José Apezarena

Portugal gira a la derecha… ¿y España?

Antonio Costa y Pedro Sánchez, en la cumbre hispano-portuguesa de Trujillo

El miércoles, a mitad de legislatura, el Gobierno socialista de Portugal vio cómo eran echados abajo los presupuestos para 2022, por el voto de la oposición a izquierda y derecha, lo que ha colocado al país a las puertas de unas elecciones anticipadas llenas de incógnitas.

La inesperada crisis política desmonta en buena medida la imagen de estabilidad institucional que se habían ganado nuestros vecinos.

Tras las elecciones de 2015, el socialista Antonio Costa se convirtió en primer ministro, a pesar de que las había ganado la derecha, el PSD, gracias a una inédita alianza con el Bloco de Esquerda (BE) y el Partido Comunista Portugués (PCP).

Un entendimiento que ahora ha saltado por los aires, porque los propios socios han votado en contra de los Presupuestos.

Resulta inevitable trazar algunos paralelismos con la situación española, donde Pedro Sánchez sigue siendo presidente también gracias a una alianza con fuerzas tan dispares como los criptocomunistas de Podemos, los nacionalistas burgueses del PNV, los independentistas catalanes de Esquerra, y hasta EH Bildu, los canarios y Teruel Existe.

Aunque, en el caso español, Pedro Sánchez ya ha conseguido los votos para sacar adelante sus Presupuestos, que, si no surgen sorpresas de última hora, saldrán adelante sin problema.

Cierto es que el presidente está pagando buenos precios a unos y a otros para asegurarse los apoyos, y no hay por qué esperar que los duros enfrentamientos de estos días con Podemos, a propósito de la negociación social, vayan a conducir a un ruptura final que rompa el pacto presupuestario. No es previsible.

Otro punto de interés es el declive que viene sufriendo en Portugal el socialismo, que no solamente no ganó las anteriores elecciones, sino que está perdiendo terreno poco a poco. Parece haber un giro a la derecha en el país.

Muestra de ello es lo ocurrido en las elecciones municipales de septiembre, que ofrecieron una abstención histórica del 46%, y en las que los socialistas salieron escaldados. Fueron la fuerza más votada, pero bajaron cinco puntos, y sobre todo han perdido Lisboa, además de Coímbra y Funchal a favor de las coaliciones capitaneadas por el PSD.

 

Por seguir con las similitudes, Chega, el partido ultra de André Ventura que solo cuenta con un diputado, tiene ahora perspectivas de subida.

Aquí, en España, las encuestas siguen hablando de un resultado que permitiría al Partido Popular una mayoría de Gobierno con el apoyo de Vox. Aunque para las generales falta un mundo, porque todo mira a principios de 2024.

En lo económico, Portugal se apunta a la recuperación, con un PIB que creció el 2,9% en el tercer trimestre, y una tasa de paro en el segundo trimestre del 6,7%, a lo que se suma la llegada de los fondos de Bruselas. Pero no faltan problemas graves: la crisis energética y el descontrol de la inflación, que recuerdan mucho a lo que pasa por aquí.

Nuestros vecinos parecían estar tranquilos con su extraña coalición de Gobierno y se han encontrado con la sorpresa. ¿Y aquí?

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