José Apezarena

¡Pedro Sánchez, que los bancos se van de España!

Edificio La Vela, sede de BBVA en Madrid

Los bancos están que trinan con Pedro Sánchez por el anuncio de ese impuesto que ha decidido colocarles para gravar los beneficios extraordinarios, del que no habían sido “ni informados, ni consultados”.

Públicamente, las corporaciones financieras han reaccionado hasta ahora moderadamente, a pesar del cabreo que sienten, por ejemplo después de cómo apoyaron al Gobierno durante la pandemia: le sacaron las castañas del fuego.

Sin embargo, tal como ha contado en exclusiva Confidencial Digital, en privado han trasladado al Ejecutivo un mensaje contundente: están dispuestas a deslocalizar sedes como respuesta al nuevo impuesto a la banca.

Alguno de los grandes bancos ha llegado a concretar, en los contactos de alto nivel mantenidos de urgencia con el Ministerio de Asuntos Económicos que, si finalmente se crea esta figura impositiva, ellos “modificarán su estructura legal en España”.

Argumentan que se les quiere colocar una tasa “sobre rentas no generadas”, y que pierden dinero por tener la sede corporativa en España.

Consideran muy perjudicial, además de injusto, que, sobre los dividendos que traen de terceros países, en los que ya han abonado los correspondientes impuestos, deban pagar un impuesto más en España.

Tal situación, han advertido, podría llevar a los bancos multinacionales a replantearse su presencia en España.

Dependiendo de lo que se haga, tendremos que tomar las decisiones que convengan, concluyeron, como aviso al Ministerio de Economía, y también a la Oficina Económica del Gobierno, en La Moncloa.

“A ver quién paga ahora los próximos créditos ICO”, se escucha en ámbitos bancarios del máximo nivel.

 

Eso es lo que pasa cuando un presidente del Gobierno se dedica improvisar decisiones, urgido solamente por la necesidad de complacer a quienes le sostienen en el poder, sin pensar en las consecuencias para el tejido financiero y empresarial, y, al final, para los intereses profundos del país. Y para los españoles.

Pedro Sánchez nos tiene acostumbrados a improvisar sin preguntar, sin valorar repercusiones. Lo hizo con el cambio de política respecto al Sahara, que tan graves consecuencias está causando, incluyendo la reacción de Argelia y la repercusión en el suministro de gas. Y ahora las puede provocar si algún banco español abandona la sede y se ubica en el extranjero. En Inglaterra, por poner un ejemplo.

Confiemos en que no ocurra.

La seguridad jurídica es uno de los valores que acreditan a los países a la hora de ser atractivos como sede de la actividad financiera y empresarial. Cuesta mucho acreditarla, y ponerla en cuestión por caprichos coyunturales de un presidente puede resultar catastrófico.

editor@elconfidencialdigital.com

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