José Apezarena

Tenemos derecho a saber las complicidades de Rusia con Cataluña

Efectivos del ejército ruso desplegados por orden de Vladimir Putin en la península de Crimea.
Efectivos del ejército ruso desplegados por orden de Vladimir Putin en la península de Crimea.

ECD publicó la semana pasada una información exclusiva que presenta hondo calado político: el Gobierno ha ofrecido a Esquerra ocultar grabaciones muy delicadas hechas a Torra y Puigdemont.

Tales escuchas, entregadas en Moncloa, corresponden a seguimientos realizados por el CNI utilizando, sí, el famoso sistema Pegasus.

¿Y que contienen esos registros? Por ejemplo, las reuniones de Torra con miembros de los Comité de Defensa para la República (CDR) en un coche mientras daba vueltas para impedir que los detectasen. O el encuentro de la hermana de Puigdemont con un grupo cuyos miembros fueron después detenidos como presuntos terroristas y que buscaban que ella actuase de enlace con su hermano.

Hay también conversaciones de los dos principales dirigentes independentistas catalanes con personajes como Arnaldo Otegi...

Pero sobre todo demuestran las relaciones con espías rusos.

El material incluye, por ejemplo, la imagen de Puigdemont reunido en un hotel suizo con Sergei Dimitrenko, un espía ruso que engrasaba las relaciones con relevantes personalidades de la confianza de Vladimir Putin.

La ministra de Defensa habló en el Congreso de los procedimientos abiertos en la Audiencia Nacional que relacionan al independentismo con la seguridad del Estado. Confirmó que el CNI trabaja en ello desde hace cuatro años porque se halla al tanto de las relaciones de los independentistas con los rusos.

La presencia activa de Rusia en Cataluña me parece especialmente relevante. Ya quedaron demostradas vinculaciones de Moscú con la conspiración separatista articulada el 27-O, pero el asunto resulta ahora mucho más inquietante. ¿Motivo? Que estamos hablando del país que ha invadido a sangre y fuego una nación soberana, Ucrania, y, sobre todo, amenaza con sus armas nucleares a Europa.

El Gobierno ha garantizado a los ex socios de ERC mantener en secreto esas grabaciones a cambio de cerrar la crisis política que pone en riesgo la estabilidad parlamentaria y la continuidad de la actual mayoría. O sea, quiere asegurar el sillón de Pedro Sánchez.

 

No me parece de recibo. Al contrario, considero que tenemos derecho a que se nos cuente qué ha tenido que ver y qué tiene que ver Rusia con Cataluña. Y, por tanto, con España. O contra España. Insisto, la Rusia que ha desencadenado una guerra sangrienta en Ucrania y que habla de destruir el mundo.

Tenemos derecho. Los objetivos personales de Pedro Sánchez no están por encima de la seguridad y del interés general del país. No lo están.

editor@elconfidencialdigital.com

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