Sobre Ferrovial y Pablo Iglesias
Ya he comentado en alguna ocasión que, entre las tertulias radiofónicas, hay una especialmente interesante, por el nivel de los debates y por las personas que participan. Se desarrolla en el matinal de la Cadena SER, con tres ex ministros de tres partidos diferentes: Carmen Calvo, José Manuel García Margallo y Pablo Iglesias.
No hace demasiado, comenté una de esas tertulias, en la que García Margallo cuadró a Pablo Iglesias con frases como estas: “Ya, de (la acusación de) machismo desde Podemos estoy hasta las narices. Yo no fui el que dije que quería azotar a Mariló Montero hasta que sangrase; yo no fui el que dije que las mujeres no eran Ana Botella.
“Es que llevas una temporada con infamias en televisión absolutamente intolerables. Nos ha llamado “corruptos de mierda”, que nos tenían que meter policías en la cama y darnos droga... Luego, dice “esto es una broma”. Mira, no es una broma. No es una broma.
"Yo te voy a decir mi ejemplo personal. Yo tengo dos carreras. Soy Técnico Fiscal del Estado, graduado en Harvard, y vine a perder dinero para ser ministro. Diez veces me pagaban en otro lado. Y no me cambié de vivienda, no me vine de Vallecas a Galapagar”.
El martes pasado, al día siguiente de conocerse la decisión de Ferrovial de abandonar España para marchar a Holanda, de nuevo García Margallo atornilló al fundador de Podemos y ex vicepresidente del Gobierno. Vale la pena escucharlo. Y, una vez más, no me resisto a recoger esas afirmaciones:
“En un mercado libre y dentro de la unión monetaria tiene que haber licitaciones de obras, y la licitación de obras, salvo que haya un Tío Berni, se entregan a la mejor oferta.
“En la economía de mercado, las decisiones de las empresas las toman, libérrimamente, sus gestores. Y porque eso es así, Ferrovial pudo hacerse con una autopista en Canadá, pudo hacerse con la gestión de los aeropuertos británicos, porque esas son las reglas del juego.
“La ventaja fiscal que tiene Holanda respecto a España es que no grava los dividendos y las plusvalías de las ventas de las acciones de las empresas participadas. Y casi el noventa por ciento del negocio de Ferrovial viene de fuera.
“La calificación de la deuda de Holanda es de AAA, triple A; la de España de BA--. ¿Qué quiere decir eso¿ Que tienes más facilidad de acudir a los inversores extranjeros. Mucho más si, como ocurre, Ámsterdam está dentro de una red de compañías de compensación de bolsa que puedes cotizar a la vez en Ámsterdam, en Madrid y en Nueva York.
“¿Hablar de patriotismo? Qué, ¿los ingleses han sido poco patriotas porque han dejado que los aeropuertos los administre una empresa española?
“Y el señor Rafael del Pino es el mismo ahora que hace un año, cuando la vicepresidenta Nadia Calviño dijo que era la mamá de Tarzán y el campeón de todos los empresarios.
“¡Tan estupendos que os habéis puesto! Tú estabas en el Gobierno cuando firmasteis el acuerdo con Gibraltar que permite que en el Sur de la península haya un régimen fiscal en el que no hay impuestos indirectos, que el impuesto sobre sociedades no grava los beneficios que se obtengan fuera, y que la diferencia de renta con el Campo de Gibraltar, gracias a estas ventajas, es de uno a cinco. O sea, que, si hablamos de paraísos fiscales, hablaremos.
“Viene una época en que ya el Banco Central Europeo no va a comprar toda la deuda que los gobiernos emitan. Eso se terminó. Y va a haber que ir a los mercados financieros. Y en los mercados financieros va a haber dinero, pero no al mismo precio para todo el mundo.
“¿Qué dicen los índices de la seguridad jurídica? Sobre invertir en España.
“Para empezar un negocio, ¿qué puesto ocupa España? El 97. Para tratar o conseguir permisos de construcción, el puesto 79. Para registro de la propiedad, el puesto 59. Para conseguir crédito, el 80.
“¿Sabes quién valora de verdad la seguridad jurídica, aparte de estos índices? ¿Cómo ha reaccionado la bolsa? Con una subida de Ferrovial”.
Se trata de afirmaciones y comentarios que, sobre este asunto, también se dirigen al presidente Sánchez, a la vicepresidenta Calviño, a los ministros mamporreros, a los portavoces deslenguados, y a los medios de comunicación atados al pesebre del Gobierno.
Y, por cierto, ni he tenido ni tengo nada que ver con Ferrovial.
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