Sánchez, ¡corta el rollo, por favor!
Cada vez conozco a más personas a las que resultan insufribles las charlas-monsergas de Pedro Sánchez, eso que ya se conoce como el “Aló presidente” o “Aló Sánchez”. Pero, por lo visto, no van a cesar.
La Moncloa acaba de modificar la dinámica de comunicación, y ha puesto fin a las ruedas de prensa de ministros diarias, y a veces dos diarias, que no excluían los fines de semana, para hablar de la pandemia del coronavirus.
Es verdad que han dado momentos gloriosos. Confusiones, despistes, equivocaciones, contradicciones, meteduras de pata, algunos que se pusieron colorados, otros que dijeron lo que el Gobierno no quería que se supiera… Pero el tinglado ya no aguantaba más. Eso sí, se mantendrá la cita mañanera con el doctor Fernando Simón.
Pero no todo son buenas noticias en ese sentido, porque Pedro Sánchez continuará como hasta ahora. Es decir, intervendrá cuando le dé la gana, sin descartar, por supuesto, que siga compareciendo todos los sábados como hasta ahora.
Y eso que el presidente empieza a ser víctima de su propia estrategia, esa ofensiva dirigida a “ocupar” como sea los espacios informativos para así impedir que sean otros los que los utilicen.
El problema, insisto, es que cada vez le escucha menos gente y le hacen menos caso.
Imagino que en La Moncloa, esos asesores súper expertos, lo tienen que tener bien tabulado, bien medido. Me refiero al impacto de las comparecencias semanales del presidente. Porque, si no, no se entendería que las mantengan.
La evidencia es que Sánchez no cautiva precisamente a las audiencias. No comunica con efectividad, no llega, aburre, cuando no muestra sus carencias, como con el lío de las fases de la desescalada, diciendo que la fase cero es la primera, que la fase dos es la intermedia de cuatro, etc.
Me parece que, cuanto más siga saliendo, peor para él.
Por si faltara algo, le han pillado. La CNN le preguntó en la última comparecencia si podía mostrar el informe, enviado a la John Hopkins University sobre las pruebas de coronavirus realizadas en España, donde aparecíamos en el quinto puesto. La cadena norteamericana había preguntado la universidad y les habían dicho que esa comunicación no existe.
Ante la pregunta, Pedro Sánchez se quitó de en medio y respondió de forma confusa, diciendo: “Los datos están ahí”.
Bueno, pues la CNN, en su página web, acusa al Spanish Prime Minister de mentir, porque el famoso ranking de la Johns Hopkins no existe. No dijo la verdad ni antes ni después de que le preguntaran en la rueda de prensa.
Así que, Sánchez, apaga, por favor. Te está perjudicando. Lo digo por tu bien. Y el de todos nosotros también. España te lo agradecerá. Corta el rollo.
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