José Apezarena

¡No hay derecho!

Niños con pancartas en el acto proetarra en Castelfranco Emilia.
Niños con pancartas en el acto proetarra en Castelfranco Emilia.

Cuarenta y cuatro, ¡cuarenta y cuatro!, integrantes de las candidaturas de EH Bildu a las elecciones próximas han estado condenados por pertenencia y colaboración con una banda terrorista llamada ETA.

De ellos, siete han cumplido largas penas de cárcel por su participación en asesinatos cometidos entre 1978 y 2001. En algún caso, el atentado mortal ocurrió en la población en la que ahora se presenta candidato.

Incomprensible parece que algo así pueda ocurrir en un país normal. Más que incomprensible, intolerable.

Lo resumió certeramente el lehendakari vasco, Íñigo Urkullu: tienen derecho pero no hay derecho.

Esta fueron sus palabras: “Tienen derecho a presentarse en las listas, pero no hay derecho a que se demuestre una vez más la falta de respeto, consideración y de sensibilidad hacia las víctimas”.

Urkullu lamentaba amargamente que algo así esté ocurriendo, y acusó a EH Bildu, el partido pro etarra (un calificativo que se han empeñado en rechazar pero que ahora se consolida definitivamente) de "falta de respeto, consideración y de sensibilidad" hacia las víctimas del terrorismo.

Dicho está, pero hay que anotar un matiz. No, señor Urkullu, no es una falta de respeto y consideración. Es un insulto. Es escupir sobre las tumbas de cientos de víctimas de la banda asesina.

Y la falta de consideración que cita se tiene igualmente con el resto de ciudadanos de este país, con el conjunto de los españoles, que asisten, perplejos, al espectáculo de que los pistoleros asalten y ocupen las instituciones democráticas.

La noticia ha estallado estos días, pero la situación no es de ahora. La presencia de etarras en las listas de EH Bildu es una constante desde hace años.

 

La pregunta salta inmediatamente. ¿Cómo es posible que algo así pueda ocurrir?

Sucede porque las leyes lo permiten. La legislación de este país.

Los condenados por vínculos con ETA son legalmente elegibles. Si el juez aplica la inhabilitación para cargo público, la pena se extingue al cumplir la condena.

Como escribe Francisco Mercado, “una generosidad cuestionada por juristas que piden que esta pena (la inhabilitación) se cumpla tras finalizar la de prisión”.

Frente a los cuarenta y cuatro, las fuerzas constitucionalistas tienen 800 candidatos inelegibles: sus asesinados por ETA.

No es ahora momento de entrar en consideraciones sobre las leyes injustas, que las hay. Y en este país unas cuantas. Pero sí resulta oportuno precisar por una vez que, el hecho de que algo esté permitido por las leyes, no significa que eso sea justo y admisible.

No es tolerable que personas condenadas por terrorismo se presenten como candidatos a las instituciones democráticas. Y si las leyes lo permiten (como dice Urkullu, “tienen derecho”), habrá que cambiar las leyes. Cuanto antes. Esa, y las demás que, como digo, son injustas a pesar de que hayan sido aprobadas por procedimientos democráticos.

Me gustaría hacer una consideración más al lehendakari Urkullu. Ese partido pro etarra, EH Bildu, es “socio preferente” del actual Gobierno. Un Gobierno, a su vez, sostenido por el PNV. Así que, como suele decirse, tendrían que hacérselo mirar.

Y lo mismo los ministros, que ayer salieron en tromba para condenar la circunstancia de las cuatro decenas de terroristas candidatos, olvidando que el Gobierno al que pertenecen existe y subsiste con el respaldo de EH Bildu.

Un socialista, uno por ahora, presidente de una comunidad autónoma, el aragonés Javier Lambán, se ha atrevido a pedir a su partido que rompa con los socios pro etarras.

Pero quizá ya sea tarde. Tarde para tapar toda una legislatura sostenidos por los bildutarras.

Volviendo al principio: no hay derecho. Y si las leyes lo permiten, ¡cámbienlas ya!

editor@elconfidencialdigital.es

Más en Twitter

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato