José Apezarena

Maldito Artículo 155

Parlamento de Cataluña
El Parlament de Cataluña aplaude la convocatoria de un referéndum de independencia

“Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general”.

Así lo dice, en términos claros, el artículo 155 de nuestra Constitución. Si una comunidad no cumple la ley, el Gobierno puede tomar las medidas necesarias para “obligar” al cumplimiento forzoso de esa ley.

Algo que, como resulta bien conocido, ya se ha hecho en este país: el Gobierno revocó la autonomía de Cataluña durante más de siete meses, desde las 20:26 horas del 27 de octubre de 2017 hasta las 12:41 horas del 2 de junio de 2018.

La celebración de un referéndum y la declaración de independencia unilateral en octubre de 2017 (anulada por los tribunales de Justicia), llevó al Gobierno de Mariano Rajoy a activar la tramitación parlamentaria del procedimiento previsto en el artículo 155 de la Constitución para intervenir la autonomía y restaurar el orden constitucional.

El 27 de octubre, el Senado votó a favor de la aplicación del 155. Salió adelante con 214 votos afirmativos, de PP, PSOE, PSC, Ciudadanos, UPN, Foro y Coalición Canaria, frente a 47 en contra, de Podemos, ERC, PDeCAT, PNV, EH Bildu y Compromís, y la abstención de Nueva Canarias. Los socialistas José Montilla y Francesc Antich se ausentaron porque no estaban de acuerdo con la aplicación del artículo.

El escenario de una negativa a cumplir la ley se ha reproducido ahora, con el anuncio por la Generalitat de que no aplicará el 25% de castellano en ningún aula. Acaba de emitir una orden para expulsar el castellano de "todos los espacios" de los colegios

El conseller de Educación, Josep González-Cambray, lo ha confirmado: a partir de la próxima semana, cuando empezará el curso 2022-23, "ningún aula de Cataluña ni ningún centro educativo aplicará el 25% del castellano".

"Hoy, 1 de septiembre, les puedo afirmar que, a partir del día 5 en escuelas y del 7 en institutos, ningún aula aplicará porcentaje de aprendizaje de lenguas", ha subrayado el conseller.

Si no hubiera un artículo 155 de la Constitución, y además tan expreso, tan rotundo, el Gobierno de la nación podría poner cara de despiste, mirar a otro lado, hacerse el desentendido. Pero no, el artículo está ahí. Y por eso, desde Moncloa, ahora hasta podrían maldecir su existencia.

 

Y, si nunca se hubiera aplicado esa norma, podría argumentar en la conveniencia de no exagerar, de no establecer precedentes negativos. Pero es que ya se activó en su día. Por tanto, tampoco resultaría nada nuevo.

Un Gobierno ‘normal’, cumplidor de la legalidad, respetuoso con el sistema normativo, libre de cadenas y ataduras, ajeno a extremismos interesados, reaccionaría contundentemente frente a lo que está siendo una auténtica sublevación. Ante la que correspondería recurrir al 155.

Y que nadie se eche las manos a la cabeza por esa prerrogativa. El artículo 155 no es una extralimitación inaudita, sino que forma parte de las legislaciones de la mayoría de los países federales. Por ejemplo, en Alemania. Allí es el artículo 37 de la Ley Fundamental de Bonn (la actual Constitución),​ conocido como “vía coactiva federal” (Bundeszwang). Dice así:​

1. Si un Land no cumpliere los deberes federales que la Ley Fundamental u otra ley federal le impongan, el Gobierno Federal, con la aprobación del Bundesrat, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar al Land al cumplimiento de dichos deberes por vía coactiva federal.

2. Para la ejecución de las medidas federales coactivas, el Gobierno Federal o su representante tiene el derecho de impartir instrucciones a todos los Länder y a las autoridades de los mismos.

El Gobierno Sánchez ¿va a poner pies en pared contra la desobediencia expresa de una autonomía? No lo parece. ¿Recurrirá al 155? Desde luego que no. Se acogerá a que el texto dice que “podrá adoptar las medidas necesarias”. Podrá. Pero no querrá.

No obstante, la existencia de ese artículo sigue siendo un incordio para los actuales gobernantes. El maldito artículo 155 que les deja en evidencia. Otra vez.

editor@elconfidencialdigital.com

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