La reconciliación entre Nadia Calviño y Pablo Iglesias acabó en un lío

Pablo Iglesias atiende una intervención de Nadia Calviño en el Congreso de los Diputados.
Pablo Iglesias atiende una intervención de Nadia Calviño en el Congreso de los Diputados.

El Consejo de Ministros aprobó este martes un decreto para mitigar el impacto de la crisis del coronavirus en el mercado del alquiler. Se trata de un paquete de medidas a iniciativa del ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, que contaba desde hace días con el apoyo de la ministra de Economía, Nadia Calviño.

Sin embargo, Ábalos no fue el encargado de explicar las medidas planteadas por su departamento y aprobadas en el Consejo de Ministros. La propuesta, que tendrá un coste de 700 millones de euros, da la posibilidad a los inquilinos de pedir a sus propietarios retrasos en el pago de los alquileres.

Según ha escuchado El Chivato en algunos ministerios económicos, el apoyo de Podemos al paquete de medidas no ha salido gratis.

Pablo Iglesias exigió vender como ‘suyas’ la prórroga automática de todos los contratos de alquiler durante seis meses; los créditos a interés cero y ayudas directas para inquilinos con dificultades para pagar los alquileres, y la paralización de los desahucios por impago de las rentas, también durante seis meses.

El Chivato ha podido confirmar que en Moncloa se debatió durante varios minutos qué miembros del Gobierno darían cuenta del decreto de medidas económicas y sociales por la crisis del Covid-19.

Ante la exigencia de Iglesias, se acordó que fuera el líder de Podemos y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, quienes comparecieran juntos en la Moncloa -a ambos lados de la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero- tras el Consejo de Ministros que amplió el “escudo social y económico” desplegado para paliar las consecuencias del virus.

Algunos ministros del PSOE reconocen en privado que no entendieron en un principio la presencia de Iglesias, cuando el responsable de elaborar el paquete de medidas había sido el departamento de José Luis Ábalos. Pero Pedro Sánchez decidió así escenificar la unidad y cohesión del Ejecutivo con una imagen patente.

Al final, a la parte socialista del gabinete le convenció la idea de lanzar un mensaje de unidad contra la crisis con los dos vicepresidentes a la cabeza, días después de las informaciones que habían apuntado a fuertes discrepancias entre Iglesias y Calviño por el denominado “escudo social” para hacer frente a la crisis.

Moncloa se decantaba también por esa imagen de cierre de filas en un momento en el que el Gobierno se ha quedado prácticamente sin apoyo a sus últimos decretos de paralización económica.

 

Pese a ello, El Chivato ha podido escuchar a algunos ministros socialistas valorar que la experiencia no fue tan positiva como se esperaba. Destacan que Iglesias y Calviño pusieron el foco de sus discursos en sus respectivas prioridades.

Pero sobre todo critican que volvieron a quedar en evidencia sus discrepancias, precisamente lo contrario de lo que se buscaba.

La medida más polémica del decreto, de hecho, surge de la voluntad de distinguir entre propietarios. Quienes posean más de 10 viviendas en alquiler serán considerados grandes tenedores (segmento demonizado por Podemos) y deberán hacer frente a moratorias.

Pablo Iglesias llegó a pronunciar la palabra “quita” para reducir la deuda de los inquilinos con los grandes propietarios, mientras que Calviño no fue más allá de hablar de aplazamientos. Unas contradicciones que, además de reflejar sus diferencias de criterio, provocaron decenas de consultas a expertos del sector para despejar la incertidumbre.

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