz como líder de Podemos y no ha tocado los acuerdos con Arabia Saudí (el país abusador al que el Gobierno del PP no debía vender armas) para la fabricación de cinco corbetas en los astilleros que Navantia tiene en la bahía de la ciudad.

Más en twitter: @javierfumero

 
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