Las principales agresiones proceden de Rusia

Decenas de hackers se han ofrecido para defender a España de ataques informáticos

El Ejército tiene una lista de voluntarios para crear una ‘ciberreserva’ de expertos dispuestos a movilizarse por “amor a la patria”

Militares españoles del Mando Conjunto del Ciberespacio.
Militares españoles durante un ejercicio de ciberdefensa

Un batallón de expertos informáticos capaz de ayudar al Ejército a detener y responder los ciberataques procedentes del exterior. Esa es la idea por la que apuesta el Mando Cojunto de Ciberdefensa ante el aumento exponencial que experimentan cada año los asaltos a las infraestructuras informáticas del Estado.


Más de mil ciberataques ha recibido España contra infraestructuras estratégicas desde 2014 hasta ahora. Dirigidos contra aeropuertos, centrales eléctricas, hospitales, servicios de seguridad… La tendencia es alcista, y también los métodos y la sofisticación que emplean los hackers para sus asaltos.

Sin embargo, se sabe poco de estos ataques más allá de las puras cifras estadísticas que ofrecen anualmente diversos centros e institutos de ciberseguridad. Pero algunos de esos ataques han sido calificados de graves y han puesto en peligro información sensible y reservada del Estado.

Lo contó hace unas semanas ECD: las redes informáticas del Estado, especialmente las de los ministerios de Defensa y Exteriores, han sido sistemáticamente atacadas por grupos de hackers radicados en Rusia.

Estos grupos, denominados APT27, APT28 y APT29, han sido abiertamente relacionados con diversos servicios de inteligencia rusos, quienes supuestamente estarían detrás de las acciones mediante la esponsorización económica de estas facciones.

Los ataques registrados contra España, tal y como admitían a ECD fuentes del Centro Criptológico Nacional, habían llegado a “comprometer información”. Todavía no se sabe a ciencia cierta si lograron robar información de las redes diplomáticas y militares.

Una reserva de ciberpatriotas

Uno de los pilares de la estrategia defensiva de España en este campo recae sobre el Mando Cojunto de Ciberdefensa. Hace unas semanas, el general de División Carlos Gómez López de Medina, jefe del MCCD, apostó públicamente por crear una “ciberreserva” con expertos informáticos que, voluntariamente y sin remuneración, ayudasen a la unidad en momentos clave en los que las amenazas existentes exijan un refuerzo de personal.

“Les diríamos que no les vamos a pagar nada, porque el único sueldo sería la satisfacción de defender a su nación, a su Estado. Sólo les cubriríamos los gastos necesarios para que no perdiesen dinero”. Unas palabras que recibieron fuertes críticas en algunos sectores.

Sin embargo, en el sector de la seguridad informática, tal y como ha sabido ECD, la propuesta ha calado. Positivamente. Ya hay decenas de expertos en ciberamenazas que han ofrecido desinteresadamente sus servicios al Ejército. Según fuentes militares, estos ofrecimientos se produjeron antes y después de las palabras del jefe del MCCD.

Un servicio a la “patria”

El Confidencial Digital ha podido localizar a uno de los profesionales civiles que se ha ofrecido como voluntario a esta ‘ciberreserva’. Pide que no se revele su nombre por decisión propia. Tiene una larga carrera como asesor e investigador en materia de ciberseguridad para una gran consultora de seguridad informática internacional.

 

“Hay quien en su tiempo libre cuida a mayores, otros enseñan español a inmigrantes, y a otros nos gusta hacer lo que sabemos para proteger a nuestro país” asegura en una breve conversación con ECD.

Según admite este experto en ciberseguridad, tanto él como muchos otros de sus compañeros de profesión con los que mantiene contacto ven con buenos ojos integrarse en esta ‘ciberreserva’ que plantea el MCCD, siempre que no interfiriese en su trabajo diario. Algunos ya colaboran desde hace tiempo con la unidad militar, en condición de asesores.

Temor a infiltrados

Sin embargo no es proyecto fácil. Así lo admiten fuentes militares relacionadas con la seguridad interna de las Fuerzas Armadas. Crear una unidad de este tipo requiere una profunda observación y análisis de los candidatos para evitar “caballos de Troya”.

“Se trata de civiles que tendrían acceso a información sensible y a operaciones estratégicas, que requieren habilitaciones personales de seguridad muy estrictas y que no se conceden fácilmente, ni siquiera a los propios militares” indican estas voces. 


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