¡Señora ministra de Trabajo, haga algo!
El Servicio Público de Empleo Estatal, antes INEM, se está luciendo con los ERTE.
Un expediente de regulación de empleo temporal constituye un cierto drama para todos aquellos que lo sufren. Entran en una situación difícil en lo personal, a veces dramática, que por ello requeriría un trato cuidadoso.
Nada de eso viene ocurriendo con los numerosísimos ERTE derivados de la bofetada económica que está suponiendo para miles de empresas la pandemia de coronavirus.
Y no hablamos de un asunto menor, porque los trabajadores incursos en expediente temporal de regulación de empleo son 3,4 millones. Nada menos.
El relato de hechos es lamentable. Para empezar, retrasos cósmicos a la hora de tramitar los expedientes. Atascos en todas las oficinas.
Después, errores de libro cuando se trataba de abonar las cantidades correspondientes. Unos, han visto ingresada en su cuenta una cantidad que no es la prevista. Algunos que han recibido dinero de más han visto como a continuación se lo descontaban desde el banco.
Y lo que es aún peor, muchos otros siguen todavía sin haber recibido nada, a pesar de llevar dos y tres meses en situación de ERTE. Algo que les coloca a ellos y a sus familias en situación de penuria casi absoluta.
Nada de esto tendría que haber ocurrido, en una Administración pública eficaz, dotada técnicamente, a la que, en caso de carencias, tendrían que haber auxiliado inmediata y totalmente otras instancias.
No es admisible tanto fallo durante tanto tiempo y que afecte a tantas personas. Resulta impresentable en un país avanzado como el nuestro. Hemos tropezado con un Estado que no funciona.
¿Y qué ha hecho la ministra de Trabajo, responsable principal del Servicio de Empleo Estatal? Que se sepa, nada. No le hemos escuchado ningún comentario sobre lo que estaba ocurriendo, ninguna explicación, y menos aún una disculpa. Que sería lo menos que podía hacer.
Y eso que Yolanda Díaz, la ministra, está en el cargo por nombramiento de Podemos, es militante del Partido Comunista, y proviene precisamente del ámbito laboral, como abogada laboralista y sindical.
La guinda del pastel es lo que contamos hoy en ECD. Resulta que el SEPE omitió contar con el número de hijos de los trabajadores en ERTE a la hora de calcular la cantidad que les correspondía cobrar. O sea, el Servicio de Empleo no incluyó a los hijos.
Y ahora está llamando a los cientos de miles de afectados para pedirles que acrediten su situación familiar, aportando el libro de familia…para a continuación abonarles cantidades que, de media, superan los 500 euros.
¡Qué desastre!
¡Haga algo, señora ministra, porque el problema sigue ahí!
editor@elconfidencialdigital.com
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