Manual de instrucciones para una rueda de prensa sin preguntas
La iniciativa #sinpreguntasnocobertura comenzó el pasado mes de abril cuando el profesor de Ciencia Política, Antón Losada, dijo en Twitter: “Aceptamos que no debatan, tragamos que no respondan preguntas, publicitamos... Y luego nos quejamos de los políticos”.
Sus palabras fueron apoyadas por Pedro J. Ramírez, Jesús Maraña, Carlos Fonseca, Julia Otero… Ahora, tres meses después, el movimiento es una tendencia entre todos los periodistas.
Según ha podido constatar El Chivato, circula entre los profesionales de los medios de comunicación un manual de instrucciones sobre cómo ‘señalizar’ las ruedas de prensa en las que no se admiten preguntas. Son recomendaciones para que los periodistas reflejen con claridad en sus piezas informativas que en el acto al que han acudido no han podido preguntar.
Estos son los siete consejos:
1. No llamar conferencia de prensa a este tipo de actos. No se puede convocar con el formato “rueda de prensa” lo que, en realidad, no lo es.
2. Los convocantes deben dejar claro que, sin la posibilidad de preguntar, el formato es una “declaración”. Esta circunstancia debe advertirse previamente para que los periodistas valoren acudir o no.
3. Los periodistas deben hacer constar en sus informaciones, en lugar preferente, el formato y las circunstancias de cada caso, y colocar un icono identificativo de #sinpreguntasnocobertura. También las preguntas que hubieran querido formular y no les fueron admitidas. Vea pinchando aquí el logotipo.
4. El redactor puede advertir en su información, como dato relevante para el ciudadano, que el personaje de la información no suele admitir preguntas, cuando así sea, y colocar el icono identificativo de #sinpreguntasnocobertura.
5. Los tiempos dedicados a preguntas deben ser suficientes, en ningún caso discriminatorios. La información mejora cuando existe posibilidad de repreguntar.
6. Se insta a los profesionales a crear una lista pública de ‘resistentes’ y enemigos de responder.
7. Las notas de prensa y las imágenes facilitadas por la fuente de la información deben llegar a los ciudadanos con precisión de data, procedencia y contexto. No debe pasar como propio lo que sea material de la fuente.
Este manual está siendo distribuido por la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas). De hecho, en algunos medios ya ha tenido efecto, como en esta información del periódico Primera plana –léala aquí-.
