Pedro Sánchez y la mujer del César
No por muy conocida hay que olvidar la frase famosa de que la mujer del César, “además de ser honesta, debe parecerlo”. Un principio que, aunque inicialmente alude a la fidelidad conyugal, se suele aplicar en otros terrenos quizá más delicados. Por ejemplo, respecto a la corrupción política.
Es sabido que la frase nació de un suceso protagonizado por Pompeya, nieta de Sila y mujer de Julio César. Este último la repudió para evitar suspicacias tras una fiesta en la que solo debían participar mujeres y asistió un hombre a escondidas. El individuo fue identificado pero no recibió castigo, mientras que Pompeya lo pagó en su propia persona. Por lo visto, al margen de que lo fuera o no, no “parecía” honesta.
Entrando en la corrupción política, al menos dieciséis diputados del PSOE han participado en las cenas montadas por el conseguidor, el canario Juan Bernardo Fuentes, Tito Berni. Al menos dieciseis.
Por cierto, que la corrupción sirvió a Pedro Sánchez como instrumento para derrocar a Mariano Rajoy y entrar en La Moncloa, y ahora la corrupción lo acompaña en los últimos meses de la legislatura.
Se cuenta que existe “indignación” en el PSOE por lo que califican de “linchamiento” a socialistas por el ‘caso Mediador”.
Una diputada cuenta: “Hay mucha indignación en el grupo. Hay una diana puesta en el PSOE y se está señalando a todo el mundo, a todas las provincias”. Lamenta que se esté “metiendo a todos en el mismo saco”.
Pedro Sánchez conoce el nombre de los implicados. Más aún, han citado a todos y cada uno en La Moncloa para hacerles un examen: les han preguntado por su vinculación con los negocios del Tito Berni y las fiestas con prostitutas y drogas que montaba.
Respecto a eso de ser honrado y además parecerlo, lo mejor que podría hacer el presidente del Gobierno es dar a conocer las identidades de los afectados porque, mientras no se conozcan, la totalidad de los integrantes (no estoy de acuerdo en el calificativo di-puteros) del Grupo Socialista se han convertido en sospechosos. Y, como afirma la diputada citada, se mete a todos en el mismo saco.
La solución no es amenazar a quienes se atrevan a apuntar algún nombre. Será una amenaza difícil de sostener judicialmente, si la única imputación que se les hace es haber asistido a las cenas. Porque, con ello, no se afirma (aunque alguien pueda colegirlo) que formen parte de la red de prostitución y negocios ocultos.
Y tampoco servirá de mucho que el famoso ‘comité de la verdad’ del PSOE prepare respuestas para contrarrestar a todos los que lo sugieran. Con eso no van a frenar la marea desatada.
Vuelvo a lo de la honestidad y la mujer del César.
La verdad, no resulta muy ejemplar que docena y media de socialistas (que se sepa) hayan participado en francachelas desarrolladas en lugares de dudosa reputación, y, encima, caros, convocados por un individuo acusado de corrupción.
Pero si, además, aparecen prostitutas por medio, cuando tenemos una ley de “solo sí es sí” rebajando sentencias a cientos de agresores sexuales y sacando a la calle a decenas de ellos... Y, encima, en vísperas de una dividida celebración del Día de la Mujer...
Repito. Lo mejor que podría hacer Pedro Sánchez, para cerrar la hemorragia, es dar a conocer la lista de diputados vinculados a Tito Berni y sus cenas. Si no, ni ellos, ni tal vez el conjunto de parlamentarios de su partido, van a parecer honestos.
editor@elconfidencialdigital.es
