José Apezarena

¿Está mejor Cataluña?

Estelada exhibida durante una manifestación convocada por ANC.

La situación en Cataluña es notablemente mejor a la que se vivía en 2017, entonces en crispación social y política máxima, con afectación al orden público, y sobre todo cuando sus instituciones protagonizaron un intento de secesión mediante la convocatoria de una referéndum ilegal.

Así dice el argumentario fabricado por el Gobierno para intentar defenderse de las graves acusaciones que reciben por la reforma del delito de secesión (y pronto el de malversación), críticas que incluyen la imputación de traición al mismísimo Pedro Sánchez.

Es, en efecto, el argumento que utilizan repetidamente los miembros del Gobierno, los cargos del PSOE, los parlamentarios socialistas… que con ese mensaje pretenden también tranquilizar sus conciencias ante el desastre que están construyendo de cara al futuro.

Lo de que Cataluña “está mejor” lo repiten también, por supuesto, las terminales mediáticas habituales.

Pero, ¿de verdad está mejor Cataluña?

Ciertamente, ahora no proliferan las algaradas, y los altercados violentos  en las calles casi han desaparecido. Cataluña está mejor.

El clima de tensión y de enfrentamiento social ha bajado. Está mejor.

El independentismo, representado sobre todo por Esquerra y Junts, se encuentran divididos. Concretado, por ejemplo, en la crisis que sufre la Generalitat. Está mejor.

No se atisba a corto plazo la convocatoria de un referéndum de secesión como el de 2017. Está mejor

 

Pero, por el contrario.

El castellano, la lengua del Estado, se ve perseguido y excluido de las escuelas. Cataluña está peor.

Las concesiones, traducidas en medidas legales, adoptadas por este Gobierno, han demolido las principales herramientas para resistir en el futuro un brote como el que se vivió en 2017. Está peor.

Los independentistas no han salido mal librados de la intentona golpista: los líderes han quedado como héroes y han sido amnistiados, mientras que el resto de protagonistas, entre ellos una treintena de cargos de ERC, no tendrán que responder ante los jueces porque desaparece el delito de secesión y se modifica y rebaja el de malversación. Está peor.

Los independentistas no han renunciado a volver a intentarlo, y así lo han expresado públicamente en repetidas ocasiones. Está peor.

Y han tomado nota de lo ocurrido: la intentona se castiga muy poco. Y eso anima a proponérselo, más pronto que tarde. Está peor.

Saben, porque lo han comprobado, que, si lo vuelven a intentar, y les sale mal, pueden doblar el brazo al Estado, y además no pasa nada porque el país aguanta todo. Está peor.

En cuanto a la economía, se calcula que más de siete mil empresas abandonaron la región, la administración de Justicia se ha desmontado, la delincuencia común se ha disparado, sobre todo en Barcelona. Está peor

Así que, mirando al inmediato futuro, Cataluña está mucho peor.

Por si fuera poco, otros han aprendido también la lección de que se puede lograr todo, todo, con tal de que tus votos sean necesarios. Necesarios a Pedro Sánchez.

Íñigo Urkullu ya ha pedido la derogación del artículo 155 de la Constitución, que es la medida última, extrema, que impidió que rompieran España. Y si lo demanda uno de los socios estratégicos del Gobierno... se lo darán. Al tiempo.

Así que todo y todos estamos peor, mucho peor. Y hay que ‘agradecérselo’ al personaje que gobierna este país. Mejor dicho, desgobierna, desmonta, destroza.

editor@elconfidencialdigital.com

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