José Apezarena

¡No quiero deprimirme!

Un bar abierto al público

El otro día escribí sobre la depresión que sufre la izquierda francesa, y me planteé si en España tal síndrome afectaría más bien a la derecha, por aquello de la división en al menos tres partidos.

Ayer me puse a buscar noticias económicas positivas, después de haber escuchado en la radio que ha aumentado la creación de empresas.

La promoción de empresas aumentó en 2021 un 27,5 % respecto a 2020 y un 7,7 % respecto a 2019. La cifra de sociedades constituidas fue de 102.135. En el cuarto trimestre de 2021, se crearon 24.107 sociedades mercantiles, un 5,6 % más que durante el mismo periodo del año anterior y un 6,4 % más que en 2019, antes de la pandemia.

Me pareció una gran noticia, y me pregunté, dada la actual situación, quiénes son los valientes que se dedican a promover nuevas empresas.

Sin embargo, un amigo mío, economista veterano, echó por tierra ese principio de optimismo, diciendo que hoy se llama empresa a “cualquier cosa”. Un taxista con su coche es una empresa. Una señora que arregla ropa es una empresa.

Así que, añadió, más del 95 por ciento de esas empresas que dicen que se han creado son de dimensiones diminutas.

Al mismo tiempo, y sin dejarme respirar, me recordó que la deuda de España ha alcanzado ya 1,42 billones, el 121,5% del PIB. Un récord impresionante. Más aún si tenemos en cuenta que sigue creciendo y creciendo.

En cuanto al empleo, la tasa de paro de la OCDE se situó el pasado noviembre en el 5,5%, frente al 5,7% del mes anterior, cumpliendo así siete meses seguidos a la baja. La institución señala a España como el país con mayor nivel de desempleo, con un 14,1%.

Con ese dato, el 14,1%, no se cómo podemos ser capaces de ‘presumir’ de un supuesto descenso del paro, cuando lo que ocurre es que estamos a la cabeza de Europa(habría que decir a la cola).

 

Y luego está la inflación, 6,5 puntos, la más alta en treinta años. Y el precio de la energía, que en cuanto a la electricidad ha cerrado su peor año de la historia.

Y encima se añade el informe de Cáritas. Un total de 2,7 millones de jóvenes entre 16 y 34 años en España (el 15,1% de la juventud) están afectados por procesos de exclusión social “intensa y multidimensional”.

Esa situación les impide realizar proyectos de vida para transitar hacia la vida adulta, y 650.000 de ellos se sumaron a esta situación en 2021, durante el segundo año de pandemia.

Para redondear el panorama, escuché al responsable de salud mental del sindicato médico AMYTS, Ángel Luis Rodríguez, decir que “un 3,5% de los doctores que vienen a vernos se plantea el suicidio como única salida”. ¡Que horror!

Añadí que “más del 50% de los médicos que acuden a nosotros toma antidepresivos para poder trabajar y un 25% quiere abandonar la profesión".

Son noticias de un día. No voy a seguir.

¡Y yo que no me quería deprimir!

editor@elconfidencialdigital.com

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