La pereza de Rajoy

Entrevistado en Radio Nacional, negó que estuviera pensando afrontar una crisis antes de Navidad, que era la pregunta que le habían formulado, y añadió a continuación que, si pudiera, mantendría a todo los ministros hasta el final de la legislatura.

Un alto cargo del Partido Popular, que además conoce bien a Rajoy, me comentaba recientemente: “Si por el fuera, mantendría el Gobierno tres legislaturas”.

Se entiende, sin duda, que el presidente prefiera no meterse en el berenjenal que siempre supone una crisis de Gobierno. Porque quienes salen del Gabinete, a los que además hay que buscar un acomodo medianamente digno, no pocas veces quedan dolidos por el cese. Y también porque concretar la lista del siguiente equipo supone nombrar a unos, pero también dejar heridos a otros muchos, que son los que ahora guardan alguna esperanza de llegar a ser ministros y quedan fuera.

Así que, por los desaires causados con los ceses, y por las decepciones provocadas entre quienes no obtienen el cargo, las crisis de Gobierno siempre dejan heridos. Y causan pequeños terremotos en los partidos.

Se entiende, insisto, que Mariano Rajoy, perro viejo ya en estas lides políticas, se incline por ahorrarse una crisis. El enfoque, sin embargo, no se debe reducir a lo de la pereza, a qué es lo que prefiere o no prefiere, sino que debe centrarse en la cuestión de si ‘hay que’ proceder a una remodelación ministerial.

La pregunta se resumiría en dos hipótesis: si es ‘imprescindible’ proceder a un cambio en el Gobierno; y, en un nivel de menor urgencia, si es ‘conveniente’ afrontarla.

Lo primero tendría que derivar de que la situación de uno o varios de actuales los ministros sea insoportable. Y, ciertamente, si quisiera, a Rajoy no le faltarían dos o tres ejemplos de personajes abrasados.

Lo segundo, lo de la ‘conveniencia’ tiene que ver con la oportunidad de provocar la crisis para utilizarla como herramienta que permita recuperar protagonismo en la opinión pública y un relanzamiento de su imagen, incluso con fines electorales. Las crisis siempre proporcionan muchas portadas.

Si ni uno ni otro convenciera al presidente, existe un tercer supuesto. Que no tenga más remedio que hacerlo. Y eso ocurrirá, por ejemplo, si, tal como ha contado El Confidencial Digital, manda a Andalucía a Fátima Báñez, como cabeza de lista del PP. Y si, finalmente, coloca un ministro (es el caso de Miguel Arias Cañete) al frente de la candidatura a las elecciones europeas. En tales circunstancias, habrá crisis “sí o sí”, en frase que se repite ahora con tanta frecuencia.

¿Mi opinión? Que habrá cambio de Gobierno en primavera.

Por cierto, que Rajoy tiene también pendientes otros asuntos que le dan mucha pereza. Uno de ellos, la reforma de la ley de aborto.