José Apezarena

Las pulgas de Sánchez

Pedro Sánchez.
Pedro Sánchez.

No va a haber estado de alarma. Tal fue el anuncio de Pedro Sánchez durante la rueda de prensa triunfal que ofreció el martes para comunicar “el principio del fin” de la pandemia, y, de paso, desgranar el calendario de hitos de vacunación hasta llegar al 70% de la población a finales de agosto. Lo explicó dos veces.

Así pues, el Gobierno no aprobara repetir esa situación excepcional, a pesar de haber incumplido flagrantemente la promesa que realizó Carmen Calvo de que iba a articular las medidas legales necesarias que permitieran resistir y vencer la epidemia de coronavirus sin tener que declarar estado de alarma.

A pesar de aquella promesa, no han hecho nada. No han aprobado ninguna norma legal de las que la vicepresidenta aseguró que estarían listas cuando, el 9 de marzo, finalizaran los seis meses.

No se han articulado disposiciones ni resortes normativos que puedan sustituir los poderes y atribuciones que ofrece el estado de alarma. Pero no se ha declarado.

De entrada, no estoy ni a favor ni en contra de tan excepcional medida, porque no conozco los entresijos de todas las posibilidades que ofrece el estado de alarma. Deduzco que, si hasta ahora se ha optado por establecerlo, era porque resultaba imprescindible.

Lo que sí digo es que, si existieron razones para declarar el anterior, y los anteriores estados de alarma, pienso que ahora asistimos a motivos parecidos, porque la situación es semejante. Estamos en una cuarta ola, por ahora menos agresiva que las anteriores, y siguen dándose por miles les casos de contagios, de ingresos en UCIs y de fallecimientos.

Afirmó el presidente, en la rueda de prensa, que se ha demostrado que la gobernanza ha funcionado. Es decir, que el trabajo realizado por los ejecutivos autonómicos, que han tenido que tomar el mando porque el Gobierno de la nación había dado un paso atrás, ha sido satisfactorio.

Bueno, pues, o desconoce lo que de verdad hemos sufrido estos meses, algo que resultaría escandaloso; o bien lo sabe, pero intenta engañar a los ciudadanos, lo cual sería mucho peor.

Estos últimos meses hemos padecido un completo caos, que todavía se mantiene, con decisiones discutibles, contrarias y contradictorias, con enfrentamientos y descalificaciones entre comunidades, sospechas, acusaciones de unas contra otras, falta absoluta de información

 

Basta fijarse en el desconcierto provocado por las suspensiones, autorizaciones y cambios con la vacuna de AstraZeneca, que ha causado tremenda confusión entre los ciudadanos, y sobre todo desconfianza, por lo que en muchos lugares se están produciendo renuncias a recibirla por el 30 y 40 por ciento de los convocados.

Todo indica que, con su anuncio de que no se prorroga el estado de alarma, Pedro Sánchez se ha quitado las pulgas.

Para empezar, se ahorra el engorro de bajar a la arena política y tener que acudir al Congreso para pedir su respaldo, y por tanto, seguir abonando nuevos costosos peajes a las formaciones que le dan su voto a cambio de buenas pagas.

Además, evita la posibilidad de que la decisión pueda castigar en alguna medida a su candidato a la Comunidad de Madrid, por cierto, bastante disminuido como consecuencia de su bajo perfil político y escaso liderazgo.

Y, encima, si de verdad estallara una cuarta ola con toda magnitud, él estaría completamente fuera del foco, tapado, escondido en La Moncloa, y las responsabilidades de lo que ocurra se exigirán a los “cogobernantes”. Es decir, a los presidentes de las comunidades autónomas, porque ellos habrán estado en primer plano en la toma de decisiones respecto a esta cuarta ola.

Así que, pesar de tal escenario, el Gobierno, y su presidente en primer lugar, se irían de rositas.

En alguna ocasión he hablado de la cobardía de los políticos y de los gobernantes, en los distintos ámbitos, que no quieren tomar decisiones para no correr el riesgo de equivocarse y tener que pagar un coste político y de valoración mediática.

Son esos cargos públicos cuya obsesión consiste en quitarse las pulgas, para lo cual se apartan de cualquier problema por la vía de mirar hacia otro lado y decir que se llaman andana. O se lo endosan a otros.

Como acaba de hacer Pedro Sánchez.

Pues eso.

editor@elconfidencialdigital.com

Más en Twitter

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato